Categoría: Psicología Para Todos

¿Trabajamos juntos? El poder de la colaboración.

En el mundo altamente competitivo de hoy, el trabajo en equipo se ha convertido en una habilidad esencial que puede impulsar el éxito en todas las áreas de la vida, desde la educación y el ámbito laboral,  hasta las relaciones personales. En este artículo, explicaremos los beneficios del trabajo en equipo, las dificultades comunes que surgen al colaborar con otros y cómo mejorar esta habilidad vital en el contexto del siglo XXI, donde las habilidades blandas son cada vez más importantes.

Rodríguez y colaboradores explican que un equipo es un grupo de individuos que trabajan juntos para mejorar un proceso. Gracias al conocimiento y la experiencia que posee cada miembro del equipo, se pueden lograr avances trabajando en colaboración, más que individualmente, volviendo relevante la conformación de equipos de trabajo basados en un alto desempeño organizacional con la finalidad de generar efectividad en los objetivos a cumplir.

El trabajo en equipo conlleva una serie de ventajas significativas:

  • Diversidad de pensamiento: Los equipos aportan una variedad de perspectivas, experiencias y habilidades, lo que puede llevar a soluciones más creativas y efectivas.
  • Aprendizaje continuo: Trabajar con otros brinda la oportunidad de aprender nuevas habilidades y conocimientos de los compañeros de equipo.
  • Mayor Eficiencia: La distribución de tareas y la colaboración pueden acelerar la finalización de proyectos.
  • Fomento de la Creatividad: El intercambio de ideas en un equipo puede inspirar la creatividad y la innovación.
  • Fortalecimiento de Relaciones: El trabajo en equipo puede mejorar las relaciones interpersonales y la comunicación.

Dificultades Comunes en el Trabajo en Equipo

A pesar de sus ventajas, trabajar en equipo también puede presentar desafíos:

Conflictos Las diferencias de opinión pueden llevar a conflictos en el equipo.
Falta de comunicación La comunicación ineficaz puede dar lugar a malentendidos y a la falta de cohesión.
Desequilibrio de contribución Algunos miembros pueden sentir que no se les valora o que otros no están haciendo su parte.
Resistencia al cambio La resistencia a nuevas ideas o enfoques puede obstaculizar el progreso.

 

¿Cómo se perciben las mejoras del trabajo en equipo?
Evaluar el progreso de un grupo en cuanto a sus habilidades de trabajo en equipo es crucial para garantizar un continuo crecimiento y éxito. Existen diversas maneras de evidenciar mejoras en este aspecto:

  • Retroalimentación y encuestas: Recopilar la retroalimentación de los miembros del equipo, líderes y clientes a través de encuestas, entrevistas o grupos focales permite obtener información valiosa sobre la dinámica del equipo, la comunicación, la colaboración y la resolución de problemas (Collinson, 2018).
  • Observación del comportamiento: Observar directamente al equipo durante las reuniones, las dinámicas de trabajo y la toma de decisiones puede revelar aspectos relacionados con la cooperación, el liderazgo, la gestión de conflictos y la sinergia (Salas et al., 2005).
  • Análisis de métricas de desempeño: Medir indicadores clave de rendimiento (KPIs) como la productividad, la calidad del trabajo, la satisfacción del cliente y la resolución de problemas a lo largo del tiempo puede evidenciar mejoras en la colaboración y el trabajo en equipo (Varma et al., 2017).
  • Análisis de redes sociales:
    Utilizar herramientas de análisis de redes sociales para examinar los patrones de interacción y comunicación entre los miembros del equipo puede revelar la fortaleza de las relaciones, la centralización del liderazgo y la distribución del conocimiento (Reagans & Zuckerman, 2001).

 

El trabajo en equipo es un pilar fundamental en el siglo XXI, donde la colaboración y la comunicación son clave para el éxito en todos los aspectos de la vida. Si bien puede presentar desafíos, aprender a trabajar en equipo y mejorar las habilidades blandas asociadas es una inversión valiosa que puede abrir puertas y hacer que te destaques en un mundo cada vez más competitivo.

Referencias

Collinson, S. (2018). The role of feedback in team development. International Journal of Training and Development, 22(2), 119-134.

Reagans, R., & Zuckerman, H. (2001). Networks, power, and innovation: Longitudinal analysis of pharmaceutical firms. Academy of Management Journal, 44(3), 567-586.

Rodríguez, M. R. Q., Palacios, M. M. T., & Barros, M. R. Q. (2020). Trabajo en Equipo, Comunicación y Desempeño laboral en las Organizaciones del sector público. Revista Arbitrada Interdisciplinaria Koinonía, 5(3), 748-778.

Salas, E., Burke, C. S., Stagl, K. C., Goodwin, D. F., & Fiore, S. M. (2005). Training for teamwork: What we know and what we don’t know. Human Factors, 47(2), 269-287.

Varma, V., Dunbar, I. M., & Konradt, U. (2017). The role of social capital in team performance: A meta-analysis. Journal of Applied Psychology, 102(5), 632-652.

Enith Daniela Villota Guevara

Psicóloga

Postear como liturgia y adicción

Una defensa al silencio, el anonimato y a la experiencia como un acontecimiento privado que es trascendental no por mostrarlo, sino simplemente por vivirlo y ser consciente de él.

Tiempo atrás asistí a un concierto de una agrupación de rock que quería ver desde hace años. Era un festival de varios días, pero compré sólo la boleta del día que se presentaban. Estaba expectante y ya ahí instalado frente al escenario, no puedo pensar en una palabra diferente a eufórico cuando finalmente salieron. Todo iba bien. Arrancó la música y con ella mi desconcierto; luego vino el fastidio y después la rabia. Un número incalculable de personas grababan con compulsión el concierto por su celular, como si su vida dependiera de ello. No fue un par de segundos. No fue una canción completa. Era la necesidad de grabar todo el concierto. 

Recuerdo que hace un par de años, otro artista de esos de talla mundial prácticamente suplicaba a los espectadores que al menos por esa canción guardaran los celulares y vivieran la experiencia sin la pequeña pantalla que ocultaba sus miradas. Los espectadores, con la altivez que da el creer que porque han pagado su entrada puede hacer lo que les da la gana porque son al final los dueños de la escena, siguieron grabando la súplica y la canción que irremediablemente comenzó a tronar por los parlantes. Miles de pantallitas encuadraban un anhelo, pero quizá más una urgencia, una necesidad impostergable. 

Con rabia comencé a bailar y a gritar en el concierto hasta que se me fuera la voz en ello, tratando de arruinar las grabaciones de los que estaban a mi lado. Cuando terminó, reflexioné un poco sobre la naturaleza de mi indignación, sobre lo infantil de mi conducta. ¿Por qué estaba tan molesto si había visto al grupo que tanto quería? Comencé a preguntarme sobre el destino de todos esos videos ¿Para qué grabamos y tomamos fotos de todo para subirlo a una red social? ¿Para nosotros, para los otros? ¿Hay una finalidad o sólo una acción sin consciencia, automática, estereotipada de hacer algo por la habituación de la contemporaneidad? ¿Por qué me importa tanto lo que hacen los demás si a la larga no me afecta y allá ellos y sus formas de estar en el concierto? ¿Es sólo una cuestión de hacer lo que los da la gana, vivir y testimoniar milimétricamente lo que vivimos para parchar, pasarla bien, sin hacerle daño real a alguien más? ¿Es esto en verdad inofensivo?

Instagram tiene 1200 millones de usuarios activos aproximadamente y Tik Tok casi 1600 millones; 500 millones de personas utilizan los stories de Instagram cada día, y sin saber muy bien la totalidad de videos que hay en Tik Tok, sólo en 2021, 8.6 mil millones de videos fueron cargados. No quiero centrarme en el potencial comercial y de mercado de esto, ni la manera como las empresas usan esta información para bombardear y precisar la información asociada a nuestro consumo. Menos quiero pensar en los influencer que son la punta de lanza de todo esto, ni en los nuevos emprendedores que sueñan con beber de esta teta. Mi énfasis va en esa compulsión de subir, cargar, compartir la vida propia y la vida de los otros como si se tratara de un ritual, de una cura a ese mal impreciso que no tiene los síntomas negativos de una enfermedad.

Esto tampoco es una crítica a la visibilidad y la figuración personal. Mucho menos a la conducta de tomar fotos, llevamos casi 200 años haciéndolo. Se constituye más como una defensa al silencio, el anonimato y a la experiencia como un acontecimiento privado que es trascendental no por mostrarlo, sino simplemente por vivirlo y ser consciente de él.

Las redes sociales ya existían antes de virtualizarlas, muchísimo antes de la llegada del internet. El tiempo ha deformado la palabra y ahora llamamos red social a todo aquello etéreo donde depositamos nuestra información y vida con fines que aún no puedo definir con precisión. Nos inscribimos “gratis”, subimos información “fácil” y “rápida” de lo que somos, de lo que hacemos, de con quién estamos, y esa gratuidad se traduce en endorfinas que nos sosiegan, que nos alegran y combustionan esa idea de que estamos haciendo algo importante que se debe compartir con personas perfectamente desconocidas, que aseveramos con ingenuidad que les puede llegar a importar todo lo que hacemos.

Creo que habrá personas que cuando están planeando qué hacer, al mismo tiempo ya están proyectando qué fotos y videos tomar y cómo subirlas

Intuyo que estas redes sociales modernas se crearon con el fin de publicar lo que vivimos, de tener experiencias compartidas que tejen nodos entre personas que les gusta y comparten lo que hacemos a un nivel exponencial, porque el conocimiento desde hace siglos ha sido sinónimo de ventaja y poder, o simple chismorreo sin fines trascendentales, y saber lo que las persona les gusta, en dónde lo hacen y con quién lo hacen, debía de tener una ventaja logística que hoy se ha capitalizado totalmente y sabemos que ha sido fundamental para que compremos y hagamos cosas que perfectamente pueden ser prescindibles e innecesarias. Ahora, que pareciera que hemos posteado todo y tomado fotos de todo, la consigna es vivir para publicar cosas a un grupo que ya está lejos de ser exclusivo, un comportamiento que lleva hasta el extremo esa necesidad malsana de impresionar a los demás, de ser admirados o de complacer estándares que no sabemos su origen. Por eso, el objetivo es mostrar todo a todos. 

Creo que habrá personas que cuando están planeando qué hacer, al mismo tiempo ya están proyectando qué fotos y videos tomar y cómo subirlas.  

Lo que publicamos da la sensación de que efectivamente vivimos con plenitud, que comimos algo espectacular, que hicimos ejercicio y nos sentimos más saludables. Visitamos un sitio de moda, pero algo falta si no nos tomamos la selfie, porque eso garantiza que la experiencia fue con todas las de la ley. Si viajamos a un lugar alejado al cual todos quieren ir, y todos van, lo posteamos al igual que millones de personas para que la liturgia esté completa (bienaventurados hermanos, la paz sea con ustedes y con su espíritu. Miren acá y sonrían…). Nos sentimos exclusivos en medio de comportamientos masivos, saturados. Somos revisores de la vida de los otros, censores, auditores, contralores, fiscales, y miles de personas se creen con el derecho de ser los de la nuestra cuando autorizamos lo de la letra chiquita que jamás leemos.  

Al poner una foto o un video corto de nuestras actividades buscamos generar un enlace y en esa revisoría fiscal completamente voluntaria de la vida de los otros, parecería haber otredad, alteridad: una preocupación sincera por lo que hacen los demás. Nada más falso. Quizá por eso en una reunión presencial, en un almuerzo familiar, en un bar, o en otro espacio realmente social, cuesta hablar con el de al lado y mirarlo a los ojos. Es fácil repartir likes o scrollear (palabra que ya se abre paso y que seguro se consolidará para definir la acción apremiante de avanzar horizontal o verticalmente por cientos, miles de publicaciones de perfectos desconocidos que aparecen como amigos, seguidores o seguidos). Y no… no es un tema de estar pegados al celular; la cuestión es si ya es posible vivir sin postearlo. 

Parecería que toda experiencia es significativa en la medida que es posteable en alguna red social. Quizá el valor se calcula no tanto en la implicación afectiva del evento, la memoria simbólica o la serenidad silenciosa con la que reflexionamos durante y después de hacerla; en lo que esa experiencia contribuyó en nuestra historia de vida. No, la experiencia es importante por mostrarse con la grandilocuencia de las fotos o videos cortos que prometen testimoniar lo real. Y como falsa promesa de realidad, luego de vivir algo y postearlo (instagramearlo, tiktokearlo o lo que sea) queda una brusca apertura, un regusto amargo en la boca que solo se alivia en la medida que alguien, decenas, cientos, miles de personas lo retroalimenten de alguna forma (like, corazoncito, comentario de felicitación que enmascara la envidia); o para pensar en lo siguiente que necesitamos postear. ¿Cómo hacíamos antes cuando vivíamos sin la necesidad urgente de mostrar todo? Sí, es cierto, siempre ha estado esa urgencia de impresionar y encajar. Mi cerebro piensa (como dice mi hijo) en si volveremos a la calma y al aburrimiento hermoso del anonimato, de sólo vivir por vivir, sin esas urgencias imaginadas de poner como una película las historias minúsculas de esas vidas que parecen más reales en una pantalla, que en eso que llamamos realidad.

Susan Sontag en su libro Sobre la fotografía, un texto de 1974 mucho antes de todo este desenfreno mediático, afirmaba que el hábito de la visión fotográfica de contemplar la realidad como un despliegue de fotografías potenciales, enajena la naturaleza en vez de unirnos con ella. La fotografía no es una captura de la realidad, mucho menos es La realidad. Me atrevo a decir que ni siquiera es una porción de ella: semeja más una ilusión, una promesa, un deseo por algo idílico, irreal que promete su contraparte y elicita un recuerdo.  Pienso en esas fotografías de perfiles tan distantes de los rostros en la experiencia real, y no me refiero solo al uso de filtros de belleza, me refiero también a la búsqueda de ángulos en decenas de ensayos y errores que tratan de sacar lo mejor de nosotros hasta que damos con esa foto que satisface no aquello que somos, sino eso que queremos proyectar y ser: nos tomamos tantas fotos como sea posible para ocultar todo rastro del yo real y llegar a ser lo más parecido a ese yo ideal que vemos con tanta facilidad en los otros. Terminamos siendo el avatar de nuestro deseo. 

 

Psicológicamente hablando ¿cuál puede ser el costo? Mi respuesta, muy preliminar, puede ser la disonancia como estilo de vida

Karamakate en El abrazo de la serpiente, tras observar su propia fotografía tiene una discusión con Theo Koch-Grünberg porque quiere quedarse con su foto. En su “ingenuidad” cree que la foto es él mismo. Theo le responde que la foto no es él sino una imagen, a lo que Karamakate le dice que si es un Chullachaqui, un ser igual a uno pero vacío, hueco, algo que no tiene recuerdos, como un fantasma, entre el tiempo sin tiempo.

Jean Baudrillard en La ilusión y la desilusión estética afirma que vivimos ahora en un mundo de simulación, un mundo en el que la más alta función del signo es hacer que desaparezca la realidad y, a la vez, esconder esta desaparición. Pre-redes sociales la ilusión era una categoría sustantiva y la realidad incuestionable. Ambas estaban perfectamente separadas. Ahora esa línea se borró, y esto hace una esquizofrenia colectiva, una desilusión estética donde lo bello se confunde con lo bonito, y la ilusión se produce, empaqueta y se mercantiliza como realidad. ¿Psicológicamente hablando cuál puede ser el costo? Mi respuesta, muy preliminar, puede ser la disonancia como estilo de vida. Esa comparación y autocomparación permanente que trae la desilusión: un malestar virtual y una fuga que debe ser taponada con más fotos, con esa necesidad de perseguir objetivos que reafirmen que sí estamos viviendo y que sí la estamos pasando de lujo. 

Se instaura así la Hiperrealidad de la que habla Baudrillard, una situación en la que la realidad misma se ha vuelto indistinguible de su representación simbólica. Esto no es más que un simulacro. Estamos saturados de imágenes, signos y símbolos producidos por los medios de comunicación y las tecnologías que producen millones de sujetos con un celular en la mano.  La representación de la realidad ha reemplazado a la realidad misma. El concierto parecería más importante porque dejamos la huella de nuestra participación, no tanto por lo que escuchamos o por lo que nuestros otros sentidos percibieron. Vemos, pero no contemplamos. La contemplación si no ha muerto, al menos agoniza. Baudrillard argumenta que vivimos inmersos en una hiperrealidad construida por simulacros que no tienen un referente real, sino que son simulaciones que preceden y determinan nuestra percepción de lo real.

Madurar es darse cuenta que la vida se volvió un interminable ciclo de cortas vacaciones en medio de la relatividad de largos periodos de agonía en el trabajo, mientras la mente escapa en deseos y experiencias cuidadosamente programadas, consumidas y posteadas para que seamos otros, para monetizar todo, para vivir una vida fácil llena de objetivos vacuos carentes de valores, para ser el próximo coach, el próximo influencer, el próximo iluminado, cuando lo único que necesitamos en la vida es aire para respirar, un poco de silencio, algo más de consciencia y disfrute del presente y de lo que tenemos ahora, y tal vez algunos videos de gaticos que nos curen de verdad esa horrible sensación enfermiza de ser la peor versión de nosotros mismos por no tener lo que supuestamente deberíamos tener. En redes sociales todos tenemos nuestro talón de Aquiles, nuestro placer culposo o nuestra perversión. La mía es los videos y memes de gaticos (más desde que murió el mío) que llegan a mi pantalla con precisión cuántica gracias al credo del algoritmo.

En esos días de 27, 29 o 30 horas, dónde los minutos se elongan entre las horas y los segundos se acomodan a rumiar en medio de los años, solo me dan ganas poner la cabeza en la almohada, cerrar los ojos, pasar saliva y dejar de pensar en la irregularidad de lo no logrado, la imperfección de la ausencia. Me aferro a algo mientras trato de descansar. Abro los ojos, tomo el celular en mi mano y scrolleo; scrolleamos, como si de un ritual pagano se tratara, una liturgia privada para auditar la vida de miles de contactos mientras sofocamos esa llamarada de sensaciones de fracasos que pululan en nuestra cabeza.

Sé que lo importante no es hacer cosas, mucho menos publicarlas para lograr simpatías romas y superficiales: lo importante es aferrarme a los valores que hacen que al otro día me levante y continúe con esas cosas. Porque cuido, porque no me quedo con nada para el regreso, porque mi vida ya no tendría sentido, sería aburrida y majadera si me enfoco sólo en el espejo de agua de mí mismo, que se ve lindo, perfecto, feliz y positivo en una foto en la que parece que soy y no soy.

¿Habrá algo autentico en estas redes sociales? Seguramente. La gente de manera genuina, con convicción, comparte sus sueños, sus logros, eso que tanto esfuerzo les costó; lo macro y lo minúsculo. El problema surge cuando lo auténtico se torna compulsión, afán y se reduce a objetivos que se deben chequear, cosas y pendientes por lograr que abren infinidad de otros objetivos, otros lugares por visitar, otros platos que se saborean con los ojos, otras experiencias para dejar atrás luego de fotografiarlas que dejan escombros de insatisfacciones y malestares, incluso cuando estamos cumpliendo nuestros sueños.

Los valores no necesitan ser retratados, los valores existen y son una fuente inagotable de felicidad desde el anonimato. No necesitamos hacer una buena obra y gritarla al mundo para demostrar lo buenos y sensibles que somos. Eso revela más nuestra carencia y falta de empatía.

El niño busca atención permanente, busca que le refuercen eso que a su parecer es maravilloso y lo hace ser mejor. “¿Papá mira lo que hice? ¡Wow, es maravilloso, eres el mejor!” El niño lo hace por su propio proceso de desarrollo, el adulto lo hace porque piensa que todo se trata de él. El niño supera la fase narcisista: el adulto vuelve a ella para abrigarse de un mundo hostil e insaciable en positividad que le exige que sea mejor, que viva más y que tenga más y más experiencias significativas. 

Esto será publicado y espero compartido por cientos de personas. Seguramente seré cómplice de aquello que estoy criticando. ¿Y quién no, ahora en tiempos de posteos que son liturgias?

 

Oskar Gutiérrez Garay

Psicólogo, magister en literatura y doctor en pensamiento complejo. Docente de psicología de las Universidades Andes, Nacional, Pedagógica Nacional y la Manuela Beltrán.

 

Texto original: https://cerosetenta.uniandes.edu.co/postear-como-liturgia-adiccion-instagram-tik-tok/

¡Estoy quemado! Afrontando el síndrome de burnout

El entorno laboral puede afectar profundamente la salud física y mental de las personas. Pero antes de ahondar en el tema, te invitamos a que te hagas las siguientes preguntas:

  1.  ¿Te cuesta más de lo habitual, concentrarte en el trabajo o realizar las tareas diarias?
  2.  ¿Has perdido interés o motivación en las labores asignadas, incluso en aquellas que te gusta realizar?
  3. ¿Sientes que estás haciendo el mínimo esfuerzo en el trabajo y no estás dando lo mejor de ti?
  4. ¿Te has distanciado de amigos y familiares porque te sientes cansado o desanimado?
  5. ¿Piensas que el trabajo está afectando negativamente a tu salud física y mental?

Si respondiste “sí” a varias de estas preguntas, es posible que estés afrontando varios síntomas del síndrome de burnout. Y es que, en el agitado mundo laboral actual, esta problemática se ha convertido en una preocupación creciente. En este artículo, explicaremos qué es, sus posibles causas y consecuencias, y proporcionaremos estrategias preventivas para mantener el equilibrio en la vida.

¿Qué es el Síndrome de Burnout?

El síndrome de burnout, también conocido como “síndrome del trabajador quemado” o “agotamiento laboral”, es una respuesta extrema al estrés crónico en el lugar de trabajo. Es un proceso que se manifiesta a través de un estado de agotamiento físico, emocional y mental que se prolonga en el tiempo y llega a alterar la personalidad y autoestima del trabajador. En este, el trabajador sufre una pérdida del interés por sus tareas y va desarrollando una reacción psicológica negativa hacia su ocupación laboral.

¿Se puede dar en cualquier profesión?

Pues bien, este síndrome ha sido identificado en aquellas profesiones que están en relación con el trato al público (denominada también exposición social). Sin embargo, puede darse en cualquier ocupación ya que el aumento del riesgo depende de la existencia de una gran discrepancia entre las expectativas laborales del trabajador y la realidad de las tareas a las que se enfrenta día a día, sumado a un ambiente laboral con exceso de tensión, degradado y/o con relaciones laborales manifiestamente conflictivas.

Algunos de los principales síntomas son:

Síntomas de agotamiento extremo
Físico Cansancio constante, fatiga crónica, falta de energía, dolores de cabeza, problemas de sueño, aumento de peso o bien pérdida de apetito. También puede reflejarse en la aparición de alteraciones psicosomáticas como dolores musculares, migrañas, problemas gastrointestinales y, en el caso de las mujeres, desregulación del ciclo menstrual.
Comportamental La irritabilidad y el endurecimiento del trato se convierten en tónicas habituales dentro de la forma de actuar de un trabajador quemado, los clientes, usuarios o personas con las que interactúan perciben este cambio de actitud, pero también la familia y su entorno social. A esto se le suman, actitudes de indiferencia, desilusión, apatía, cinismo y desapego, reduciendo claramente su compromiso hacia el trabajo.
Mental Dificultad para concentrarse, problemas de memoria, toma de decisiones deficiente, disminución de la creatividad.

Estos síntomas generan un círculo vicioso que se retroalimenta constantemente, generando mayor sufrimiento. Ya que la incapacidad de cumplir con el trabajo (concentrarse, gestionar sus actividades, etc.), no deja avanzar en la cada vez mayor acumulación de tareas pendientes.

Causas del síndrome de burnout

Este síndrome es el resultado de la combinación de factores de riesgo personales y organizacionales.

Entre los factores de riesgo personales se encuentran:

  • Baja tolerancia a la frustración.
  • Dificultad para manejar el estrés.
  • Circunstancias vitales estresantes (cuidado de enfermos, enfermedades graves, pérdidas, etc.).

Los factores de riesgo organizacionales que pueden desencadenar el burnout incluyen:

  • Lagunas en las tareas asignadas al puesto de trabajo.
  • Sobrecarga de funciones y responsabilidades.
  • Ambiente laboral complicado.
  • Fallas en el liderazgo en la empresa.
  • Falta de apoyos y recursos.

 

¿Se puede prevenir?

Las medidas preventivas frente al burnout son similares a aquellas necesarias para manejar situaciones de estrés laboral. Frente a esto, puedes implementar, de manera personal, algunas estrategias para prevenir el desarrollo y aumento de los síntomas del burnout:

  • Establece límites, entre el trabajo y la vida personal. Busca dedicar tiempo a tus pasatiempos y relaciones.
  • Habla sobre tu carga de trabajo, comunicando tus preocupaciones con tu supervisor o jefe inmediatos si sientes que estás sobrecargado y consideras si requieres ayuda de un profesional en salud mental.
  • Aprende a decir No: No te sientas obligado a asumir más responsabilidades de las que puedes manejar.
  • Cuida tu Salud: Mantén una rutina de ejercicio, asegúrate de dormir lo suficiente y de alimentarte adecuadamente.

Llegados a este punto es evidente que el síndrome de burnout es un desafío serio en la sociedad actual, pero no es un fenómeno inevitable. Con conciencia y la implementación de estrategias preventivas, podemos mantener el equilibrio entre nuestras vidas laborales y personales, protegiendo nuestra salud física y mental. Reconoce las señales tempranas y no dudes en buscar ayuda si sientes que el burnout se está apoderando de ti. El autocuidado y el equilibrio son fundamentales para llevar una vida plena y saludable.

Referencias

Lauracio, C., & Ticona, T. L. (2020). Síndrome de Burnout y desempeño laboral en el personal de salud. Revista innova educación, 2(4), 543-554.

Lovo, J. (2020). Síndrome de burnout: Un problema moderno. Entorno, (70), 110-120.

 

Enith Daniela Villota Guevara

Psicóloga

Necesito descansar. Mejorando el rendimiento en entornos de alta demanda

A lo largo del tiempo, el trabajo ha sido valorado como un recurso socializador, adaptativo y objetivado por un conjunto de prácticas. No obstante, la actualidad se caracteriza por un ritmo de vida acelerado, con exigencias laborales cada vez más altas, es por ello que, el descanso adecuado se ha convertido en un elemento fundamental para rendir de manera óptima en entornos de alta demanda y mantener el bienestar físico y mental.

En este artículo, te invitamos a comprender que son los entornos de alta demanda, sus principales características y efectos en la vida de los trabajadores, además de señalar algunas estrategias para establecer tiempos de descanso cruciales para promover una salud integral en las personas y prevenir los efectos negativos.

¿Qué es un entorno de alta demanda?

Es un ambiente en el que confluyen un conjunto de factores que generan presión constante y exigencias significativas para los individuos que se encuentran en él. Estos entornos pueden estar presentes en diversos ámbitos, como el laboral, académico, deportivo o incluso en la vida personal. Las demandas solicitadas pueden ser físicas, mentales o emocionales y pueden provenir de diversas fuentes, como clientes, gerentes o el trabajo mismo.

Características comunes de los entornos de alta demanda:

  • Alta carga de trabajo: a menudo se espera que los empleados trabajen muchas horas y cumplan con plazos ajustados.
  • Alta presión: los empleados pueden sentirse presionados a rendir constantemente al máximo y pueden estar sujetos a revisiones o evaluaciones frecuentes de desempeño.
  • Control limitado: los empleados pueden tener poco control sobre sus horarios de trabajo o cómo realizan sus trabajos.

Trabajar en un entorno de alta exigencia puede tener una serie de efectos negativos en los empleados, tanto físicos como mentales. Estos efectos pueden incluir:

  • Los niveles altos de estrés pueden provocar una serie de problemas de salud, como presión arterial alta, enfermedades cardíacas y ansiedad.
  • El burnout es un estado de agotamiento emocional, físico y mental causado por un estrés prolongado o excesivo. Los síntomas del agotamiento pueden incluir fatiga, cinismo y una sensación de desapego del trabajo.
  • Los empleados que trabajan en entornos de alta demanda pueden tener dificultades para mantener un equilibrio saludable entre la vida personal y laboral. Es posible que pasen muchas horas en el trabajo y que tengan poco tiempo para actividades de ocio o relajación. Navarrete (2017) señala como ejemplo el auge del teletrabajo, que ha traído consigo una serie de transformaciones en la forma en que concebimos y desarrollamos nuestras actividades laborales. Si bien la flexibilidad y autonomía han sido algunos de los beneficios destacados de esta modalidad, también ha surgido una nueva realidad donde las líneas entre el tiempo laboral y el personal se han difuminado. Puesto que, la constante accesibilidad a las herramientas de trabajo y la cultura de la hiperconectividad han generado una expectativa de disponibilidad permanente por parte de los empleados, incluso fuera del horario laboral establecido.
  • Los empleados pueden estar menos satisfechos con su trabajo que los empleados que trabajan en entornos menos exigentes. Esto puede provocar un aumento de la rotación y una disminución de la productividad.

Castaño (2022) señala en su artículo que el descanso se ha instaurado en el mundo laboral como un imperativo conquistado a través de un sistema de aprendizaje continuo, con el cual se busca respetar los ritmos y ciclos del cuerpo y la mente del trabajador. Todo esto para equilibrar y regular la desproporción del exceso de actividades laborales y el manejo de tiempos de oció en el entorno laboral que pueda perturbar los márgenes del rendimiento. Por tal motivo, si trabajas en un entorno de alta demanda, hay varias cosas que puedes hacer para afrontar el estrés y las exigencias del trabajo:

  1. Asegúrate de dormir lo suficiente, comer alimentos saludables y hacer ejercicio con regularidad. Estas actividades pueden ayudar a reducir el estrés y mejorar tu salud general.
  2. Levántate y muévete cada 20 a 30 minutos para ayudar a prevenir la fatiga y mejorar la concentración.
  3. Aprende a decir no a trabajos o solicitudes adicionales si ya te sientes abrumado, o llega a acuerdos que sean posibles de cumplir, sin generarte una sobrecarga excesiva.

Es importante recordar que tu salud y bienestar son importantes. Recuerda que el buen descanso es una inversión en el bienestar integral que te permite afrontar los desafíos con mayor resiliencia, productividad y satisfacción personal. Es fundamental priorizar el descanso adecuado como una herramienta esencial para alcanzar el éxito y la felicidad en todos los ámbitos de la vida.

Referencias

Castaño, E. (2022). Del trabajo productivo y motivado al imperativo psicológico del descanso: Medellín, 1928-1975. Historia Crítica, (83), 57-76.

Navarrete, C. (2017). Jornada laboral y tecnologías de la info-comunicación:” desconexión digital”, garantía del derecho al descanso. Temas laborales: Revista andaluza de trabajo y bienestar social, (138), 249-283.

Enith Daniela Villota Guevara

Psicóloga

¡El trabajo me consume! Cómo afrontar el estrés laboral

Antes de iniciar, te invitamos a responder las siguientes preguntas:

  1. ¿Sientes fatiga constante o falta de energía?
  2. ¿Presentas dificultad para controlar tus emociones?
  3. ¿Percibes que no estás rindiendo bien en tu trabajo?
  4. ¿Has aumentado el consumo de alcohol, tabaco o cafeína?
  5. ¿Eres más impulsivo o agresivo de lo normal?

Si respondiste “sí” a varias de estas preguntas, es posible que estés experimentando estrés laboral. Y es que esta es una problemática creciente en el mundo actual, que afecta negativamente la salud mental y la calidad de vida de millones de personas. Por tal motivo, hoy te mostraremos desde una perspectiva psicológica información para que puedas comprender qué es el estrés laboral y cuáles son los factores que pueden promoverlo, así como algunos de los mecanismos de afrontamiento que fomenten tu bienestar individual.

¿Qué es el estrés laboral?

En la revisión realizada por Verduzco y Hernández (2018), el estrés laboral se define como una reacción fisiológica, psicológica y conductual ante exigencias o demandas del entorno laboral que no se ajustan a la capacidad de recursos del individuo para afrontarlas. Esta discrepancia entre las demandas y los recursos disponibles genera una sensación de desequilibrio y tensión que puede tener repercusiones significativas en la salud y el bienestar del trabajador.

 

Existen diversos factores que pueden contribuir al desarrollo del estrés laboral, incluyendo:

 

  1. Exigencias laborales excesivas

Cargas de trabajo elevadas, plazos ajustados, responsabilidades múltiples y falta de control sobre las tareas pueden generar una sensación de sobrecarga y presión.

 

 

  1. Falta de apoyo social y reconocimiento

La ausencia de apoyo por parte de compañeros, superiores o la organización en general, así como la falta de reconocimiento por el trabajo realizado, pueden contribuir al sentimiento de aislamiento y frustración..

 

 

 

3. Entorno laboral hostil

Un ambiente laboral caracterizado por conflictos, hostilidad, discriminación o acoso puede generar un clima de tensión y miedo que afecta negativamente el bienestar emocional del trabajador.

 

 

4. Desequilibrio entre vida laboral y personal Dificultades para conciliar la vida personal con las exigencias laborales pueden generar estrés adicional y afectar negativamente las relaciones familiares y sociales.

 

 

 

Afectación del estrés laboral en la calidad de vida

El estrés laboral no solo afecta el desempeño laboral, sino que también tiene un impacto significativo en la calidad de vida de las personas. Las consecuencias negativas del estrés laboral pueden manifestarse en diversas áreas:

  • Salud física: Puede aumentar el riesgo de enfermedades como hipertensión, cardiopatías, diabetes, trastornos digestivos y problemas musculares.
  • Salud mental: Contribuye al desarrollo de ansiedad, depresión, insomnio, irritabilidad y dificultad para concentrarse.
  • Comportamiento: Genera cambios negativos en el comportamiento, como aumento del consumo de alcohol o tabaco, agresividad, aislamiento social y descuido de las responsabilidades.
  • Relaciones: Afecta negativamente las relaciones familiares, de pareja y sociales, generando conflictos y distanciamiento.

 

Cambios conductuales para controlar el estrés laboral

Para afrontar el estrés laboral y proteger la salud mental y la calidad de vida, es importante conocer los mecanismos de afrontamiento que pueden promover el bienestar individual. Los mecanismos de afrontamiento al estrés laboral son aquellos esfuerzos cognitivos y conductuales que realiza cada persona para afrontar determinada situación. Pueden estar orientados en la solución del problema a través de un plan de acción que permita gestionar la fuente de estrés o, pueden estar orientados a la regulación mental a través de un cambio o regulación en las emociones negativas (ira, tristeza, etc.) resultantes de la percepción de la situación de estrés. 

El afrontamiento es considerado como un factor estabilizador, de manera que facilita el ajuste individual y la adaptación cuando se está ante situaciones estresantes. Dentro de las medidas de afrontamiento, se destacan las subescalas propuestas en el Brief COPE (Morán, et al., 2010), inventario multidimensional, desarrollado para evaluar las diferentes formas de respuesta ante el estrés.

A continuación, te mostramos algunas de las estrategias de afrontamiento que se suelen usar en los entornos laborales:

Medidas de afrontamiento Descripción
Afrontamiento activo Iniciar acciones directas, incrementar los propios esfuerzos eliminar o reducir al estresor.
Planificación Pensar acerca de cómo afrontar al estresor. Planificar estrategias de acción, los pasos a dar y la dirección de los esfuerzos a realizar.
Apoyo instrumental Procurar ayuda, consejo, información a personas que son competentes acerca de lo que se debe hacer.
Apoyo social-emocional Conseguir apoyo emocional de simpatía y de comprensión.
Desahogo Aumento de la conciencia del propio malestar emocional, acompañado de una tendencia a expresar o descargar esos sentimientos.
Reinterpretación positiva Buscar el lado positivo y favorable del problema e intentar mejorar o crecer a partir de la situación.
Aceptación Aceptar el hecho de lo que está ocurriendo, de que es real.

 

Suelen ser varios los mecanismos de afrontamiento al estrés que se aplican en los entornos laborales. Frente a determinado grado de estrés sufrido, el individuo tiende a utilizar más de un mecanismo que le permita evadir, asimilar o amortiguar el grado de estrés al cual está siendo sometido. 

Si al leer este artículo, te identificas con varios de los signos de estrés laboral mencionados, y consideras que las estrategias de afrontamiento que has implementado hasta ahora no son suficientes para manejar la situación, te recomendamos buscar ayuda profesional. Un especialista en salud mental puede brindarte las herramientas y el apoyo necesarios para gestionar el estrés de manera efectiva, mejorar tu bienestar y proteger tu salud mental a largo plazo.

 

Referencias

Morán, C., Landero, R., & González, M. T. (2010). COPE-28: un análisis psicométrico de la versión en español del Brief COPE. Universitas Psychologica, 9(2), 543-552.

Silla, J. (2011). Estrés laboral y riesgos psicosociales: Investigaciones recientes para su análisis y prevención. Universitat de València.

Verduzco, R. & Hernández, C. (2018). El estrés en el entorno laboral Revisión genérica desde la teoría. Cultura Científica y Tecnológica, (64).

 

Enith Daniela Villota Guevara

Psicóloga

¡Quiero trabajar! Cómo el trabajo puede mejorar tu vida y bienestar

El trabajo es la actividad humana que moviliza los esfuerzos de una o más personas a fin de cumplir ciertos objetivos económicos o sociales. En los adagios populares, se encuentran dichos como:
– El trabajo es salud.
– El trabajo dignifica al hombre.
– El que trabaja no come paja, ni bebe agua como un buey.

¿Los has escuchado? Pues bien, el trabajo, más allá de ser una actividad para obtener ingresos, es una faceta importante en la vida, con un impacto significativo en el bienestar psicológico, desarrollo personal y realización profesional de las personas. Un empleo ayuda a satisfacer necesidades personales y sociales, que van más allá de los requerimientos básicos o intereses materiales. Dichos beneficios son:

Estructura y propósito

Trabajar, proporciona una rutina diaria y la consolidación de objetivos claros que se deben alcanzar, lo que contribuye en términos psicológicos a generar una percepción favorable de estabilidad emocional y autoestima. Un estudio publicado en la Revista Enfermería CyL (2020) encontró que perder el trabajo o no poder acceder a una actividad remunerada son situaciones que confrontan a la persona que las padece a una gran variedad de dificultades como la incapacidad para solventar los gastos cotidianos y pagar las deudas, lo que aumenta el sentimiento de culpa excesiva, la falta de esperanza en el futuro, alteraciones del sueño, cambios en el apetito o en el peso y sensación de cansancio acusado o de falta de energía.

Desarrollo de habilidades

El trabajo ofrece oportunidades para aprender y desarrollar nuevas habilidades:

  • Habilidades técnicas específicas relacionadas con la profesión o el oficio desempeñado, como el manejo de herramientas, software o técnicas específicas.
  • Habilidades interpersonales como el trabajo en equipo, la comunicación efectiva, la resolución de conflictos y la empatía se desarrollan y perfeccionan en el entorno laboral.
  • Habilidades de gestión del tiempo, el trabajo exige una buena organización, planificación y gestión del tiempo para cumplir con las tareas y responsabilidades de manera eficiente.

En su estudio Chávez y Manjarrez indican que el trabajo desafiante y estimulante fomenta el crecimiento personal y la satisfacción laboral.  Lo que incentiva a brindar soluciones útiles a los problemas diarios que se suscitan en el entorno laboral, para fortalecer aquellas capacidades de adaptación, liderazgo, resiliencia y trabajo en equipo.

Redes sociales y apoyo

El entorno laboral brinda la oportunidad de establecer relaciones sociales y construir una red de apoyo. Un estudio publicado en el Journal of Occupational Health Psychology (2020) encontró que las relaciones positivas en el trabajo contribuyen al bienestar emocional y reducen el estrés laboral.

Algunos aspectos a tener en cuenta para experimentar una experiencia laboral favorable son:

Establecimiento de límites

En el mundo laboral actual, donde la conectividad digital y la cultura del “siempre activo” son predominantes, es crucial establecer límites claros entre la vida profesional y personal. Estos límites actúan como un escudo protector que previene la sobrecarga laboral, el estrés crónico y el agotamiento, promoviendo el bienestar integral del empleado. Al establecer límites, se define un horario laboral específico, se desconectan las notificaciones fuera de este horario, y se aprende a decir “no” a solicitudes adicionales que sobrepasen las responsabilidades asignadas. Esto permite proteger el tiempo libre, un espacio vital para el descanso, la recarga emocional y la realización de actividades personales que nutren la salud mental y física.

Gestión del tiempo

Dominar esta habilidad implica planificar, organizar y ejecutar las actividades de manera estratégica, aprovechando al máximo el tiempo disponible y optimizando los recursos. Una persona que gestiona bien su tiempo es capaz de establecer prioridades claras, identificar las tareas importantes y dedicarles la atención y el esfuerzo necesarios. La gestión eficaz del tiempo también implica minimizar las distracciones, tanto externas como internas. Esto incluye silenciar las notificaciones, evitar las redes sociales durante el trabajo y concentrarse en una tarea a la vez. Además, es importante tomar descansos regulares para refrescar la mente y mantener la productividad. Al desarrollar habilidades de gestión del tiempo, los empleados no solo aumentan su eficiencia, sino que también reducen el estrés, mejoran su estado de ánimo y aumentan su satisfacción laboral.

Búsqueda de apoyo

En el entorno laboral, donde las exigencias y responsabilidades pueden ser altas, es fundamental que los empleados tengan acceso a recursos y mecanismos de apoyo para afrontar adecuadamente los desafíos que puedan surgir y proteger su bienestar integral. La búsqueda de apoyo, ya sea psicológico o profesional, se convierte en un pilar para mejorar la calidad de vida del empleado y promover un entorno laboral más saludable y productivo

Es importante reconocer las señales que indican que se necesita ayuda. El estrés, la ansiedad y el burnout son algunos de los problemas más comunes que pueden afectar a los empleados en su entorno laboral. Estos problemas pueden manifestarse a través de diversos síntomas, como:

  • Síntomas físicos: Dificultad para dormir, dolores de cabeza, fatiga constante, cambios en el apetito, problemas digestivos.
  • Síntomas emocionales: Irritabilidad, tristeza, apatía, dificultad para concentrarse, sensación de agobio, pérdida de motivación.
  • Síntomas conductuales: Aumento del consumo de alcohol o drogas, aislamiento social, descuido de las responsabilidades laborales o personales, cambios en los patrones de sueño o alimentación.

Mantenimiento de una vida saludable

Es importante para enfrentar los desafíos del entorno laboral y alcanzar el equilibrio entre la vida personal y profesional:

  • Alimentación balanceada: Consumir una dieta rica en frutas, verduras, cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables es esencial para proporcionar al cuerpo la energía y los nutrientes necesarios para funcionar correctamente.
  • Actividad física regular: Realizar ejercicio físico de manera regular, al menos 30 minutos diarios, ayuda a mantener un peso saludable, fortalecer los músculos y huesos, mejorar la salud cardiovascular y reducir el estrés.
  • Sueño adecuado: Dormir entre 7 y 8 horas por noche es fundamental para que el cuerpo y la mente se recuperen del desgaste diario, mejorando la concentración, la memoria y el estado de ánimo.
  • Equilibrio entre vida laboral y personal: Dedicar tiempo a actividades fuera del trabajo, como pasatiempos, relaciones sociales o tiempo en familia, es esencial para mantener un equilibrio saludable y prevenir el burnout.

Al adoptar una mentalidad proactiva y responsable en el ámbito laboral, puedes transformar tu trabajo en una experiencia enriquecedora y significativa, logrando un equilibrio entre vida personal y profesional que te permitirá alcanzar el bienestar integral y la satisfacción laboral.

Referencias

Chávez, M., & Fuentes, N. (2022). Habilidades blandas y habilidades duras, clave para la formación profesional integral. Ciencias Sociales y Económicas, 6(2), 27-37.

García, A., Jiménez, M. (2020). Estudio ecológico sobre la relación entre desempleo y depresión en Europa en 2014. Revista Enfermería CyL, volumen (12), número (1).

Smith, R., Kim, Y., & Carter, N. (2020). Does it matter where you’re helpful? Organizational citizenship behavior from work and home. Journal of Occupational Health Psychology, 25(6), 450.

Enith Daniela Villota Guevara

Psicóloga

Saliendo del bucle: Estrategias para afrontar la rumiación mental

¿Sabías qué?

– La preocupación se centra en el intento de resolución de problemas que se orientan hacia el futuro, mientras que, la rumiación se vincula a situaciones de pérdida o fracaso y están centrados en el pasado.
– A diferencia de la reflexión, que busca soluciones, la rumiación se centra en pensamientos negativos sin avanzar hacia soluciones.
– La rumiación mental puede aumentar la ansiedad, depresión, baja autoestima y tener repercusiones negativas en la calidad del sueño, entre otras afectaciones.

¿Te ha pasado qué piensas en algo, intentas despejar la mente para no insistir en ese pensamiento, pero inevitablemente vuelves a hacerlo?

En este artículo, exploraremos este fenómeno, sus efectos y las estrategias para aprender a gestionarla.

¿Qué es la rumiación mental?

En su estudio, De Rosa y Keegan, mencionan que la rumiación mental es una estrategia de afrontamiento desadaptativa frente a estados de ánimo negativo que implica una atención autoenfocada, intensa y recurrente frente a un pensamiento que se vuelve estático y queda anclado, lo que produce malestar, estrés, ansiedad, falta de concentración, insomnio, depresión, sin llegar a una solución o conclusión satisfactoria. De esta forma, la persona que rumia sufre durante más tiempo y con más intensidad los efectos del estado de ánimo, generando un bucle mental que puede llevar a un agotamiento emocional.

¿Por qué se produce?

La predisposición biológica, las experiencias vividas y las estrategias que se utilizan para regular lo que se siente son los factores explicativos de este tipo de procesos. En este sentido, la rumiación es un estilo de afrontamiento pasivo, no centrado en soluciones o acciones, lo cual hace que la decisión se posponga, derivando un ciclo de mayor preocupación y rumiación. Frente a esto, se opta por intentar buscar las causas, según cada caso particular, evitando caer en el juicio, la culpa y la anticipación de problemas porque esto solo mantendrá e intensificará el malestar.

Estrategias para Gestionar la Rumiación Mental

Afortunadamente, existen estrategias efectivas para abordar la rumiación mental:

  • Autoconciencia: Reconoce cuándo estás empezando a pensar de modo constante en una situación. Este es el primer paso para el cambio.
  • Establece un límite de tiempo: Permítete pensar en un problema durante un período de tiempo determinado. Cuando se acabe el tiempo, comprométete a dejarlo ir y a enfocarte en soluciones.
  • Practica la atención plena: te ayuda a vivir el presente y a reducir la rumiación sobre el pasado o la preocupación frente al futuro.
  • Haz ejercicio físico: la actividad física promueve la liberación de endorfinas y la atención al presente.
  • Cambia la perspectiva: Trata de ver tus pensamientos desde una perspectiva más objetiva y realista. ¿Son realmente tan catastróficos como parecen?
  • Practica la escritura terapéutica: escribe sobre las propias sensaciones, emociones y pensamientos, esto permite ordenar lo que se tiene en la cabeza y ponerlo fuera.
  • Utiliza la técnica STOP: Este es un procedimiento de autocontrol para eliminar los pensamientos repetitivos, cambiándolos por pensamientos más adecuados y realistas. Ten en cuenta los siguientes pasos:
  1. Identifica y verbaliza las emociones que están siendo problemáticas.
  2. Elige un estímulo que interrumpa los pensamientos negativos. Puede ser un aplauso o un pellizco y simultáneamente utilizar la palabra ¡stop!
  3. Cambia de actividad, una vez hayas interrumpido el pensamiento.
  4. Intenta contrarrestar los pensamientos negativos con pensamientos más adaptativos que no tengan tintes de crítica, juicio o desaprobación, sino que resalten aquello que puedes hacer mejor.

Es importante que tengas en cuenta que, cambiar los patrones de pensamiento lleva tiempo y práctica, así que sé amable contigo mismo en este proceso de transformación hacia una mente más tranquila y equilibrada.

Referencias

De Rosa, L., & Keegan, E. (2018). Rumiación: consideraciones teórico-clínicas. Revista Argentina de Clínica Psicológica, 27(1), 36-43.

Marrero Alano, M. Eficacia de la Terapia cognitiva basada en Mindfulness para el tratamiento de la depresión y la rumiación: una revisión bibliográfica [en línea]. Trabajo final de grado. Montevideo: Udelar. FP, 2022.

 

Enith Daniela Villota Guevara

Psicóloga

Criando con Amor: Dile No a la Violencia

A poco de cumplir 2 años de sancionada la Ley 2089 de 2021 conocida como “Ley anti chancleta”, la cual prohíbe el castigo físico como un método para corregir el mal comportamiento de niños y niñas, en una audiencia pública realizada por el ICBF en enero de 2023, se revisaron los avances de la implementación de dicha Ley. Según el ICBF, la Estrategia Nacional Pedagógica y de Prevención del castigo físico, los tratos crueles, humillantes o degradantes ya ha sido apropiada en los 32 departamentos del país, a través de la gestión del conocimiento, fortalecimiento de capacidades, participación e incidencia social. No obstante, según las cifras de Medicina Legal, entre enero y noviembre del 2022 se presentó un incremento en las acciones violentas contra menores de edad respecto al mismo periodo del 2021. Lo que hace evidente el establecimiento de rutas de intervención particular y acompañar a las familias para darles todas las herramientas de crianza sin violencia. Basados en este contexto, hoy hablaremos acerca de crianza respetuosa, donde se explora por qué el uso de la violencia en la crianza es una estrategia negativa y cómo se puede optar por prácticas de cuidado alternativas que fomenten el respeto y la dignificación de la infancia.

Dile NO a la Violencia

La violencia en la crianza, ya sea física o verbal, puede tener consecuencias profundas y negativas en el desarrollo emocional y psicológico de los niños. En la que se pueden evidenciar algunas consecuencias como:

– Daño emocional: Los niños que experimentan violencia pueden desarrollar problemas emocionales, como ansiedad, depresión y baja autoestima.
– Reproducción de patrones: Los niños tienden a repetir patrones de comportamiento que aprenden en casa, lo que puede perpetuar la violencia en generaciones futuras.
– Problemas de comportamiento: La violencia puede manifestarse en problemas de comportamiento, como agresión o aislamiento social.

En la ponencia Crianza Respetuosa: Hacia una parentalidad centrada en las niñas y los niños se indica que la crianza respetuosa, también conocida como crianza consciente o crianza con apego, es un enfoque de crianza que se centra en el respeto hacia los niños como individuos autónomos, en el que se buscar el fortalecimiento de la relación afectiva entre padres e hijos en donde a estos últimos se les respetan sus derechos y necesidades emocionales y se les reconoce y atiende de manera respetuosa.

Algunos principios clave de la crianza respetuosa incluyen:

– Fomentar un apego seguro, lo que significa establecer una conexión emocional fuerte y segura entre los padres y los hijos. Esto se logra a través del contacto físico, la atención a las necesidades emocionales y la respuesta sensible a las señales del niño.

– Promover una comunicación abierta y respetuosa con los niños, escuchando sus pensamientos y sentimientos sin juzgar.

– Permitir que los niños desarrollen su autonomía y tomen decisiones apropiadas para su edad. Esto incluye permitirles explorar su entorno de manera segura. Utilizando un enfoque de educación positiva en lugar de recurrir al castigo. Esto implica reforzar el comportamiento deseado y enseñar habilidades de resolución de problemas.

– Crianza Basada en el Respeto Mutuo: la cual se basa en el respeto mutuo entre padres e hijos, donde ambos se tratan con dignidad y consideración.

Este tipo de crianza busca crear un ambiente de seguridad emocional y confianza que permita un desarrollo saludable de los niños, al mismo tiempo que fortalece los lazos entre padres e hijos. Se trata de criar a los hijos de manera amorosa, atenta, reconociendo y respetando sus necesidades individuales y fomentando su crecimiento emocional y personal y se funda en el amor, la empatía y el respeto mutuo.
A continuación, se establecen una serie de pautas que puedes instaurar en tu hogar para promover cambios positivos en las dinámicas de crianza:

– Instaura una comunicación abierta: Escucha a tus hijos y dales espacio para expresar sus sentimientos y pensamientos.
– Establece límites claros: Generando acuerdos de comportamiento y cuáles son las consecuencias que puede acarrear el no respetar lo pactado, evitando recurrir a la violencia física o verbal.
– Sé un modelo de comportamiento positivo: Los niños aprenden más de lo que ven que de lo que se les dice. Es por ello que la mejor instrucción es tu propio comportamiento.

La crianza respetuosa es un camino hacia la formación de niños emocionalmente saludables y responsables. Al decir “No” a la violencia y optar por prácticas de cuidado alternativas, estamos construyendo un futuro mejor para nuestros hijos y la sociedad en su conjunto. Juntos, podemos criar con amor y respeto, y ser agentes de cambio positivo en la vida de nuestros seres queridos. ¡Comencemos hoy mismo!

 

Referencias
Coto, M., & Cubillo, N. (2020). Crianza Respetuosa: Hacia una parentalidad centrada en las niñas y los niños. Estudios, (41), 428-450.
Lafita, L., & Cabrera, R. (2023). Efectividad del Proyecto Crianza Respetuosa para la promoción de bienestar psicológico en niños y adolescentes. Revista del Hospital

Psiquiátrico de La Habana, 20(2).

Enith Daniela Villota Guevara

Educación emocional en familia Un camino hacia la conexión y comunicación auténtica

En la sociedad actual, el conocimiento sobre las emociones es un territorio poco explorado por la población en general. La falta de comprensión emocional ha llevado a dificultar la comunicación sincera y abierta frente a las experiencias propias y sentimientos en la vida. Ante esta dificultad, la educación emocional en la familia se convierte en el faro que puede guiar a todos los miembros del núcleo hacia la conexión y la empatía en el hogar.

¿Qué es la educación emocional?

La educación emocional es un valioso recurso que permite comprender y gestionar las emociones, así como entender las de los demás. Vale aclarar que, las competencias emocionales son un conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para comprender, expresar y regular de forma apropiada los fenómenos emocionales, siendo una herramienta esencial para construir relaciones significativas y saludables en el seno familiar.

En el libro Educación emocional, propuestas para educadores y familias, el autor indica que, la implicación de la familia es clave para la educación emocional de los hijos e hijas, pues dicha educación significa desarrollar competencias emocionales en los niños y niñas, sin embargo, primero es necesario que primero se formen emocionalmente los padres y cuidadores, para manifestar dichas competencias en su comportamiento, ya que los infantes aprenden más por lo que ven hacer que por lo que se les dice que hagan.

Conociendo las Emociones para Aplicarlas en la Vida

Cada miembro del hogar, desde los más pequeños hasta los más grandes, requiere conocer y aplicar la educación emocional en su día a día. Esta habilidad no solo nos ayuda a enfrentar los desafíos de la vida, sino que también nos brinda la capacidad de conectar de manera genuina con nuestros seres queridos.

Crear experiencias parentales que fomenten la educación emocional en la familia es una forma efectiva de ayudar a los niños a desarrollar habilidades saludables.

A continuación, se enunciarán algunas pautas que puedes poner en práctica para educar emocionalmente a los miembros del hogar:

– Fomentar el Diálogo Abierto: Propicia un ambiente donde cada miembro de la familia se sienta cómodo expresando sus emociones y pensamientos sin temor al juicio.
– Identificar Emociones Ayuda a tus hijos a identificar sus emociones y a ponerles nombre. Esta habilidad les permitirá comprender lo que sienten y cómo pueden manejarlo.
– Validar las Emociones: Acepta y valida las emociones de tus hijos, enseñándoles que todas las emociones son válidas y que tienen derecho a sentirlas.
– Practica la regulación emocional: Enseña a tus hijos estrategias para regular sus emociones. Esto puede incluir técnicas de respiración profunda, visualización, actividad física o búsqueda de apoyo social. Practica estas técnicas junto con ellos para mostrarles cómo se pueden aplicar en diferentes situaciones.
– Modelar Comunicación Empática: Demuestra empatía con tus hijos y con los demás miembros de la familia, mostrándoles cómo escuchar y entender las emociones de los demás. Modela la empatía expresando comprensión y mostrando interés genuino cuando tus hijos compartan sus emociones. Pregunta cómo se sienten en diferentes situaciones y ayúdales a ponerse en el lugar de los demás.
– Aprender de las Experiencias: Utiliza las situaciones cotidianas como oportunidades para aprender sobre las emociones y cómo manejarlas de manera saludable.
– Promueve la resolución de problemas emocionales:  Ayuda a tus hijos a encontrar soluciones constructivas a los desafíos emocionales que enfrentan. Anímalos a identificar posibles soluciones, evaluar las consecuencias y elegir la opción más adecuada. Brinda apoyo y orientación cuando sea necesario.
– Celebra los logros emocionales: Reconoce y celebra los logros emocionales de tus hijos. Elogia su capacidad para identificar y expresar sus emociones de manera saludable, así como su capacidad para manejar situaciones emocionalmente desafiantes. Esto refuerza su confianza y motivación para seguir desarrollando su inteligencia emocional.
– Promueve el juego y la creatividad emocional: El juego puede ser una forma poderosa de explorar y experimentar con las emociones. Fomenta juegos de roles, actividades de arte y narrativas que involucren la expresión y exploración emocional. Esto permite a tus hijos practicar y desarrollar su inteligencia emocional de manera lúdica.

La educación emocional en familia es el puente que permite a todos los integrantes de la familia conectar de manera profunda, genuina y significativa. Al comprender y expresar las emociones, se pueden fortalecer los lazos afectivos y crear un ambiente donde la empatía y el amor fluyan libremente.

Si bien el texto es orientativo a familias que tienen a su cuidado niños y adolescentes, no olvides que, si tu núcleo familiar está compuesto por adultos, esta información también es válida y pertinente. Es por esto que, extendemos una invitación a cada lector a embarcarse en este proceso de descubrimiento emocional junto a su familia. Educarse en este tema, permite comprender las emociones propias y las de los demás.

Recuerda que ser un modelo de inteligencia emocional es fundamental, para aquellos que te rodean pues les permites conocer cómo reaccionar ante ciertos eventos de la vida y a su vez a cómo gestionar las emociones de manera saludable, para poder hacerle frente a la situación y a resolver conflictos de ser necesario.
¡Conviértete en un puente emocional para que otros, por tu ejemplo, encuentren la manera de comprender y gestionar, su área emocional!, ¿Por cuál pauta darás inicio a este reconocimiento?

Referencias
Biquerra, R. (2011). Educación Emocional. Propuestas para educadores y familias. Desclee de Brouwer.

Enith Daniela Villota Guevara

Afrontando los problemas de conducta Un camino de crecimiento para todos los miembros del hogar

Los problemas de conducta de niños y adolescentes constituyen una de las preocupaciones de las familias en la sociedad actual. Ante esto, hay familias que son capaces de afrontar estas situaciones y salir adelante, mientras otras se ven desbordadas, sin saber cómo actuar. Este tipo de problemas pueden verse como una preocupación para las familias, pero también como una oportunidad para crecer juntos y fortalecer los lazos afectivos entre los miembros del núcleo familiar.

Para ello es necesario reconocer que, la autorregulación emocional y las estrategias de afrontamiento son
herramientas valiosas para ver cambios conductuales positivos en los niños y adolescentes y permite mejorar el
clima familiar.

Entendiendo los Problemas de Conducta

La conducta problemática en niños y adolescentes puede manifestarse de diversas formas, desde rabietas y desafíos a la autoridad, hasta actitudes de aislamiento o agresividad. Estas conductas pueden ser una señal de que niños y jóvenes están lidiando con emociones complejas y necesitan apoyo para aprender a expresarlas de manera saludable.

El estudio Intervención sobre autorregulación cognitiva, conductual y emocional en niños menciona que la
autorregulación resulta fundamental para fomentar el comportamiento adaptativo. Frente a esto, se propone el desarrollo e instauración de habilidades cognitivas, motivacionales y emocionales en los niños y adolescentes que permitan un aprendizaje efectivo, de tal manera que estos puedan aplicar habilidades de regulación emocional de forma continua, posibilitando un afecto positivo, una mejora en el funcionamiento interpersonal y mayor bienestar en general.

Algunas de las estrategias de autorregulación emocional y afrontamiento que se pueden trabajar son:

  • Reconocimiento emocional: Ayudar a los niños y adolescentes a identificar y expresar sus emociones. Enseñándoles a reconocer cuándo se sienten tristes, frustrados o enojados.
  • Respiración y relajación: Practicar ejercicios de respiración y técnicas de relajación les permite afrontar situaciones estresantes con calma y control.
  • Creación de espacios seguros: Fomentar la comunicación abierta en casa, donde puedan hablar sobre sus sentimientos sin temor a juicios.
  • Fomentar la autodirección: Permite que tu hijo/a tenga cierto control sobre su tiempo y actividades. Anímale a elegir qué hacer y darle espacio para explorar sus propios intereses. Esto fomenta su autonomía y capacidad de autorregularse.
  • Establecer rutinas y estructura: El establecimiento de rutinas y horarios regulares puede ayudar a los niños a desarrollar un sentido de estructura y anticipación. Esto les proporciona seguridad y les ayuda a gestionar la impaciencia al saber qué esperar en determinados momentos del día.
  • Identificar soluciones: Ayuda a los jóvenes a buscar diferentes soluciones a sus problemas en lugar de reaccionar impulsivamente.
  • Aprendizaje de habilidades sociales: Enseñarles a resolver conflictos de manera asertiva y a establecer relaciones saludables con sus pares.
  • Ofrecer alternativas y opciones: Si tu hijo/a expresa aburrimiento o impaciencia, ofrece diferentes opciones para que pueda elegir. Esto le brinda un sentido de control y le permite encontrar una actividad que sea más interesante para él/ella en ese momento.
  • Practicar la paciencia juntos: Enseña a tu hijo/a que la paciencia es una habilidad que se puede desarrollar. Puedes hacerlo a través de juegos, actividades o situaciones en las que se requiera esperar. Refuerza y elogia su comportamiento paciente y resalta los beneficios que puede obtener al ser paciente.
  • Ser un modelo de paciencia y resiliencia: Los niños aprenden mucho observando a los adultos. Muestra paciencia y resiliencia en tu propia vida cotidiana y comparte con tu hijo/a cómo manejas las situaciones adversas de manera efectiva.

Puesto que padres y cuidadores también enfrentan desafíos emocionales al afrontar los problemas de conducta de los niños y adolescentes. Es fundamental trabajar en estrategias de afrontamiento que les permita servir de apoyo y guía para los más jóvenes. Si te encuentras ocupando uno de estos roles, te invitamos a que pongas en acción las siguientes pautas:

  • Auto-Cuidado: Dedica tiempo para cuidarte a ti mismo, buscando espacios de relajación y apoyo emocional.
  • Comunicación abierta: Mantén un diálogo constante y respetuoso con tus hijos para conocer sus preocupaciones y necesidades.
  • Apoyo mutuo: Busquen apoyo entre familiares y amigos para compartir experiencias y consejos.
  • Buscar ayuda profesional: No dudes en consultar a un psicólogo o terapeuta si sientes que necesitas orientación para afrontar la situación, estas pautas son básicas, pero si consideras que es difícil sobrellevar las circunstancias que vives en tu hogar, acude a atención especializada para trabajar tu caso de manera específica y profunda.

Trabajar este tipo de problemáticas en niños y adolescentes de manera respetuosa implica un largo proceso para ayudarles a desarrollar habilidades de autorregulación y ofrecerles herramientas para gestionar su tiempo y emociones. Recuerda que cada persona es única y puede responder de manera diferente a estas estrategias y pautas. Sé paciente contigo y con el niño/a o adolecente con el que te encuentras trabajando, e intenta ser flexible en tu enfoque, adaptando las estrategias según las necesidades individuales del niño o adolescente.

Referencias
Canet, L., García, A., Andrés, M., Vernucci, S., Aydmune, Y., & Stelzer, F. (2020). Intervención sobre
autorregulación cognitiva, conductual y emocional en niños: Una revisión de enfoques basados en procesos y en
el currículo escolar, en Argentina. Revista Argentina de Ciencias del Comportamiento, 12(1), 1-25.

Enith Daniela Villota Guevara

¿A qué jugamos hoy? Beneficios del juego en el desarrollo infantil

¿Sabías que, el juego es una poderosa herramienta para el desarrollo infantil? Enseñar jugando no solo es divertido, sino que también es esencial para la maduración cognitiva, emocional y social de los niños y niñas. En el estudio Fomento del desarrollo infantil mediante el juego en entornos naturales apropiados, los investigadores señalan que, el juego no es solo un pasatiempo, sino una valiosa forma de aprendizaje que los padres y cuidadores deben fomentar en el proceso de crianza.

El juego simbólico, es un tipo de actividad lúdica en la que se simulan situaciones, objetos y personajes que no están presentes en el momento del juego. Este juego de ficción es considerado como uno de los más representativos de la infancia y cuenta con la ventaja de reunir diferentes beneficios para el desarrollo infantil entre los cuales se encuentra:
– Comprender y asimilar el entorno circundante.
– Desarrollar el lenguaje, ya que los niños verbalizan continuamente mientras van jugando, tanto si están solos como sí están acompañados
– Aprender a través de la diversión, facilitando la comprensión y retención de información.
– Generar estimulación cognitiva, puesto que mientras juegan, los niños resuelven problemas, desarrollan habilidades matemáticas, mejoran la memoria y potencian la creatividad.
– Construcción de relaciones sociales: el juego en grupo fomenta la colaboración, la empatía y la resolución de conflictos, habilidades fundamentales para la vida en sociedad.
– Desarrollar habilidades motoras, mejorando la coordinación motora y la fuerza física.

¿Cómo fomentar el juego en la rutina diaria?

Debido a que hoy en día los padres se encuentran sobrecargados de trabajo para sostener el cuidado del hogar, la posibilidad de disponer tiempo de juego entre padres y niños es limitada, sobre todo por la creencia de que hay necesidad de períodos específicos y exclusivos del día, además de juguetes costosos y tecnológicos para tales actividades. Sin embargo, en el artículo El juego en la rutina doméstica para la promoción del desarrollo infantil, se menciona que el juego entre los padres o cuidadores y el niño no requiere mucho tiempo y puede ocurrir durante las actividades de la rutina diaria, como cocinar, limpiar, alimentar y bañar, utilizando materiales domésticos y objetos que se encuentran comúnmente en casa.

Recuerda que como adulto conoces al niño (sus características, necesidades y desarrollo educativo) y esto te permite fomentar el juego para utilizarlo como metodología de aprendizaje. La función que cumples en el juego es la de utilizar estrategias variadas y originales para promover una actividad creativa e intervenir en los diferentes momentos en que el niño o niña requiera ayuda. Hoy te proporcionamos algunas indicaciones para hacerlo:
– Proporciona un entorno seguro y adecuado: Elimina cualquier objeto o elemento que pueda representar un peligro y asegúrate de que haya suficiente espacio para que el niño se mueva libremente.
– Permítele explorar y descubrir: El juego es una oportunidad para que el niño explore y descubra el mundo que lo rodea. Permítele investigar y experimentar por sí mismo, en lugar de proporcionarle todas las respuestas. Esto fomenta su curiosidad y capacidad de resolución de problemas.

– Sé un observador atento: Esto te permite identificar sus intereses, habilidades y necesidades y con ello podrás adaptar las actividades de juego a sus características individuales y proporcionarle el apoyo adecuado cuando sea necesario.

– Sé flexible y abierto a su iniciativa: Permítele al niño tomar decisiones y liderar el juego. Fomenta su creatividad y permita que sus ideas y preferencias guíen la actividad. Esto promueve su autonomía y confianza en sí mismo.

– Aprovecha el juego para enseñar conceptos y habilidades: El juego puede ser una oportunidad para enseñar conceptos y habilidades importantes. Aprovecha momentos de juego para introducir nuevos vocabularios, enseñar habilidades matemáticas básicas, promover la comunicación o desarrollar habilidades sociales, por ejemplo.

– Sé un compañero de juego activo: Participa activamente en el juego del niño. Sé su compañero de juego, demuestra interés genuino y brinda apoyo cuando sea necesario. Esto fortalece el vínculo entre tú y el niño y fomenta su confianza y sentido de pertenencia.

– Promueve la comunicación y la expresión emocional: Fomenta la comunicación verbal y no verbal durante el juego. Anima al niño a expresar sus pensamientos, emociones y necesidades. Esto ayuda a desarrollar sus habilidades de comunicación y a gestionar sus emociones.

El juego es una puerta mágica hacia el aprendizaje y el desarrollo integral de los niños. A través del juego, se construyen conexiones emocionales con ellos se les brinda apoyo y el espacio que necesitan para crecer y descubrir su potencial.Cada niño es único y puede tener diferentes intereses y formas de aprendizaje. Ajusta estas indicaciones según las necesidades y características individuales del niño, y recuerda que el juego debe ser divertido y gratificante para el niño.
¿Y tú, hoy a qué vas a jugar? Está en nuestras manos la oportunidad de cultivar seres humanos felices, curiosos y emocionalmente fuertes. ¡Juntos, hagamos del juego una fuente inagotable de conocimiento y amor en el desarrollo de nuestros niños!

Referencias
Martens, D., & Molitor, H. (2020). Play in appropriate natural environments to support child development. Psyecology, 11(3), 363-396.
Solís, K., Rocha, J., Marinho, P., Camargo, P., & Fujimori, E. (2023). Play into the domestic routine to promote child development: cross-sectional study. Revista Gaúcha de Enfermagem, 44, e20220127.

Enith Daniela Villota Guevara

Con amor te enseño. Impacto de las prácticas parentales en el bienestar infantil

En la sociedad actual, padres y cuidadores enfrentan cada vez más retos al criar a sus personas a cargo. La vida moderna conlleva una dinámica acelerada, en la que bajo las extenuantes y largas jornadas de trabajo el tiempo se ha vuelto un recurso escaso, afectando la interacción familiar. Sin embargo, pese a las restricciones y limitaciones que el contexto impone, es esencial asegurar que los momentos disponibles sirvan para reafirmar los lazos vinculares de manera significativa y enriquecedora, permitiendo el desarrollo emocional y psicológico de todos los miembros de la familia.

No es solo cuestión de tiempo, también es necesario que las prácticas de crianza se encuentren basadas en el respeto, amor y cariño puesto que estas promueven relaciones seguras y afectuosas. En el artículo Crianza Respetuosa: psicología clínica infantil en la protección de la salud mental de la niñez, se indica que el bienestar psicológico de los niños y adolescentes, depende en buena medida de los adultos referentes a cargo del cuidado. Es por ello que se insta a que la base de cualquier estilo de crianza, sea fundada bajo el respeto y afecto como modo de promover el bienestar psicológico de los niños y adolescentes y disfrutar de mejor manera los roles de sus cuidados y educación.

Por otro lado, en relación con los cuidadores, la indagación científica ha mostrado que los principales retos para ellos son: lograr organizar la vida en casa con horarios y rutinas, proveer a los niños de actividades atractivas y potenciadoras del desarrollo psicológico, lidiar con conductas caracterizadas por actitudes desafiantes, rebeldes y voluntariosas, manejar la actividad de estudio y lograr simultanear con efectividad los cuidados de los hijos y las labores domésticas. Además, un problema común de la mayoría de cuidadores, es no ver a la niñez como sujetos de derechos, sino como personas en una etapa en la que deben recibir cuidados proteccionistas, sin otorgarles participación activa en los procesos de desarrollo. Ante esto, se sugiere adoptar un enfoque basado en prácticas de cuidado respetuosas, lo cual implica enseñar con amor y respeto mutuo, teniendo en cuenta la empatía y la comunicación abierta. 

Para lograrlo, hemos enlistado una serie de pautas que pueden servir como guía inicial en este proceso de mejora:

  • Fomentar la conexión emocional: Establecer una conexión emocional sólida a través de la atención y la disponibilidad. Buscar escuchar activamente los sentimientos, necesidades y preocupaciones, y mostrarle a la persona comprensión y apoyo.
  • Practicar una comunicación respetuosa: Habla con los miembros del hogar de manera respetuosa. Evita el lenguaje ofensivo o despectivo y muestra interés genuino en las diferentes ideas y opiniones. Escucha atentamente y respeta los turnos establecidos para hablar.
  • Establecer límites claros pero flexibles: Considera las diferentes necesidades individuales. Explica las razones detrás de los límites de manera comprensible para la edad de cada integrante y brinda opciones cuando sea posible.
  • Practicar la crianza democrática: Involucra al infante o adolescente en la toma de decisiones y la resolución de problemas familiares. Fomenta la participación activa y la colaboración, teniendo en cuenta las opiniones y preferencias de este miembro dentro de los límites razonables.
  • Valorar y respetar las emociones: Valida las emociones del niño o adolescente. Ayúdale a identificar y expresar lo que siente de manera saludable. Enseña estrategias de autorregulación emocional y brinda apoyo y consuelo cuando sea necesario.
  • Promover la autonomía y la responsabilidad: Da oportunidades al niño o adolescente para tomar decisiones y asumir responsabilidades acordes a su edad y capacidad. Fomenta su autonomía gradualmente, brindando apoyo y orientación cuando sea necesario.
  • Invierte tiempo de Calidad sin Pantallas: Dedica tiempo de calidad a compartir actividades significativas, como leer, jugar, cocinar juntos o simplemente conversar. Evita distracciones tecnológicas durante estos momentos.

Practicar el cuidado propio: Es imperioso cuidar de sí mismo/a para poder brindar un cuidado amoroso y respetuoso a aquellos que están bajo tu responsabilidad. Prioriza tu bienestar físico, emocional y mental, y busca apoyo cuando sea necesario.

Al aceptar el desafío de encontrar tiempo para el amor, la conexión y el apoyo incondicional hacia nuestro núcleo familiar, estamos forjando un ambiente de amor y respeto, sembrando la semilla para futuras generaciones emocionalmente fuertes y felices.
Recuerda mantener una actitud abierta y receptiva, aprende de tus propios errores y busca recursos y apoyo cuando sea necesario. ¡Empieza hoy, con la aplicación de alguna de las pautas expuestas!
Referencias
Cabrera, R., Quintana, D., Morey, A., & Ojeda, G. (2022). Crianza Respetuosa: psicología clínica infantil en la protección de la salud mental de la niñez. Revista del Hospital Psiquiátrico de La Habana, 19(2), 206.
Enith Daniela Villota Guevara

Fomentando conexiones emocionales y relaciones sólidas

Antes de iniciar, revisa si en tu vida se presenta alguna de las siguientes problemáticas en la interacción social que entablas diariamente: 

  • Falta de interés por otros y dificultad de intercambiar información apropiadamente.
  • Imposibilidad de expresar los deseos y preferencias de forma clara.
  • Expresar las frustraciones discutiendo, agrediendo o de formas poco adecuadas.
  • Mostrarse excesivamente tímido, inhibido o inseguro.
  • Frecuentemente es intimidado por personas violentas o agresivas.

Cabe mencionar que, las personas con dificultades en habilidades sociales suelen tener problemas para expresar los sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos, de modo adecuado frente a la situación. 

En la agitada sociedad actual, se ve manifiesta la preocupante dificultad de entablar una comunicación efectiva con otros, lo cual genera un deterioro en las conexiones humanas impidiendo generar relaciones auténticas y significativas. Y es que, relacionarse de manera saludable con el entorno social ya sea familia, amigos, pareja, etc., se encuentra vinculado a las competencias personales que hemos podido desarrollar a lo largo de la vida, de allí que múltiples investigaciones demuestren que los estilos de crianza influyen en el desarrollo socioemocional durante la infancia, en la cual se considera a la familia como el primer ente socializador, puesto que, la familia es el primer contexto social para la transmisión de normas, valores y modelos de comportamiento y por tal motivo, permite que el niño aprenda formas de socialización a partir de la interiorización de elementos básicos de su cultura. 

En el estudio titulado Incidencia de competencias parentales en el desarrollo de habilidades sociales en hijos únicos, se menciona que, dada la importancia de las relaciones sociales en el desarrollo psicoemocional del individuo, las habilidades sociales están sujetas a las respuestas específicas dadas en situaciones concretas vividas por cada ser humano, es por esto que, la influencia de la familia en el desarrollo de dichas habilidades permite reforzar conductas que serán un punto clave para la relación con el entorno social.

¿Qué son las habilidades sociales?

Son un conjunto de conductas que permiten expresar sentimientos, actitudes, deseos, opiniones de una persona dentro de un contexto interpersonal de un modo adecuado a la situación, respetando esas conductas en los demás. Generalmente, el uso oportuno de las diferentes habilidades ayuda a resolver las dificultades de la situación a la que se le está haciendo frente. 

El desarrollo de estas habilidades permite que el ser humano se adapte adecuadamente al entorno, relacionándose de forma eficaz con compañeros y amigos, aprendiendo a expresar emociones, pensamientos, opiniones y respetando las de los demás, además de proporcionarles herramientas necesarias para poder desenvolverse. 

En la familia, se pueden fomentar una variedad de habilidades sociales que promueven una comunicación efectiva, el respeto mutuo y las relaciones saludables:

  • Escucha activa: Enseñar a los miembros de la familia a escuchar de manera activa implica prestar atención plena a lo que el otro está diciendo, mostrar interés genuino y comprender sus sentimientos y necesidades. Esto fomenta una comunicación efectiva y fortalece los lazos familiares.
  • Expresión emocional saludable: Ayudar a los miembros de la familia a expresar sus emociones de manera adecuada y respetuosa es fundamental. Esto implica animar a los miembros de la familia a expresar sus sentimientos abiertamente, sin juzgarlos o invalidarlos.
  • Empatía: Implica enseñar a los miembros de la familia a comprender y compartir los sentimientos de los demás. Esto incluye reconocer y validar las emociones de los demás, mostrar preocupación por su bienestar y tratar de entender su perspectiva.
  • Resolución de conflictos: Ayuda a los miembros de la familia a manejar los desacuerdos de manera constructiva. Esto implica escuchar todas las perspectivas, buscar soluciones mutuamente beneficiosas, practicar la comunicación asertiva y encontrar acuerdos y compromisos cuando sea necesario.
  • Asertividad: Fomentarla en la familia implica enseñar a los miembros a expresar sus necesidades y opiniones de manera clara y respetuosa, al tiempo que respetan los derechos y límites de los demás. Esto ayuda a establecer límites saludables y a promover relaciones equilibradas.
  • Colaboración y trabajo en equipo: Promoviendo la cooperación, la toma de decisiones conjuntas y el apoyo mutuo. Esto ayuda a los miembros de la familia a desarrollar habilidades de trabajo en equipo, a respetar las contribuciones de los demás y a lograr objetivos comunes.

Fomentar las habilidades sociales dentro del entorno familiar es una inversión que produce beneficios de por vida para todos los miembros involucrados. A través de la comunicación abierta, la empatía y las experiencias compartidas, los miembros de la familia pueden fortalecer sus lazos emocionales y desarrollar valiosas competencias sociales. 

Trabajar estas habilidades es primordial para construir bases sólidas, vidas más felices y plenas. Y tú, ¿Cuál habilidad empezarás a entrenar esta semana?

 

Referencias

Pacheco, M., & Osorno, G. (2021). Incidencia de competencias parentales en el desarrollo de habilidades sociales en hijos únicos. Interdisciplinaria, 38(1), 101-116.

Enith Daniela Villota Guevara.

¡Vamos a compartir! Aprendiendo a comunicarnos efectivamente con la familia.

Sabías que:

  • Se estima que del 70 al 90% de la comunicación intrafamiliar es no verbal. Esto indica que algunos elementos claves a tener en cuenta son gestos, expresiones faciales, posturas corporales y contacto visual. 
  • La interacción cara a cara tiene un mayor impacto en la satisfacción y el bienestar familiar que la interacción a través de medios electrónicos. 
  • Hombres y mujeres tienden a comunicarse de manera diferente dentro de la familia. Por ejemplo, los hombres tienden a utilizar la comunicación para resolver problemas y dar consejos, mientras que las mujeres tienden a enfocarse más en expresar emociones y preocuparse por la relación.
  • La apertura y la honestidad son fundamentales para mantener una comunicación saludable dentro de la familia. 

Una comunicación abierta, honesta y respetuosa es necesaria para fortalecer los lazos afectivos y construir relaciones sólidas y saludables que permitan mantener el bienestar familiar. Ante esto, es importante conocer ¿Cuáles son los principales problemas de comunicación en la familia?

  • Falta de comunicación: Puede manifestarse en la ausencia de conversaciones significativas, la evitación de conflictos o el no expresar las necesidades y emociones de manera abierta y clara. 
  • Diferencias generacionales: Las diferencias en la edad, las experiencias y las perspectivas pueden dificultar la comunicación efectiva entre diferentes generaciones dentro de la familia, llevando a malentendidos, juicios y falta de empatía.
  • Comunicación agresiva o violenta: El uso de palabras hirientes, insultos, gritos o actitudes hostiles puede generar un ambiente de tensión y deteriorar la calidad de la comunicación familiar.
  • Falta de escucha activa: Si los miembros de la familia no prestan atención activa a lo que el otro está diciendo, pueden perderse detalles importantes o malinterpretar el mensaje, lo que puede generar malentendidos y conflictos.
  • Falta de empatía: La falta de empatía puede dificultar la comprensión y la conexión emocional entre los miembros de la familia. La incapacidad para ponerse en el lugar del otro y comprender sus perspectivas puede generar conflictos y distanciamiento.
  • Falta de límites y respeto: La falta de límites y normas claras de respeto en la comunicación puede llevar a confusiones y conflictos. Cuando no se establecen expectativas claras sobre cómo comunicarse y qué comportamientos son aceptables, es más probable que se produzcan problemas de comunicación. 
  • Falta de tiempo de calidad: La ocupación excesiva, las agendas ocupadas y la falta de prioridad en el tiempo compartido pueden contribuir a problemas de comunicación, socavando la confianza y el sentido de seguridad en la familia.

La comunicación intrafamiliar es un proceso bidireccional que implica hablar y escuchar. Frente a esto, Martina Bortignon, explora en su artículo La vida sensible de las palabras, como las palabras median los afectos y permiten construir el tejido afectivo del núcleo familiar. Bortignon hace uso del término voz-afecto para dar sentido al acto comunicativo oral mediante el cual se manifiesta amor recíproco por medio de la textura y tono de voz, así como de la corporeidad de expresiones faciales, caricias, abrazos y arrullos, para comunicar antes que nada el lazo afectivo que se encuentra en construcción constante. A través del concepto voz-afecto, se posibilita pensar la comunicación entre los integrantes de la familia como una manera de poner en circulación las emociones, fortaleciendo lazos afectivos y dando voz a la dimensión individual más íntima.

Mantener una comunicación asertiva fortalece las relaciones familiares y se ve reflejada en vínculos sanos, afecto, respeto y cariño. Además, es beneficiosa para todos ya que permite aprender a escuchar para reaccionar de una forma inteligente. A continuación, encontrarás una serie de actividades para mejorar en este ámbito y así enriquecer los lazos afectivos en el entorno familiar: 

  • Establece rutinas familiares: Dedica momentos regulares en tu rutina para estar juntos como familia. Puede ser una cena familiar, un juego de mesa después del trabajo o una caminata los fines de semana. Estas rutinas ayudan a crear un sentido de conexión y pertenencia.
  • Realiza actividades divertidas juntos: Planifica actividades que sean divertidas y apropiadas para todos los miembros de la familia. Pueden ser excursiones al aire libre, picnics, paseos en bicicleta, visitas a parques temáticos, tardes de cine en casa o incluso cocinar juntos. El objetivo es disfrutar de momentos agradables y crear recuerdos positivos.
  • Establece tiempo de conversación: Dedica momentos para hablar y escuchar a cada miembro de la familia. Puedes tener una cena sin dispositivos electrónicos donde cada uno comparte algo sobre su día, o establecer momentos de “tiempo de calidad” individual con cada miembro de la familia para profundizar la conexión emocional, mostrando interés genuino y creando un ambiente validante y respetuoso.
  • Fomenta el aprendizaje y la exploración juntos: Aprovecha la oportunidad de aprender y explorar nuevas cosas en familia. Visita museos, exposiciones, conciertos o participa en talleres y actividades educativas. Esto no solo proporcionará un tiempo de calidad, sino que también fomentará el crecimiento y el conocimiento compartido.

Aprender a comunicarse en familia es un proceso que conlleva tiempo, dedicación e intensión de restaurar los lazos con los miembros del núcleo familiar. Si bien no es un camino sencillo, recuerda que puedes iniciar implementando alguna de las actividades mencionadas anteriormente o en el apartado de referencias encontrarás una guía diseñada por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) con diversas actividades para fortalecer las dinámicas familiares. Todo pequeño cambio, trae con el tiempo mejoras en la interacción con quienes amas. ¡Inténtalo! 

Referencias y material de apoyo

Bortignon, M. (2019). La vida sensible de las palabras en la película La voz en off de Cristián Jiménez y el poemario Yllu de Soledad Fariña. Bulletin of Spanish Studies, 96(2), 311-332.

Guía para el fortalecimiento de dinámicas familiares, condiciones de interacción y crianza. https://repository.upb.edu.co/bitstream/handle/20.500.11912/9654/Anexo%203%20Gu%C3%ADa-%20Servicio%20Social%20ICBF.pdf

 

 Enith Daniela Villota Guevara.

La trampa de la inflexibilidad: ¿Cómo liberarse de los patrones rígidos de pensamiento y comportamiento?

Imaginemos a una persona que insiste en tener el control absoluto sobre todas las decisiones y situaciones en las que se encuentra. Esta persona se niega a considerar las opiniones o sugerencias de los demás y se aferra a sus propias creencias y formas de hacer las cosas, sin estar dispuesta a adaptarse o cambiar. En una situación de grupo, por ejemplo, esta persona podría resistirse firmemente a cualquier tipo de cambio o propuesta que no se ajuste a su visión. Podría rechazar de manera rotunda las ideas de otros miembros del grupo sin siquiera considerarlas, lo que generaría tensión y dificultaría la colaboración efectiva. Además, podría ser poco tolerante a la crítica o a la retroalimentación para mejorar, interpretándola como una amenaza o una afrenta personal.

¿Has conocido personas así?, o tal vez ¿eres una persona con ese tipo de comportamientos? 

Según el ejemplo, una persona inflexible tiende a mostrar resistencia al cambio, insistencia en su punto de vista sin considerar otras perspectivas y dificultad para adaptarse a nuevas situaciones o ideas. Esto puede limitar su capacidad de crecimiento personal, colaboración efectiva y desarrollo de relaciones saludables. 

Inflexibilidad psicológica

En el estudio de Fernández y colaboradores (2022) se menciona que este término hace referencia a la tendencia de una persona a aferrarse a pensamientos, creencias o patrones de comportamiento rígidos, lo que dificulta su adaptación a nuevas situaciones y dificulta ajustar los pensamientos, emociones y comportamientos a la búsqueda de soluciones efectivas. Este tipo de comportamientos suele generar estrés, dificultades en las relaciones interpersonales y un deterioro del bienestar emocional. Además, se ha encontrado que la inflexibilidad psicológica está asociada con la depresión, la ansiedad y el malestar psicológico en general. 

Por otro lado, la flexibilidad psicológica es la capacidad de sentir y de pensar con apertura mental, de asistir voluntariamente a la experiencia del momento presente y de avanzar en las direcciones que son importantes para nosotros, al tiempo que forjamos hábitos que nos permiten vivir de un modo congruente con nuestros valores y aspiraciones.  Desde esta perspectiva, se trata de aprender a no evitar lo que nos resulta doloroso y a aproximarnos al sufrimiento, para poder vivir una vida llena de sentido y de propósito (Hayes, 2020).

Si pensamos en el “hacer”, suena poco creíble aproximarse al sufrimiento para mejorar, sin embargo, es algo que la ciencia ha constatado en los últimos cuarenta años desde la investigación en psicología. Desde la psicología, la inflexibilidad psicológica se ha venido trabajando por medio de uno de los modelos de intervención llamado terapia de aceptación y compromiso (ACT), la cual no trabaja en la disminución de los síntomas, sino que enfoca su atención en el “hacer”. Puesto que, lo que tiende a generar malestar y sufrimiento en el ser humano se ubica en cómo nos vinculamos y nos relacionamos con nuestros pensamientos, emociones, recuerdos y sensaciones). 

 

Según la investigación, es posible desarrollar flexibilidad psicológica mediante seis habilidades:

  • Defusión: Es decir, dejar de asumir como ciertos todos y cada uno de los pensamientos que surgen en la mente, y por tanto dejar de responder guiados por ellos. 
  • El desarrollo de una distinción entre lo que soy y lo que experimento: Tendemos a identificarnos con una imagen concreta de yo mismo, por el anhelo o necesidad de pertenecer y de conectar con el grupo con los demás.
  • Aceptación: Desarrollo de la habilidad de estar con la experiencia (emociones, pensamientos y sensaciones físicas) en lugar de evitarla. Aceptar significa tomar lo que te es dado, responsablemente, sin victimismo. Tendemos a evitar la experiencia interna desagradable por supervivencia. 
  • Presencia: Referida a ampliar la conciencia de lo que nos ocurre en cada momento, en lugar de estar atendiendo durante tanto tiempo al pasado o el futuro. La tendencia a escaparnos del presente, tiene que ver con nuestro anhelo o necesidad esencial de orientarnos.
  • Valores: Esta habilidad consiste en elegir los valores propios y no dejarse arrastrar por valores impuestos por la sociedad, la familia u otros grupos. Esta habilidad está ligada a la necesidad o anhelo esencial que tenemos los humanos de encontrar sentido o significado.
  • Acción: Actuar en dirección a los propios valores, en la dirección que uno elige, y dejar de actuar para al servicio de evitar sentirnos mal, aunque sea difícil. 

La tendencia a querer entenderlo todo racionalmente, nos lleva a plantear la vida como un problema a resolver, en lugar de como un proceso que hay que transitar, que vivir, y este planteamiento en sí mismo, nos hace pagar un alto precio psicológico.

Si quieres cultivar la flexibilidad desde sus distintas habilidades para prepararte psicológicamente para la vida, puedes iniciar considerando los siguientes cambios:

  • Practica la aceptación: Acepta que el cambio es una parte natural de la vida y que no siempre puedes controlar todas las circunstancias. Por ejemplo, tómate un momento y párate de pie frente al espejo. Tu cerebro empezará a enfocarse en todas las partes del cuerpo que desearías cambiar. Te vas a concentrar y a afirmar en voz alta que aceptas tu cuerpo como es, respira profundamente y acepta plenamente que la persona del espejo eres tú. Para cambiar algo debes dejar de negar su existencia.
  • Cultiva la conciencia plena: La conciencia plena te ayuda a estar presente en el momento actual y a aceptar tus pensamientos, emociones y sensaciones físicas sin juzgarlos ni tratar de cambiarlos. Por ejemplo, cuando tengas pensamientos negativos, intenta sentarte, respirar hondo y cerrar los ojos. Concéntrate en tu respiración cuando el aire entra y sale de tu cuerpo. Sentarse y respirar durante solo un minuto puede ayudar.
  • Cuestionar los pensamientos y creencias limitantes: Examina tus patrones de pensamiento y cuestiona aquellas creencias rígidas o limitantes que pueden obstaculizar tu capacidad para adaptarte al cambio. Identifica pensamientos negativos o autocríticos y reemplázalos por pensamientos más realistas y flexibles.
  • Desarrollar habilidades de afrontamiento: Aprende y practica técnicas de afrontamiento saludables, como la resolución de problemas, la comunicación asertiva y la regulación emocional. Por ejemplo, para tener una comunicación asertiva puedes usar una afirmación negativa que te permita ver cómodamente algún aspecto negativo de tu comportamiento sin sentirte a la defensiva. Acepta tu error, así: “Sí, tienes razón. No siempre escucho con atención lo que tienes que decir”.
  • Fomentar la flexibilidad en tu rutina diaria: Busca oportunidades para introducir cambios y variaciones en tu rutina diaria. Esto puede incluir probar nuevas actividades, explorar diferentes enfoques para realizar tareas o buscar perspectivas diferentes en situaciones desafiantes. 
  • Buscar apoyo terapeútico: es importante saber identificar cuando poseemos dificultades significativas que atentan contra nuestro bienestar. Si este es tu caso, te invitamos a qué inicies un proceso psicológico, en el cual podrás recibir orientación y estrategias pertinentes para tu caso particular. 

Adaptarse al cambio es un proceso gradual y requiere paciencia, rodéate de gente que te ayude en el proceso y disfruta mientras aprendes. Es un camino de altibajos, permítete cometer errores y aprende de ellos. Lo importante es dar el primer paso, tú decides con que pauta iniciar. 

 

Referencias

Fernández, C., Coto, R., Martínez, V., & Cuesta, M. (2022). Psychological inflexibility, anxiety and depression: The moderating role of cognitive fusion, experiential avoidance and activation. Psicothema. (34), 240-248.

Hayes, S. (2020). Una mente liberada: la guía esencial de la terapia de aceptación y compromiso (ACT). Barcelona: Paidós.

Enith Daniela Villota Guevara

¡Nada es suficiente! Cómo aprender a manejar las tendencias perfeccionistas.

Te invitamos a revisar las siguientes características que pueden estar presentes en personas con rasgos perfeccionistas: 

  • Exigencia muy elevada con uno mismo y con los demás. 
  • Miedo al fracaso. 
  • Tendencia a trabajar más horas de las necesarias o estipuladas. 
  • Metas poco realistas.
  • Dificultad para ceder el control

¿Presentas varias de las características mencionadas? No te preocupes. En la actualidad el ritmo de vida acelerado y competitivo ha perpetuado la creencia de que los seres humanos deben exigirse hacer todo perfecto. En el Boletín Psicológico (2019) se señala que, desde la década de 1980 se ha enfatizado a nivel global en el individualismo competitivo, generando en la población una tendencia a perfeccionarse a sí mismos y sus estilos de vida. Sin embargo, aunque las personas perfeccionistas son vistas como capaces, motivadas y pueden aprovechar su personalidad para obtener buenos resultados en la vida, quienes les rodean suelen indicar que prefieren no trabajar con ellas, puesto que, manejan expectativas poco realistas, esperando “lo imposible” tanto de sí mismos como de los demás.

¿Qué es el perfeccionismo?

Es una combinación de estándares extremadamente altos y una preocupación por la evaluación autocrítica extrema. Sumado a esto, Curran y colaboradores (2019) señalan que es un rasgo de la personalidad multidimensional caracterizado por la búsqueda continua de la excelencia en todos los aspectos de la vida, que tiene como elementos: 

  • Esfuerzos perfeccionistas: aspectos asociados con la búsqueda de la perfección y el establecimiento de estándares de desempeño muy altos.
  • Preocupaciones perfeccionistas: aspectos asociados con la preocupación por cometer errores, el miedo a la evaluación social negativa y las reacciones negativas a la imperfección.

¿Cómo afecta el perfeccionismo a la salud mental? 

Aunque tener altas expectativas y buscar la excelencia puede ser positivo en algunos aspectos, el perfeccionismo puede tener aspectos problemáticos y generar efectos negativos en la vida de las personas. El equipo de Stoeber (2020) afirma que dentro de estos aspectos problemáticos se enmarca una alta carga emocional, que puede dar lugar a desarrollar patologías mentales como ansiedad, estrés, depresión, baja autoestima, trastorno obsesivo-compulsivo o trastornos de la conducta alimentaria, además del inevitable agotamiento emocional debido a la presión constante de la excesiva autoexigencia. 

Las personas que luchan con el perfeccionismo pueden trabajar en desarrollar una serie de estrategias que las ayuden a modificar sus patrones de comportamiento, a continuación, te compartimos algunas que puedes empezar a implementar:

  • Identifica y cuestiona tus “pensamientos perfeccionistas”: estos suelen ser rígidos y negativos. Cuando vengan a tu cabeza escríbelos y hazte preguntas sobre cómo puedes abordar el tema desde una perspectiva diferente. 
  • Establece metas realistas y alcanzables: puedes implementar un diario de metas en el que dividas tus proyectos de manera temporal (metas a corto, mediano y largo plazo), esto te ayudará a promover tu crecimiento y aprendizaje y a ser justo con tus capacidades, reduciendo la presión y el estrés asociados con la autoexigencia.
  • Sé autocompasivo: Evita criticarte, reconoce tus errores y escribe o coméntale a alguien de tu confianza cuales son los compromisos que asumes para cambiar tu forma de hacer esa cosa particular para enmendar y superar el error. 
  • Toma descansos y cuida tu salud mental y física: es importante tomar descansos regulares y cuidar la salud mental y física diariamente. Utiliza una agenda donde puedas distribuir los compromisos y actividades y en medio de cada uno planea una rutina de descanso en la que te puedas relajarte. Organiza también, espacios de entretenimiento, actividad física y ocio en tu agenda, para que aprendas a darles espacio también en tu rutina.  
  • Celebra y reconoce tus logros: Aprende a reconocer y celebrar tus logros, incluso los más pequeños. Puedes recompensarte tomando tiempo para cuidar de ti mismo y realizar actividades que te brinden placer y bienestar. 

Recuerda que estos cambios conllevan tiempo y práctica. Sé paciente contigo mismo y trabaja constantemente en desarrollar una mentalidad más flexible y compasiva. Si encuentras que la autoexigencia sigue siendo un desafío significativo, considera buscar apoyo profesional de un terapeuta o psicólogo especializado en el área de autoestima y perfeccionismo. 

 

Referencias

Curran, T. y Hill, AP (2019). El perfeccionismo aumenta con el tiempo: un metanálisis de 

las diferencias de cohortes de nacimiento de 1989 a 2016. Psychological Bulletin, 145 (4), 410–429. 

 

Hill, A. P., & Curran, T. (2016). Multidimensional perfectionism and burnout: A meta-

analysis. Personality and social psychology review, 20(3), 269-288.

 

Stoeber, J., Lalova, A. V., & Lumley, E. J. (2020). Perfectionism,(self-) compassion, and 

subjective well-being: A mediation model. Personality and Individual Differences, 154, 109708.

 

Enith Daniela Villota Guevara

¡El tiempo vuela! Aprendiendo a gestionar el tiempo, implementando hábitos

El tiempo es uno de los recursos más importantes de los que dispone la humanidad. Sin embargo, cada vez son más las personas que viven con sobrecarga de tareas y trabajo, sintiendo que no les alcanza el tiempo para hacerle frente a todo lo que se debe ejecutar, motivo por el cual se retrasan o suprimen actividades como el tiempo de ocio y de esparcimiento para compartir con amistades y familia. 

La sensación de no tener tiempo genera frustración, afecta el rendimiento y lo más importante genera problemas de salud como el estrés. Pero seamos claros, el problema no es que falte tiempo, sino que el uso que se hace de las 24 horas con las que contamos diariamente no es eficiente. Comprender esto es el primer paso en el desafío de aprender a gestionar adecuadamente el tiempo. 

¿Qué es la gestión del tiempo?

En la revisión teórica realizada por la Universidad de Sevilla (2022) se menciona que la gestión del tiempo es el proceso de planificar y organizar eficazmente el tiempo disponible para llevar a cabo tareas y actividades de manera productiva. Con este proceso se busca asignar prioridades, establecer metas claras, administrar las distracciones y utilizar técnicas que permitan aprovechar al máximo el tiempo disponible. La gestión del tiempo es fundamental para mejorar la productividad, reducir el estrés y lograr un equilibrio entre el trabajo y la vida personal.

Para que puedas establecer de manera clara la prioridad de tus actividades planificadas, debes clasificar las tareas como:

  • Urgentes e importantes: tareas prioritarias que, por falta de planificación o imprevistos de última hora, son urgentes y no se pueden demorar más. 
  • Urgentes y no importantes: tareas que han de ser realizadas ya, pero que no son importantes puesto que su realización no aporta valor en el cumplimiento de los objetivos.
  • No urgentes e importantes: tareas contempladas como parte de los objetivos, las cuales se han planificado correctamente, con lo cual se pueden realizar con perspectiva. 
  • No urgentes y no importantes: tareas que ni son importantes para el cumplimento de los objetivos, ni son apremiantes.

Sumado a esto, la mejora de la gestión del tiempo ha de pasar por las siguientes fases: 

  1. Interiorización: reconoce que algo falla en la gestión del tiempo y analiza las principales causas de pérdida del tiempo. 
  2. Ejercicio de voluntad: es muy importante que una vez que hayas decidido mejorar en esta habilidad, realices cambios conductuales, por ejemplo, implementa un horario de tareas que no sea extenuante, ni rígido. Asígnale a cada tarea un tiempo considerable para ser realizada e inicia por aquellas con las que te sientas más cómodo (hay quienes inician con las tareas más sencillas para dejar más tiempo para aquellas que demandan atención y detalle, sin embargo, tu puedes funcionar distinto, así que ¡Hazlo a tu ritmo!). 
  3. Comprométete: organiza un plan, estructura un paso a paso que puedas cumplir e inicia, para lograr con pequeños avances conseguir las mejoras que te has propuesto.  

En el libro “La gestión del tiempo personal y colectivo” su autora Rosa López, señala que, si quieres aprender a gestionar tu tiempo efectivamente y a establecer hábitos en tu vida, es indispensable aprender a interiorizar una serie de rutinas que te permitirán modificar tus patrones de comportamiento, con el fin de que estos cambios sean permanentes. Por tal razón, hoy te traemos algunos pasos para optimizar la gestión de tu tiempo e implementar hábitos que te ayuden a tener una mejor calidad de vida:

  • Define un nivel real de dificultad: a la hora de realizar una tarea resulta importante encontrar equilibrio entre los pendientes fáciles y los difíciles. Organiza tus tareas de tal forma que puedas realizar de manera intercalada tus asignaciones así no te aburrirás, ni te rendirás tan fácilmente.
  • Documenta tu progreso: Editar diariamente, por ejemplo, un gráfico o una lista de chequeo que muestre cómo has mejorado en tus tareas o cómo has avanzado en algún aspecto en concreto, esto te permitirá conocer de manera visual tu progreso diario.
  • Identifica tus objetivos y hábitos deseados: Define claramente los hábitos que deseas implementar y establece objetivos específicos y medibles. Por ejemplo, si deseas implementar el hábito de hacer ejercicio regularmente, puedes establecer el objetivo de hacer ejercicio durante al menos 10 minutos al día, tres días a la semana y conforme vayas mejorando tu condición física vas aumentando la frecuencia y duración de dicha actividad. 
  • Planifica y establece un horario: Dedica tiempo para planificar tus actividades y asignar un horario específico para cada hábito que deseas implementar. Puedes utilizar un calendario, una agenda o una aplicación de gestión del tiempo (como timecamp, evernote, google calendar, entre otros) para ayudarte en esta tarea. Asegúrate de asignar un tiempo realista y factible para cada hábito.
  • Prioriza tus tareas: Identifica las más importantes y urgentes relacionadas con tus hábitos. Prioriza y asegúrate de dedicarles el tiempo y la atención adecuados en tu horario. 
  • Elimina las distracciones: Identifica los principales distractores que te impiden implementar un nuevo hábito (el teléfono, la televisión, o distracciones digitales, como las redes sociales o el correo electrónico). Toma medidas para minimizar o eliminar estas distracciones durante los momentos dedicados a tus hábitos.
  • Sé consistente y establece recordatorios: La consistencia es clave para implementar hábitos exitosamente. Establece recordatorios visuales o auditivos para recordarte realizar tus hábitos en los momentos designados. Puedes utilizar alarmas, notas adhesivas o aplicaciones de recordatorio en tu teléfono para ayudarte a mantener el compromiso con tus hábitos.
  • Evalúa y ajusta: evalúa tu progreso y realiza ajustes en tu enfoque si es necesario. Reflexiona sobre lo que ha funcionado y lo que no, y realiza modificaciones en tu horario y enfoque para mejorar la implementación de tus hábitos.

Como te das cuenta, si organizas bien tu tiempo, verás cómo se incrementa tu motivación, la sensación de bienestar y autoestima. En definitiva, una buena gestión de este recurso afectará de manera directa a tu productividad, pero también supondrá una mejora y un beneficio en tus condiciones de salud.

¿Qué esperas para iniciar el cambio?

 

Referencias

López, R., & Rodríguez, R. (2012). La gestión del tiempo personal y colectivo: Cómo detectar y combatir los vampiros del tiempo (Vol. 19). Grao.

Romero-Pérez, C., & Sánchez-Lissen, E. (2022). Scientific Narratives in the Study of Student Time Management: A Critical Review. International and Multidisciplinary Journal of Social Sciences, 11(2), 60-86.

 

Enith Daniela Villota Guevara

¿Dejas para mañana lo que puedes hacer hoy? Hablemos de procrastinación y autorregulación

Has escuchado los siguientes refranes:

  • “Al que madruga Dios lo ayuda”.
  • “Quien huye del trabajo, huye del descanso”.
  • “Lo que no se empieza no se acaba”. 

Estas afirmaciones arraigadas en la cultura resumen el sentir generalizado de la sociedad sobre la naturaleza de los deberes, en donde se señala que lo mejor es realizarlos en cuanto se tiene la oportunidad, de no ser así, lo más probable es sufrir consecuencias negativas producto del aplazamiento.

Para ver qué tanto sueles aplazar tus tareas, a continuación, encontrarás una serie de afirmaciones, para que realices un autochequeo:

  1. Suelo llegar tarde a mis compromisos. 
  2. Generalmente no tengo las cosas hechas a tiempo.
  3. Siempre espero hasta el último momento para hacer lo que debo. 
  4. Frecuentemente me encuentro “corriendo” cuando ya no queda tiempo para hacer las tareas asignadas. 

Si la mayoría de tus respuestas fue afirmativa, esto indica que con frecuencia aplazas tus compromisos y puedes estar procrastinando. 

¿Qué es la procrastinación?

Según Díaz (2019) la procrastinación consiste en la tendencia generalizada a aplazar el inicio y/o finalización de tareas planificadas para ser realizadas en un tiempo determinado. Esta postergación suele estar acompañada de malestar subjetivo, pues supone un verdadero problema de autorregulación a nivel cognitivo, afectivo y conductual.

No obstante, es necesario diferenciar entre conductas de postergación y de procrastinación:

  • La postergación consiste en aplazar la ejecución de una tarea con el fin de darle prioridad a otra más productiva en ese momento, lo cual no constituye un problema para la persona. 
  • La procrastinación acoge un problema relacionado con la intención de realizar una tarea y una frecuente falta de constancia ya sea para empezarla, desarrollarla o finalizarla. Este proceso generalmente se acompaña de sentimientos de inquietud y culpabilidad y sus consecuencias se observan a largo plazo. 

Una vez realizada esta aclaración, te das cuenta que, no todas las personas que aplazan la realización de tareas, son procrastinadoras y para diferenciarlas recuerda que procrastinar incluye dos elementos: 

  • El malestar psicológico (fruto del aplazamiento)
  • El marco temporal (percepción poco orientada sobre el futuro y muy orientada al presente)

La investigación en los últimos años ha demostrado que la procrastinación es un problema común de la sociedad occidental y uno de los factores asociados con esta tendencia es el uso problemático de las redes sociales, causando una dificultad en la autorregulación de las personas, quienes optan por elegir con mayor frecuencia tareas que son gratificantes a corto plazo, demorando con su elección, la realización de tareas que tienen que ejecutar en un tiempo determinado.

La procrastinación está compuesta por cuatro elementos esenciales:

  1. Conductas dilatorias, que hace referencia al aplazamiento de la realización de la tarea que se tiene intención de realizar. 
  2. Indecisión, aplazamiento de decisiones dentro de un marco de tiempo específico.
  3. Falta de puntualidad, como la incapacidad de trabajar diligentemente en una tarea para cumplir con su fecha límite. 
  4. Falta de planificación, falta de autodisciplina para mantenerse enfocado en una tarea específica.

Pautas para poder trabajar en la procrastinación

Puesto que, la procrastinación es un problema común que afecta tu productividad, rendimiento y bienestar personal. Hoy te presentamos una serie de pautas de autorregulación que Cerezo y colaboradores (2019) delimitaron para que puedas utilizar y superar dicha tendencia a aplazar tus compromisos pendientes:

  • Comprende tu conducta: reconoce y comprende tus patrones de procrastinación. Identifica las razones que se encuentran detrás de tu tendencia a posponer las tareas, como el miedo al fracaso, la falta de motivación o la ansiedad. 
  • Establece metas claras: define metas realistas para tus tareas. Divide las tareas grandes en tareas más pequeñas y alcanzables. Establecer metas específicas y medibles te ayudará a mantenerte enfocado y a seguir avanzando.
  • Planifica y organiza tus tareas: crea un plan detallado y lleva una agenda para tus tareas. Prioriza las tareas más importantes y asigna un tiempo específico para trabajar en ellas. Puedes hacer uso de herramientas como listas de tareas, calendarios o aplicaciones de gestión del tiempo para ayudarte a organizar tus actividades.
  • Elimina distracciones: identifica las distracciones que tienden a interrumpir tu concentración y trata de eliminarlas o minimizarlas. Por ejemplo, apaga las notificaciones del teléfono o de las redes sociales, encuentra un entorno de trabajo tranquilo y ordenado, y establece límites de tiempo para actividades no relacionadas con la tarea.
  • Utiliza técnicas de gestión del tiempo: puedes experimentar con diferentes técnicas de gestión del tiempo, como la técnica Pomodoro, donde trabajas en bloques de tiempo de concentración intensa seguidos de descansos cortos. 
  • Establece recompensas y consecuencias: motívate estableciendo recompensas para cuando completes tus tareas. Puedes darte un descanso, disfrutar de una actividad que te guste o darte un pequeño regalo. Además, establece consecuencias por si no cumples con tus tareas, como privarte de alguna actividad placentera.
  • Identifica los argumentos “permisivos”, contrólalos y actúa: Si piensas “no pasa nada por un día que me retrase, tengo tiempo”; “miro Instagram, solo cinco minutos”; “mañana empiezo”, estas validando la conducta procrastinadora. Planea y deja de lado las excusas. 
  • Asigna tiempos de descanso: al concluir cada una de las tareas realizadas. Si cada vez que finalizas alguna tarea que te has planteado haces un pequeño descanso, verás como “recuperas” fuerza física y mental. Recuerda que, el cansancio es un factor que multiplica el desinterés y reduce la capacidad de esfuerzo. Por lo que es importante establecer pequeños periodos de desconexión y descanso para ser más productivo.

Si has detectado que esta problemática se está saliendo de tu control, puedes solicitar ayuda psicológica en la que podrás aprender a gestionar tu tiempo de forma óptima. 

¿Cuéntanos, con qué estrategia emprenderás el cambio de esta semana?

 

Referencias

Cerezo, R., Fernández, E., Amieiro, N., Valle, A., Rosário, P., & Núñez, J. C. (2019). El papel mediador de la autoeficacia y la utilidad entre el conocimiento y el uso de estrategias de autorregulación del aprendizaje. Revista de psicodidáctica, 24(1), 1-8.

Díaz, J. (2019). Procrastinación: una revisión de su medida y sus correlatos. Revista Iberoamericana de Diagnóstico y Evaluación-e Avaliação Psicológica, 2(51), 43-60.

 

Enith Daniela Villota Guevara

Más Allá de la Fuerza Física

En el ámbito deportivo, el trabajo psicológico de los deportistas cada vez es más importante. 

El alto rendimiento demanda un gran trabajo mental por su parte, lo que implica que esta labor sea llevada a cabo en ocasiones por los mismos entrenadores, y en otras oportunidades por un psicólogo (especializado en deportes) para dirigir y sostener el apoyo psicológico del deportista.

De este modo, te presentamos los factores más importantes que componen estos procesos psicológicos, de acuerdo con la propuesta de Sánchez y León (2012): 

Motivación

Es un elemento importante para lograr adherencia (unión al proceso) y compromiso, ya que dirige la dirección, intensidad y persistencia. Las personas actúan movidas en los entornos de logro, tales como en el deporte, por la necesidad de mostrar competencia. Así mismo, la orientación motivacional de la persona (orientación a la tarea) marcan la disposición individual.

En el deporte, existen 2 tipos de motivación: la interna y la externa. La primera se refiere a las expectativas propias, ya sean objetivos, metas, posibilidad de disfrute del deporte o deseo de éxito. Mientras que la segunda tendrá que ver con factores como reconocimiento del público, el premio que se recibe, la fama, entre otros.

Concentración y Atención

El control de la atención debe ser uno de los objetivos a tener en cuenta en cualquier programa de entrenamiento psicológico y una habilidad que deberán perfeccionar tanto los deportistas como los entrenadores. La atención se define como el proceso psicológico que permite a un individuo establecer contacto con los estímulos (señal externa o interna capaz de causar una reacción) más relevantes de la situación en el momento presente, omitiendo aquellos que no son importantes.

La concentración se relaciona con el desarrollo de la primera fase de los procesos psicomotores de cualquier acción táctica (percepción y análisis de la situación), fase que interviene de manera importante en las restantes fases de la acción táctica (la solución de la tarea y la solución motora de la tarea táctica), así como en la focalización de la atención sobre una tarea que se desarrolla en el presente.

Personalidad y Autoconfianza

La personalidad es aquello singular del hombre, surge de lo individual que se relaciona con el medio ambiente con el que interactúa todo el tiempo; el practicar un deporte no modifica la personalidad. Generalmente acentúa algunos rasgos que ya están instalados en el individuo o que se van moldeando en el comienzo de la práctica deportiva.

En el caso de la autoconfianza es la percepción que tiene la persona sobre si su capacidad es suficiente para enfrentarse a terminar la tarea y si los resultados pueden ser positivos. Esta valoración que hacemos está basada en los pensamientos, sensaciones, sentimientos o experiencias sobre nosotros mismos y qué están en relación con la autoestima. Las características para valorar la autoestima pueden ser el aspecto físico, la personalidad, como me ven los demás, la relación con los demás, la personalidad, la realización de tareas cotidianas, el rendimiento personal o académico y el funcionamiento intelectual.

Liderazgo, comunicación y cohesión de grupo

El liderazgo es la capacidad de influenciar grupos en consecuencia de metas. Para ello hay que dar una definición de líder, pues es quien aporta de una u otra manera para el beneficio y consecuencia de las metas al interior del grupo. Por tanto, el líder es esa persona con carisma especial que vela por el grupo en toda situación y se convierte en el punto de referencia a seguir.

La comunicación es esa transmisión de información entre un emisor y un receptor, se dice que el lenguaje es una de las principales herramientas de comunicación de nuestra sociedad. El deporte es un espacio importante de socialización en el que actitudes, valores y comportamientos, tanto femeninos como masculinos, se encuentran claramente establecidos y diferenciados. Por lo tanto, la comunicación es una herramienta muy eficaz para romper con los estereotipos preestablecidos y dar paso a un ámbito deportivo basado en la búsqueda de igualdad entre hombres y mujeres.

Finalmente, hablamos de la cohesión de grupo, el cual es ese proceso dinámico en el que un grupo tiende a no separarse y permanecer unido en la búsqueda de sus metas y objetivos. Es dinámico, ya que siempre está cambiando, no es estático y puede hacerse o deshacerse. Por ello, uno de los objetivos que pretende el psicólogo del deporte suele ser que la cohesión dentro de un grupo o equipo sea lo más estable posible.

Al comprender estos factores, los atletas pueden no solo alcanzar sus objetivos, sino también superar desafíos con determinación. En última instancia el juego va más allá de la destreza física.

En síntesis, los procesos psicológicos que influyen en el rendimiento deportivo son fundamentales para comprender y potenciar el desempeño de los atletas. La gestión eficiente de la personalidad, la concentración, la autoconfianza y la motivación emerge como un componente esencial para el éxito en el ámbito deportivo. Al entender y nutrir los aspectos mentales del deportista, promueve el bienestar emocional y la satisfacción personal, contribuyendo así a una carrera deportiva duradera y gratificante.

 

Sara Gabriela Blanco Velasco

Practicante de psicología en ASCOFAPSI

 

Referencias

Sánchez, A., & León H. (2012). Psicología de la actividad física y del deporte. Hallazgos, 9(18), 189-205).

Juego Mental: Explorando la Psicología del Deporte

El mundo deportivo es un escenario lleno de desafíos físicos y mentales, donde la excelencia se mide en cada movimiento y cada decisión. En este mundo dinámico, la presión es palpable, los límites se desafían constantemente y la competencia es feroz. Desde el atleta de élite que enfrenta la intensidad de la competición hasta el aspirante que se esfuerza por superar sus propios límites, el mundo deportivo exige no solo habilidades técnicas y físicas excepcionales, sino también una fortaleza mental inquebrantable. 

Existe un área de la psicología que estudia los procesos tanto cognitivos (inteligencia, lenguaje, memoria, atención y percepción) como factores psicológicos (motivación, visualización, concentración, activación, autoconfianza entre otros) y la conducta de la persona dentro de la actividad deportiva (Caro, 2022). 

En Colombia, se evidencia la formalización de esta área en 1973 con el primer curso de psicología e integración. A partir de ese momento, esta área de la psicología empezó a tener su desarrollo y evolución. Sánchez y León (2012), proponen que la psicología del deporte está inmersa dentro de las ciencias del deporte, ya que es el estudio científico de los factores psicológicos que se relacionan con la participación y el rendimiento en el deporte, el ejercicio y otros tipos de actividad física en todas las personas de todas las edades. 

Los siguientes son los 2 grandes objetivos de esta área:

  • Aprender de qué modo los factores psicológicos pueden afectar el rendimiento físico de las personas.
  • Comprender la forma en la que la participación en el deporte y la actividad física afecta el desarrollo, el bienestar y la salud personal. 

Urrea, García y Barbosa (2023), explican que la psicología de la actividad física y el deporte se divide en varias líneas principales: Psicología del deporte aplicada, formación, investigación y ética.

Psicología del deporte aplicada

El psicólogo del deporte debe mejorar de forma constante las habilidades para ser un practicante efectivo. Se caracteriza por el desarrollo de alianzas de trabajo, la creación de metas claras, la implementación de intervenciones basadas en evidencia, y el logro o la reformulación de metas con el deportista. Asimismo, el objetivo de los programas de entrenamiento de habilidades psicológicas es ayudar a los atletas a practicar de manera sistemática y constante las habilidades psicológicas con el fin de mejorar el rendimiento, aumentar el disfrute y lograr una mayor autosatisfacción con el deporte y la actividad física

Formación

Se debe generar una tendencia positiva en el diseño de planes de estudio que reflejen la naturaleza interdisciplinaria de la psicología deportiva para preparar profesionales interdisciplinares. Igualmente, generar una reglamentación específica con respecto al ejercicio de la psicología del deporte y a la forma que certifique la cualificación y el posterior ejercicio, ya que en Colombia no se cuenta con esta.

Investigación

Se busca avanzar en conocimiento sobre el qué y el cómo podemos ayudar de mejor manera a los atletas, entrenadores y equipos. Por ello, se busca que el trabajo de preparación de leer e interpretar la evidencia de la investigación actual sea razonablemente eficiente en términos de tiempo, permitiendo la expansión del conocimiento científico de la profesión basado en la evidencia e impactando en mayor medida. 

Ética

Dentro del campo se cuentan con desafíos y consideraciones éticas dados los roles y servicios que se brindan al atleta. La confidencialidad puede ser un reto dado que no solo se trabaja con el deportista, sino con el entrenador, el club, el director deportivo, entre otros. La supervisión ética es un elemento importante en la educación continua de todos los psicólogos deportivos que permite mejorar la responsabilidad ética, la respetabilidad y el control de calidad efectivo del servicio en el campo del deporte.

Si tienes interés en esta área de la psicología, te invitamos a consultar nuestras referencias.

 

Sara Gabriela Blanco Velasco

Practicante de psicología en ASCOFAPSI

 

Referencias

Urrea, A., García, J., & Barbosa, G. (2023). La psicología de la actividad física y del deporte.  Avances en Colombia entre 2008 y 2020. En Herrera y Tabares (Eds.), Psicología de la actividad física y el deporte Formación y aplicación en Colombia. Editorial ASCOFAPSI. 

Caro, N. (2022). Breve reseña de la Psicología del Deporte en el mundo, RETROSPECTIVA. [BOLETINES COLPSIC, Boletín 1]. https://www.colpsic.org.co/wp-content/uploads/2022/08/28-1-16-Boletin-Deporte_001-2014.pdf 

Sánchez, A., & León H. (2012). Psicología de la actividad física y del deporte. Hallazgos, 9(18), 189-205).