Categoría: Psicología Para Todos

¿Son las Sustancias Psicoactivas una Amenaza para Nuestro Cerebro?

El cerebro es el órgano más complejo del cuerpo humano. Es responsable de lo que pensamos, memorizamos, aprendemos, cómo nos expresamos, sentimos e incluso el movernos o hasta respirar. Su capacidad para procesar información, almacenar recuerdos y coordinar funciones vitales es lo que lo hace esencial. Sin embargo, no somos conscientes del daño que podemos causarle. 

El consumo de sustancias psicoactivas (SPA) puede causar un gran daño a nuestro cerebro, produciendo alteraciones en el aprendizaje, la memoria o la toma de decisiones. Díaz (2018), menciona qué, dependiendo de la sustancia que se consuma, se ven ciertas alteraciones en las principales funciones del cerebro, como, por ejemplo:

  • El cannabis produce cambios en la memoria a corto plazo (sucesos recientes), la inhibición (impedir) la atención y la velocidad en la que se hace el procesamiento de la información.
  • Con la cocaína, hay deficiencia en la atención, la memoria verbal (recordar palabras durante un breve periodo de tiempo) y las funciones ejecutivas (actividades más complejas de realizar como organizar, planificar, regular, revisar o evaluar el comportamiento para adaptarse).
  • Las metanfetaminas están relacionadas con afectaciones en la capacidad de decir dónde está un objeto, así como conocer su distancia. También hay afectaciones en la memoria a largo plazo, las funciones ejecutivas o las habilidades motoras (movimiento que realizamos con los músculos para llevar a cabo una acción).
  • En el caso de opiáceos y la heroína, pueden afectar los procesos de inhibición, impulsividad, toma de decisiones y planificación, así como la velocidad en la atención, memoria operativa (encargada de los procesos cognitivos complejos, entre ellos la comprensión y producción del lenguaje).
  • El tabaco produce un rendimiento menor en la memoria auditiva-verbal, memoria operativa, funciones ejecutivas, velocidad de procesamiento de la información, flexibilidad cognitiva (capacidad de darnos cuenta de que lo que estamos haciendo no funciona) y estabilidad de la postura (Merchán, Ribeiro y Alameda, 2019).
  • En cuanto al alcohol, hay afectaciones en la atención sostenida, memoria episódica verbal y visoespacial, planificación, flexibilidad cognitiva y toma de decisiones. 

Cabe resaltar que, estas afectaciones por el consumo de SPA se presentan por un consumo excesivo o ya bien, una adicción. Y por ello, es importante identificar qué factores pueden llevar al consumo de SPA. Cabuya (2017), menciona algunos factores como la genética, la sensación que producen, la presión social, el estado emocional o algunas alteraciones en el estado del ánimo como estrés, ansiedad o depresión u otros problemas.

Cuidar de nuestra salud implica la promoción de la misma y el bienestar en general. Más allá de los efectos inmediatos que estas sustancias provocan en el cuerpo, el cerebro se convierte en el protagonista de este escenario. Al prevenir el uso de SPA, no solo evitamos los riesgos físicos que se presentan, sino también protegemos a nuestro cerebro de posibles daños o pérdidas. El impacto de las sustancias psicoactivas puede ser devastador, afectando la cognición, la memoria y la toma de decisiones. La prevención, mediante la educación y la concienciación, se convierte en un acto relevante para preservar la salud mental y emocional, permitiendo a las personas desarrollar al máximo su potencial cognitivo y emocional sin las interferencias perjudiciales de las SPA.

 

Sara Gabriela Blanco Velasco

Practicante de psicología en ASCOFAPSI

 

Referencias

Cabuya, C. (2017). Las drogas y la neuropsicología. Revista Neuronum, 3(1), 98.

Díaz, B. (2018). Desempeño de las funciones cognitivas en jóvenes entre los 18 a 24 años de edad con consumo de sustancias psicoactivas en el municipio de Sibaté. (Doctoral dissertation, Corporación Universitaria Minuto de Dios).

Merchán-Clavellino, A. Ribeiro, B., & Alameda-Balén, J. (2019). Descripción de los efectos neuropsicológicos en la adolescencia asociados al consumo de alcohol y/o tabaco.

La Ciencia de Nuestro Cerebro: Neuropsicología para Todos

¿Alguna vez has pensado cómo funciona tu cerebro y cómo influye en tus pensamientos, emociones y comportamientos? ¿Te has preguntado por qué sentimos, pensamos y actuamos de ciertas maneras? ¿Qué sucede en nuestro cerebro cuando tomamos decisiones, recordamos momentos especiales o enfrentamos desafíos?

Existe un área de la psicología que se encarga de estudiar la relación entre el funcionamiento cerebral y el comportamiento humano y que da respuesta a los interrogantes mencionados anteriormente. 

Arango, Rivera y Calderón (2015), mencionan que esta área ha tenido una gran expansión con la creación de maestrías, especializaciones y cátedras. De igual modo, se ha evidenciado un aumento en programas de formación profesional en el país, existiendo alrededor de 11 posgrados y 16 cursos en el país; centros especializados para atender a personas con un daño cerebral, gremios y asociaciones profesionales y el número de actividades académicas. 

Martínez (2015), menciona que la neuropsicología se divide en 2 grandes campos de acción, la neuropsicología básica o fundamental y la neuropsicología clínica, las cuales te explicamos a continuación. 

Neuropsicología Básica o Fundamental

Es la encargada de estudiar las relaciones del comportamiento y el cerebro en personas neurológicamente sanas. Es decir, se enfoca en la investigación y el estudio de las funciones cognitivas y emocionales normales del cerebro. Se centra principalmente en entender cómo funcionan las diferentes áreas cerebrales en personas sin trastornos neurológicos o lesiones cerebrales. 

Los neuropsicólogos básicos investigan aspectos como la memoria, la atención, el lenguaje, el razonamiento, la percepción y otras funciones cerebrales normales; cómo se desarrollan, cómo se relacionan entre sí y cómo evolucionan a lo largo de la vida. Igualmente, aporta conocimientos fundamentales que son la base para comprender las disfunciones cerebrales en la neuropsicología clínica.

Neuropsicología Clínica

Se centra en la aplicación práctica de principios y métodos de la neuropsicología para evaluar, diagnosticar rehabilitar y estimular trastornos neurológicos y lesiones cerebrales tanto en niños como en adultos. 

Los neuropsicólogos clínicos trabajan con pacientes que presentan condiciones neurológicas, como traumatismos craneoencefálicos, enfermedades cerebrales, ictus (o accidente cerebrovascular), demencia y otros trastornos del sistema nervioso central. Se utilizan pruebas neuropsicológicas para evaluar el funcionamiento cognitivo y emocional de los pacientes, lo que ayuda en el diagnóstico y el desarrollo de planes de tratamiento específicos.

Así mismo, juega un papel crucial en la rehabilitación de individuos con trastornos neurológicos, ayudándoles a recuperar funciones perdidas o a aprender estrategias para compensar las limitaciones causadas por sus afecciones.

 

¿Cuáles son los requisitos y competencias que deben cumplir quienes deseen desempeñarse en el área de la neuropsicología?

 

El Colegio Colombiano de Psicólogos (COLPISC) menciona que, para poder desempeñar en la neuropsicología, se debe poseer una formación académica sólida en temas propios del área, estar en capacidad de diseñar y realizar investigaciones de acuerdo con las normas mundialmente aceptadas para la generación de conocimiento científico. Adicionalmente, se debe tener la capacidad de establecer diálogo académico con miembros de la comunidad científica en general, siendo poseedor de una gran rigurosidad metodológica que asegure que su trabajo además de profesional sea generador de conocimiento relevante. 

De igual manera, debe desarrollar competencias clínicas para la evaluación, el diagnóstico y la intervención que le permitan analizar las problemáticas y necesidades requeridas para generar soluciones por medio de la investigación aplicada, poniendo en práctica su capacidad de análisis, abstracción y síntesis de datos clínicos para hacer una evaluación adecuada que permita un diagnóstico coherente y tomar decisiones terapéuticas, que orienten al paciente y a su entorno familiar, laboral y social.

Para mayor información consultar los enlaces que se encuentran en las referencias

 

Sara Gabriela Blanco Velasco

Practicante de psicología en ASCOFAPSI

 

Referencias

Arango, J., Rivera, D., & Calderón, J. (2015). Neuropsicología en Colombia: Datos normativos, estado actual y retos a futuro. [BOLETINES COLPSIC, Boletín 03]. https://www.colpsic.org.co/wp-content/uploads/2022/08/Boletines-Colpsic-003-Campo-de-Neurociencia-y-Psicobiologia.pdf 

Colegio Colombiano de Psicólogos (COLPISC). (s.f.). Campos disciplinares y profesionales. https://www.colpsic.org.co/campos/campos-disciplinares-y-profesionales/

Martínez, A. (2015). El Rol de la Neuropsicología en la Discapacidad Intelectual y del Desarrollo. [BOLETINES COLPSIC, Boletín 03]. https://www.colpsic.org.co/wp-content/uploads/2022/08/Boletines-Colpsic-003-Campo-de-Neurociencia-y-Psicobiologia.pdf

Entre Paredes y Posibilidades: Entornos Educativos desde Psicología Ambiental

Loris Malaguzzi, maestro y pedagogo italiano, menciona 3 factores que posibilitan el aprendizaje. Como primer factor se encuentran padres, adultos y maestros; el segundo factor son los pares y compañeros; y el tercer factor, denominado como “el tercer maestro”, es el lugar donde se da la experiencia de aprendizaje, ya que el entorno influye en cómo los niños adquieren el conocimiento (Páramo y Burbano, 2020).

Se ha encontrado que el lugar en el que estamos afecta cómo nos sentimos. Situaciones como estar en un lugar lleno de gente, ruido, temperatura incómoda o sin contacto con la naturaleza pueden afectarnos. Lo mismo sucede con los lugares donde se aprende tales como colegios o universidades. Si los salones de clases están mal diseñados, con tableros mal colocados, muebles incómodos o una mala iluminación, eso puede afectar negativamente el comportamiento de quienes se encuentran allí.

Mokhtar y otros autores (2016) hacen alusión al impacto de las condiciones físicas del ambiente en el que adquirimos conocimiento. El entorno influye en las personas y en cómo aprenden, pero es difícil determinar de qué modo y cómo medir su influencia. De este modo, se sugiere cambiar la forma en que se ven y utilizan los espacios (como salones de clases, áreas de estudio, etc.) en el contexto de la educación. En lugar de considerarlos simplemente como lugares físicos para contener a los estudiantes, se propone pensar en ellos como herramientas activas y efectivas para mejorar el proceso educativo. La idea es aprovechar al máximo esos espacios, transformándolos en instrumentos valiosos que contribuyan significativamente a la enseñanza y el aprendizaje.

Aquí te mencionamos los elementos esenciales que mencionan los autores para tener buenos entornos de aprendizaje al momento de su construcción y adaptación:

  1. Proporciones del espacio: Las proporciones del entorno de aprendizaje también influyen. En diversos estudios se ha encontrado que los techos altos animan a pensar con mayor libertad ayudando a pensar en términos de conceptos generales, patrones o principios, más que en situaciones específicas. A diferencia de los techos bajos que posibilitan el desarrollar un pensamiento más minucioso y exacto. Por ello se proponen pautas para el diseño de los espacios educativos, recomendando techos altos para las zonas comunes o recepción y techos bajos para las zonas donde se desarrollan actividades que exigen reflexión.
  2. Iluminación del Entorno: La luz natural permite que haya un mejor resultado en los alumnos. Las aulas con baja intensidad de luz hacen que se presenten alteraciones en los niveles de cortisol, una hormona regulada por los ritmos circadianos del organismo. Los niños que no duermen suficientes horas y desarrollan su actividad escolar en aulas con iluminación deficiente pueden sufrir descompensaciones como malestar general e irritabilidad, dolor de cabeza, dificultad para concentrarse, lapsus verbales y de memoria. Esto explica los problemas de aprendizaje que presentan algunos niños en aulas con malas condiciones de iluminación o donde se usaban pizarras digitales de forma intensiva. La iluminación de los entornos educativos es crítica porque inspira seguridad; cuando esta es deficiente, se pueden experimentar sensaciones de ansiedad y estrés. 
  3. Ubicación y Relación con el Exterior: La sobrecarga de estímulos de la ciudad afecta a nuestra atención y nos provoca un sobreesfuerzo y fatiga mental. La naturaleza, por el contrario, ejerce una labor restauradora al concentrar al mínimo los estímulos, reduciendo la carga de la atención y aumentando la agudeza mental. Desviar la vista hacia el exterior a través de la ventana es considerado tradicionalmente como distracción. Sin embargo, cambiar la atención durante unos instantes a objetos naturales situados a una distancia de 15 metros, relaja la vista y ayuda al cerebro a recuperar su capacidad de concentración. La incorporación de la naturaleza enriquece las tres dimensiones: física, cultural y emocional en las comunidades educativas. 

 

La importancia de proporcionar entornos adecuados para el aprendizaje se revela como un factor crucial en el desarrollo integral de individuos, especialmente en el ámbito educativo. La investigación ha destacado consistentemente cómo factores como el diseño adecuado de espacios, la iluminación efectiva, la inclusión de elementos naturales y la disposición funcional del mobiliario no solo influyen en la calidad del aprendizaje, sino que también impacta directamente en el bienestar emocional y el rendimiento académico de los estudiantes. 

Un entorno educativo bien diseñado no solo facilita la absorción de conocimientos, sino que también fomenta actitudes positivas hacia el aprendizaje y contribuye al desarrollo de habilidades socioemocionales fundamentales. 

 

Sara Gabriela Blanco Velasco

Practicante de psicología en ASCOFAPSI

 

Referencias

Mokhtar, F., Jiménez, M., Heppell, S., & Segovia, N. (2016). Creando espacios de aprendizaje con los alumnos para el tercer milenio. Bordón: revista de pedagogía.

Páramo, P., & Burbano, A. (2020). El tercer maestro: la dimensión espacial del ambiente educativo y su influencia sobre el aprendizaje. Universidad Pedagógica Nacional.

Ambientes Saludables, Mentes Saludables: Conociendo la Psicología Ambiental

¿Alguna vez te has puesto a pensar en cómo el lugar en el que vives, trabajas o pasas tu tiempo libre afecta tu estado de ánimo y tus decisiones? 

Sabías que hay un área de la psicología qué comprende cómo los entornos físicos influyen en nuestro comportamiento y bienestar. 

¿Habías escuchado hablar de la psicología ambiental?

La psicología ambiental es una disciplina reciente la cual estudia la relación entre el ambiente físico, la conducta y la experiencia humana. Se centra en cómo las personas perciben, experimentan y se comportan en ambientes específicos. Millán y Sierra (2022), explican que la psicología ambiental ha llamado la atención porque incluye un componente teórico y uno práctico para lograr la mejora en las relaciones humanas con el medio ambiente, otras especies y el planeta.

Algunas de las preguntas que busca responder esta área de la psicología son: ¿Cómo nos sentimos con respecto a los lugares? ¿Cuánto valoramos un lugar? ¿Cómo nos adueñamos de los espacios? ¿Cuánto sabemos sobre nuestro entorno? ¿Cómo las personas se adaptan a diferentes situaciones? ¿Cómo evaluamos los riesgos relacionados con el medio ambiente?

Algunos enfoques de la psicología ambiental se centran más en la persona y otros en el medio ambiente. Sin embargo, todos buscan entender las complejas relaciones entre la persona y lo construido, lo natural, y los entornos a su alrededor (Millán y Sierra, 2022). 

Para profundizar, algunos de los factores relevantes dentro de la psicología ambiental como lo son (Chávez, 2020):

 

  • Factores Atmosféricos: Incluye factores climáticos que inciden en el estado de las personas a nivel emocional, físico e intelectual, así como en su conducta, como por ejemplo la temperatura, estar expuestos a temperaturas distantes de la óptima puede generar malestar físico y psicológico. 
  • Factores de Luminosidad: La luz es un elemento fundamental para la orientación de organismos en su medio, que se manifiesta de diferentes formas. Generalmente, esta variable está vinculada con el rendimiento en el trabajo, y cómo lo afecta negativamente. 
  • Factores Acústicos:  El tráfico, el hacinamiento, entre otros factores, contribuyen a las problemáticas acústicas dentro de la ciudad, y las dificultades de relación entre la persona y su entorno, donde el sonido tiene un rol fundamental. El ruido puede generar pérdidas auditivas, especialmente en ambientes laborales.

La psicología ambiental es una disciplina en constante evolución, desempeñando un papel crucial en la comprensión de la relación entre las personas y su entorno. A medida que avanzamos hacia un futuro en el que el equilibrio entre la naturaleza y la sociedad es esencial, la psicología ambiental se convierte en un aliado fundamental en la búsqueda de un mundo más saludable y sostenible. Al considerar cómo los lugares que habitamos, trabajamos y exploramos afectan nuestra vida cotidiana, nos damos cuenta de que cuidar de nuestro entorno es cuidar de nosotros mismos.

 

Sara Gabriela Blanco Velasco

Practicante de psicología en ASCOFAPSI

 

Referencias

Chávez, M. (2020). Psicología ambiental. (Doctoral dissertation, Universidad Peruana Cayetano Heredia).

Millán-Otero, K., & Sierra-Barón, W. (2022). Tendencias de investigación en Psicología Ambiental. Una revisión sistemática cualitativa (2009–2020). En Sierra-Barón, Millán-Otero y Navarro (Eds.), PSICOLOGÍA AMBIENTAL, Volumen II. Experiencias, diálogos y perspectivas de investigación (pp. 64-84). Editorial ASCOFAPSI.

Riesgos de la Salud Mental en la Milicia

Durante la vida militar, los militares están expuestos a una serie de experiencias que pueden aumentar el riesgo de problemas de salud mental, tales como exposición a la violencia y el trauma, la separación de la familia y los amigos, los cambios en el estilo de vida y los factores personales, el consumo de sustancias, la depresión, el estrés postraumático, matoneo dentro de la fuerza, resiliencia, ansiedad y manejo de la ira (Sanchez, Escarria, Lara, Rodríguez y Garavito, 2019).

¿Cuáles son las afectaciones psicológicas más comunes de los militares?

Encontramos que las principales afectaciones son el Trastornos de Estrés Postraumático y el Suicidio, aquí te los explicamos.

Trastorno de Estrés Postraumático 

Debido a que dentro de las tareas se encuentran las operaciones en el escenario bélico, muchos se enfrentan al combate en territorio, siendo un contexto que incide como factor de riesgo por hechos de violencia como asesinato de civiles, desapariciones forzadas, masacres, secuestros y todo tipo de actos violentos causados por la guerra (Cortes y Zapata, 2022).

El Trastorno de Estrés Postraumático puede desarrollarse después de experimentar o presenciar un evento traumático. Los síntomas del TEPT pueden incluir:

  • Flashbacks.
  • Pesadillas recurrentes.
  • Ansiedad.
  • Dificultad para dormir.
  • Desapego hacia la familia o amigos. 
  • Deterioro físico.
  • Aparición de sentimientos depresivos.

 El TEPT puede causar alteraciones físicas y psicológicas que afectan la calidad de vida, dado que se presenta pánico ante ciertas señales del entorno como lo son olores, sonidos o imágenes. El TEPT en Colombia, es una de las alteraciones en la salud mental que más afectan personal militar activo, de reserva y veteranos, debido a situaciones de guerra y conflicto armado. 

Suicidio

El suicidio en el contexto militar se ha convertido en foco de atención debido a los riesgos que continuamente vive el personal que se encuentran en las fuerzas militares. En las estadísticas de medicina legal en Colombia, en los últimos años el suicidio se ha incrementado en un 60%. Charris y otros autores (2022), mencionan que el sistema médico legal colombiano establece que el suicidio se da en mayor medida en el sexo masculino, evidenciando diferencias en cuanto al intento suicida por géneros, esto nos brinda claves para el estudio de la conducta suicida, dentro de la cual se debe analizar:

  • Edad.
  • Género. 
  • Estado civil. 
  • Condiciones socioeconómicas.
  • Presencia de condiciones médicas generales.
  • Consumo de alcohol
  • Abuso de sustancias médicas y alucinógenas.
  • Comorbilidad psiquiátrica.
  • Trastorno en el estado de ánimo.
  • Comportamiento suicida previo.

Teniendo en cuenta la incidencia de estas problemáticas, en Colombia se presentan varias rutas de atención a militares víctimas del conflicto, con el fin de dar solución a estas problemáticas y así tener presentes los diferentes programas de prevención. Es importante empezar por prevención de los signos de suicidio, depresión, estrés, entre otros factores de riesgo. Para iniciar se recomienda realizar ejercicios de identificación de emociones en los militares, para que la persona sepa cuándo se está sintiendo mal y poder así actuar.

La importancia de cuidar la salud mental en el ámbito militar es fundamental. Quienes enfrentan situaciones extremas y altos niveles de estrés en sus misiones, pueden tener repercusiones en su bienestar emocional y psicológico. Mantener una buena salud mental no solo beneficia al individuo, sino que también es esencial para beneficiar a las familias de los mismos. 

 

Sara Gabriela Blanco Velasco

Practicante de psicología en ASCOFAPSI

 

Referencias

Charris, V., Linero, L., Ramos, M., Cortés, O., & Jiménez, A. (2022). Salud mental y percepción del riesgo suicida en militares activos del Ejército Colombiano: Una Revisión Sistemática.

Cortes, A., & Zapata, Y. (2022). Trastorno de estrés postraumático (TEPT) en personal de las fuerzas militares.

Sanchez, W., Escarria, L., Lara, C., Rodriguez, A., & Garavito, C. (2019). Riesgo psicosocial y salud mental en combatientes colombianos.

Mentes de Acero: Explorando la Psicología Militar

El ambiente en el ejército es complicado debido a varias razones. En primer lugar, porque tienen una estructura jerárquica muy estricta, lo que significa que cada persona tiene un lugar y un rango específico. Segundo, los militares siguen un conjunto de reglas y valores éticos que les dicen cómo deben comportarse. Por último, las tareas y trabajos que realizan los militares requieren un esfuerzo físico y mental considerable, lo que hace que su vida laboral sea demandante. 

Existe un área de la psicología que se especializa en el estudio del comportamiento en el contexto militar.

La psicología militar es un área de la psicología dedicada a la investigación y la aplicación de metodologías para el abordaje de problemáticas relacionadas con la salud mental de los militares y sus familias, dadas las circunstancias y factores que influencian y caracterizan la vida en la milicia; así como la investigación, el desarrollo de procesos de gestión de recursos humanos y enseñanza y consultoría (Loaiza y Posada, 2016).

¿Y cómo se relacionan psicología y la milicia? 

La psicología militar se compone principalmente de cuatro áreas de actividad dentro de su contexto:

  • Área Clínica: Se encuentra enfocada principalmente en oficiales activos, oficiales retirados y sus familias. Se centra en la evaluación, la promoción del cuidado de la salud mental, así como realizar terapias en grupo, acompañamiento en la transición a la vida civil e indagar acerca de los efectos de participar en operaciones de despliegue militar de combate. Sin embargo, se busca crear nuevos abordajes en temas de trastorno de estrés postraumático (TEPT), depresión, ansiedad y otras problemáticas relacionadas con el estrés. 
  • Área de Selección de Personal: Es uno de los procesos más estudiados particularmente por las altas expectativas en el ejército, el gran número de personas que se unen cada año y que los nuevos reclutas tengan ciertos comportamientos al ser seleccionados como militares y oficiales. Con base en los procesos de selección y clasificación de personal militar se tienen en cuenta rasgos relacionados con capacidades, actitudes de liderazgo y de personalidad. 
  • Área de Formación e Investigación: Dentro de esta área, en el contexto militar se encuentra gran diversidad de temáticas, como lo es el acoso laboral, estudios de estereotipos de raza y género y resiliencia. A su vez, el aumento de la participación de mujeres en el contexto militar ha generado la necesidad de desarrollar más investigaciones al respecto, ya que existen factores como el acoso sexual, la discriminación, la calidad de vida, las diferencias a la hora de entrenar, entre otros.
  • Área Operativa: Es un área de aplicación de la psicología militar, donde el profesional representa un apoyo y toma acciones a seguir en la preparación y desarrollo de operaciones militares de combate. Los psicólogos operativos trabajan en tres áreas principales en el ejército: ayudan en cuestiones de seguridad nacional, trabajan en inteligencia militar y colaboran en programas para aplicar y hacer cumplir la ley. En lo que respecta a la seguridad nacional, los psicólogos operativos utilizan su conocimiento para entender mejor cómo funciona la mente de las personas que están involucradas en actos de terrorismo, incluyendo su personalidad, intenciones y motivaciones.

En Colombia, la psicología militar es una disciplina esencial para la seguridad nacional. Los psicólogos militares ayudan a garantizar que las fuerzas armadas sean eficientes, efectivas y que sus miembros estén protegidos y apoyados. Es una disciplina en constante evolución. A medida que las amenazas a la seguridad nacional cambian, los psicólogos militares continúan desarrollando nuevas formas de ayudar a las fuerzas armadas a proteger a su país.

 

Sara Gabriela Blanco Velasco

Practicante de psicología en ASCOFAPSI

 

Referencias

Ardila, U. (2016). Labores de las y los Psicólogos Militares en el Ejército Nacional. [BOLETINES COLPSIC, Boletín 11]. https://www.colpsic.org.co/wp-content/uploads/2022/08/Boletines-Colpsic-011-Campo-de-Psicologia-Militar.pdf 

Loaiza, O., & Posada, J. (2016). Psicología militar: Conceptualización e investigaciones contemporáneas. PSIENCIA. Revista Latinoamericana de Ciencia Psicológica, 8(2), 1-20.

Cuando el Trabajo Quema: Conociendo el Síndrome de Burnout

¿Alguna vez has te has sentido “quemado” por el trabajo?

En la actualidad, el estrés se ha convertido en una consecuencia que repercute en nuestro día a día a nivel personal y profesional, afectando nuestra salud y bienestar.

Seguramente se trate de El Síndrome de Burnout, el cual se describe como un desgaste laborar progresivo, el cual empieza con niveles prolongados de estrés laboral, los cuales se evidencian por tensión, irritabilidad o tensión. Usualmente está asociado a condiciones de alta implicación, es decir, a aquellos profesionales que requieren y se encuentran en un alto contacto directo con las personas (Lauracio y Lauracio, 2020). 

Carrillo, Gómez, & Espinoza (2012) mencionan las características componentes que integran principalmente el síndrome:

  • Agotamiento emocional: se refiere a situaciones en que ya combina fatiga emocional, física y mental con falta de entusiasmo y sentimientos de impotencia e inutilidad.
  • Despersonalización: se manifiesta con sentimientos negativos, actitudes y conductas de cinismo hacia las personas con las que se trabaja, en ocasiones se puede ver a la persona como “deshumana” dado la rigidez afectiva.
  • Baja realización personal: es la tendencia a evaluarse negativamente, afectando las habilidades en la realización del trabajo y la relación con las otras personas. Se suele sentir un descontento consigo mismo e insatisfacción con los resultados laborales.

El Síndrome puede presentar algunas de las siguientes afectaciones en el entorno de trabajo:

  • Baja regulación emocional: Existe una probabilidad de que disminuya la empatía, resultando en un trato distante y en un mal manejo de las emociones y de la información que se transmite.
  • Actuación en automático: Donde se llevan a cabo ciertas acciones sin ser plenamente consciente de lo que se está haciendo.
  • Agotamiento físico o cansancio: Mostrando signos del propio estado de agotamiento, llevando a irritación constante.
  • Impulsividad: La persona pasa a la acción a través de respuestas de enojo, confrontaciones reiteradas con colegas y maltrato al personal.
  • Desmotivación: se presenta falta de iniciativa y constancia en las tareas de equipo, ausencias, impuntualidad y poca participación o no inclusión en proyectos.

Para prevenir el desgaste laboral o Síndrome de Burnout, Caballol y otros autores (2021), mencionan algunas medidas dentro del lugar de trabajo con el fin de tener entornos donde sea primordial el cuidado y garantizar la salud mental de los trabajadores:

  • Motivar a tener hábitos de autocuidado, ya que es esencial priorizar el propio bienestar y permite cuidar de sí mismo y de los demás. Es recomendable mantener hábitos saludables como comer bien, realizar ejercicio, prestar atención a la cantidad y calidad del sueño, aminorar el cansancio tomando algunos descansos cortos en el trabajo y en casa, darse la posibilidad de exponerse breves periodos al sol y/o salir al aire libre, leer libros y compartir con la familia.
  • Crear una atmósfera de equipo amigable, brindar apoyo al personal y reducir la carga emocional en entornos estresantes. Por ejemplo, es muy conveniente elaborar un informe periódico, dirigido a todo el equipo de manera que las personas del lugar de trabajo conozcan el ambiente al cual se verá enfrentado al iniciar su jornada.
  • El apoyo social es un factor importante que ayuda a aliviar el estrés. Brindar ánimo entre compañeros y generar espacios donde se puede discutir, compartir los sentimientos y experiencias con los compañeros de manera oportuna, desahogar las emociones negativas, y lograr una compresión entre pares ayuda a prevenir el agotamiento.
  • Las habilidades comunicativas son un pilar que ayuda a combatir el estrés, de manera clara, regular y honesta, y en relación a los distintos grupos con los que se relaciona los trabajadores como pueden ser pacientes, compañeros de trabajo, familia o amigos.

Reconocer los signos de agotamiento, abordar el estrés laboral de manera saludable y mantener un equilibrio entre el trabajo y la vida personal son pasos esenciales para prevenir el burnout. Al tomar medidas proactivas y fomentar un ambiente de trabajo que promueva el bienestar, podemos contribuir a la salud mental y física de los empleados, mejorando la calidad de vida en el ámbito laboral y, en última instancia, la sociedad en su conjunto.

 

Sara Gabriela Blanco Velasco

Practicante de psicología en ASCOFAPSI

 

Referencias

Caballol, F., Flores, A., Guerra, J., Morales, F., & Reynaldos, K. (2021). Prevención del Síndrome de Burnout en enfermería en pandemia COVID-19: Una revisión sistemática. Revista de Salud Pública, 26(2), 48-59.

Carrillo, R., Gómez, K., & Espinoza, I. (2012). Síndrome de burnout en la práctica médica. Medicina interna de México, 28(6), 579-584.

Lauracio, C., & Lauracio, T. (2020). Síndrome de Burnout y desempeño laboral en el personal de salud. Revista Innova Educación, 2(4), 543-554.

La Psicología Organizacional y su Aplicación en el Mundo Laboral

Los psicólogos tienen distintas funciones dependiendo del área en el que se desempeñen. 

El rol del psicólogo en el área organizacional se ha convertido en un campo importante en el mundo laboral moderno dado que se busca optimizar el rendimiento de las personas y las empresas.

Según el Boletín No. 15 del Colegio Colombiano de Psicólogos (COLPSIC), en el mundo del trabajo, el psicólogo tiene un papel importante en la calidad de vida de los colaboradores dentro de la organización. Principalmente los fenómenos que aborda se relacionan con: procesos de selección y contratación, análisis y descripción de cargos, valoración del desempeño, capacitación, entre otros. Estos procesos están directamente relacionados con las personas que pertenecen al mundo laboral. 

El objetivo de la psicología organizacional es generar un pensamiento que permita al trabajador desarrollarse integralmente, es decir, un desarrollo pleno en sus dimensiones (física, social, emocional, espiritual y mental). Cuando hablamos del desarrollo del potencial humano, nos referimos a que cada persona trae consigo habilidades que ya tiene y puede descubrir a medida que trabaja en un contexto organizacional.

Si se entiende que los trabajadores tienen talentos internos potenciales, entonces valorarlos se convierte en el factor más importante para el crecimiento de las empresas. La forma en que la empresa funciona también afecta a los empleados, y viceversa, por eso, es fundamental que la organización se enfoque en el desarrollo de las personas desde el principio.

De igual modo, mejorar la calidad de vida del trabajador es un factor que directamente le compete al psicólogo organizacional, ya que las políticas actuales exigen a las empresas velar por seguridad y salud laboral, lo señala como un factor de riesgo para los trabajadores. 

Es por ello que Álvarez, Estrella y Rosas (2018), mencionan que el rol del psicólogo en las organizaciones es clave por varias razones: 

  • Ayuda a mejorar el rendimiento y la productividad, ya que busca que cada empleado se encuentre en el puesto más adecuado de acuerdo a sus habilidades y potencial
  • Capacita de manera efectiva a los trabajadores, creando un entorno que los motive, así como reducir el estrés laboral, los conflictos y el absentismo (abandonar el desempeño de las funciones o no acudir al lugar de trabajo).
  • Mejora del clima laboral, creando un ambiente saludable y positivo, contribuyendo al bienestar de los empleados.
  • Promueve la salud mental en el trabajo, se preocupa por el bienestar de los empleados.  
  • Ayuda a abordar y resolver conflictos laborales de manera constructiva, lo que promueve un ambiente armonioso y evita problemas más graves. 
  • Gestiona el cambio, ayudando a introducir procesos o nuevas tecnologías.
  • Fomenta prácticas éticas en la toma de decisiones empresariales, ya que es fundamental en la responsabilidad social y corporativa. 

Para concluir, la psicología organizacional desempeña un papel vital en la mejora de la eficiencia y el bienestar en el lugar de trabajo, lo que a su vez contribuye al éxito y la sostenibilidad de las organizaciones en un entorno empresarial cada vez más competitivo y en constante cambio. Comprender y explicar cómo factores individuales, grupales y organizacionales influyen en el comportamiento de las personas en el trabajo permite una mejora en el desarrollo del empleado como de la organización. 

 

Sara Gabriela Blanco Velasco

Practicante de psicología en ASCOFAPSI

 

Referencias

Colegio Colombiano de Psicólogos [COLPSIC]. (Junio, 2016). Campo de Psicología de las Organizaciones y del Trabajo, Reto del psicólogo organizacional. [BOLETINES COLPSIC, Boletín 15].

Álvarez, L., Estrella, B., & Rosas, S. (2018). Rol del Psicólogo Organizacional en la gestión de Talento Humano. PODIUM, (33), 79-90.

Adolescencia: Problemáticas más Comunes y qué hacer para Prevenirlas

¿Te has preguntado por qué, en ocasiones, los adolescentes pueden llegar a tener adicciones? ¿O por qué hay embarazos a tan temprana edad? ¿O qué un adolescente tenga depresión?

Estas circunstancias se desencadenan por factores de riesgo.

¿Y qué son los factores de riesgo?

Seguramente hemos escuchado de ellos, pero no tenemos clara su definición. Gómez (2008), menciona que los factores de riesgo son aquellas cualidades o atributos que están unidos a una mayor probabilidad de producir un daño a la salud, incrementando la probabilidad de conductas problemáticas.

¿Cuáles son algunos de los factores de riesgo dentro de la familia? 

La familia es la dimensión que puede involucrar un nivel de riesgo más alto, ya que es el primer vínculo donde aprendemos valores, normas, obligaciones y roles para enfrentarnos al rol que vamos a desempeñar a futuro.

Por ejemplo, cuando existe una dificultad en la comunicación, en este caso, entre adolescente y padres, esta dificultad puede verse reflejada en otros contextos, y relacionarse con problemáticas como malestar físico, el consumo de alcohol y tabaco a temprana edad. Pavez y otros autores (2009), mencionan posibles situaciones que pueden significar factores de riesgo durante la adolescencia, además de la comunicación, que son:

  • Bajos niveles de cercanía afectiva, donde no se siente un fuerte vínculo emocional con las personas del núcleo, ya sea por falta de tiempo, distancia física o alguna experiencia traumática. 
  • Altos niveles de control parental, en los cuales los padres ejercen un alto grado de supervisión y restricción en las actividades de los hijos como castigar, limitar o establecer reglas estrictas. 
  • Estructura familiar inestable, cambios frecuentes en la dinámica familiar como… generando un impacto negativo en el desarrollo del adolescente haciéndolo sentir inseguro, estresado o ansioso.

Si la familia se percibe como un ambiente hostil, es probable que el adolescente busque seguridad en grupos, haciendo que exista una exposición al consumo de sustancias, relaciones sexuales desordenadas o conductas violentas como medios de afrontamiento.

¿Qué hacemos para disminuir los riesgos? 

Así como existen los factores de riesgo, encontramos factores protectores, que son aquellas circunstancias, condiciones, atributos o características que permiten y facilitan lograr la salud integral. También reducen la probabilidad de que se presente un comportamiento que afecte la salud y están relacionados con el bienestar. 

Marín, Hoyos y Sierra (2019) muestran que los factores protectores durante la adolescencia son:

  • El apoyo y contención familiar, el apoyo emocional, social y material que los miembros brindan entre sí. Es un proceso de comunicación y cooperación que ayuda a enfrentar los desafíos de la vida. 
  • La comunicación entre padres e hijos, ya que fomenta la confianza y el vínculo entre los mismos, ayuda a desarrollar la autoestima, permite enseñar habilidades sociales y resolución de problemas y previene problemas de comportamiento. Así mismo, que los padres conversen con los hijos sobre el riesgo de consumo de sustancias o prácticas sexuales irresponsables. 
  • Participar en actividades grupales o comunitarias, ya que permite desarrollar habilidades sociales, construir relaciones positivas, aprender nuevas habilidades y conocimientos y sentirse conectado por su comunidad. 

Así, la familia se presenta como apoyo incondicional, que busca significado en situaciones difíciles y promueve la unidad. Estos pueden tener un impacto positivo en la vida de las personas a cualquier edad. Es importante que los individuos, las familias, las comunidades y la sociedad en general trabajen juntos para crear entornos que promuevan la protección.

 

Sara Gabriela Blanco Velasco

Practicante de psicología en ASCOFAPSI

 

Referencias

Gómez, E. (2008). Adolescencia y familia: revisión de la relación y la comunicación como factores de riesgo o protección. Revista intercontinental de psicología y educación, 10(2), 105-122.

Marín, A., Hoyos, O., & Sierra, P. (2019). Factores de riesgo y factores protectores relacionados con el ciberbullying entre adolescentes: una revisión sistemática. Papeles del psicólogo, 40(2), 109-124.

Pavez, P., Santander, N., Carranza, J., & Vera-Villarroel, P. (2009). Factores de riesgo familiares asociados a la conducta suicida en adolescentes con trastorno depresivo. Revista médica de Chile, 137(2), 226-233.

Psicología y Familia: Comprendiendo los Vínculos y Relaciones

La familia es nuestra primera fuente de contacto, por lo que nos hace despertar nuevas emociones, surgen vínculos poderosos, desafíos inesperados y momentos en lo que miramos “dentro de nosotros” para poder reconocer y comprender nuestras emociones, lo que pensamos y cómo nos comportamos. Sin embargo, las familias han adoptado una amplia variedad de formas y estructuras, por lo que no hay una sola definición de familia. Algunos tipos de familia existentes son la familia nuclear, familia extendida, familia monoparental, familia homoparental, familia de crianza o acogida, familias reconstituidas, familias adoptivas, entre otras. 

¿Te has preguntado alguna vez cómo la psicología puede ayudarnos a entender mejor lo que sucede en nuestra familia?   

Hoy hablaremos de Psicología y Familia, donde descubriremos cómo la psicología nos ayuda a lidiar con ciertos desafíos dentro de nuestro núcleo familiar y a crecer dentro de nuestro hogar.  

¿De qué trata la Psicología y Familia?  

Su objetivo principal es la comprensión de la organización y las dinámicas familiares. Esto implica las relaciones que los integrantes construyen a lo largo del ciclo vital de manera individual y familiar. Es relevante ya que en la familia se aprenden las primeras pautas de interacción y se contemplan aspectos formativos, éticos, morales, culturales, económicos, sociales y afectivos (Puello, Roca, Silva y Silva, 2021). 

La psicología ha avanzado en el conocimiento del individuo, teniendo en cuenta que crecemos, nos desarrollamos y pertenecemos a un contexto donde según sus características y patrones, adquirimos ideales, costumbres y tradiciones. Por ello, al estudiar a las familias se busca ahondar en las dinámicas que existen, el número de miembros, tensiones, recursos, entre otros, ya que es fundamental para comprender la salud mental, la construcción social y psicológica de cada uno de los integrantes, así como los roles que desempeñan y la calidad de sus vínculos (COLPSIC, 2022).  

A su vez, cobra importancia por el componente psicológico que deja la relación niño-adulto durante el proceso en que se desarrolla la autonomía, la personalidad, la socialización y la identidad. El grupo familiar es donde adquirimos esas primeras experiencias y valores, por lo que abre la posibilidad de desarrollar procedimientos para intervenir en los diferentes niveles de salud y procesos de formación para las familias.  

  

¿Cuál es la labor del psicólogo enfocado en las familias?  

El principal trabajo del psicólogo enfocado en la familia es desarrollar habilidades que permitan un proceso de inclusión donde se garantice que todos los miembros tengan la posibilidad de expresarse y participar. También se brinda la opción para que los miembros decidan que problemáticas desean trabajar de manera inmediata y que sesión a sesión se evalué lo que ellos mismos consideran como problemático, para así poder analizar las circunstancias que permiten comprender mejor el contexto y ayudar a que sea posible el desarrollo de recursos afectivos y habilidades sociales.  

A grandes rasgos, la intervención que brinda el psicólogo enfocado en la familia se centra en: 

  • Entrenar a cuidadores en estrategias de crianza, para ofrecer un ambiente seguro, de respeto y apoyo. 
  • Diseñar programas de intervención para problemas de conducta en la infancia como trastornos de desarrollo, miedos, agresividad, entre otros. 
  • Mediar en la resolución de conflictos entre cuidadores primarios y adolescentes. Al ser un periodo con una serie de cambios físicos, psicológicos y sociales, repercuten en la relación con los padres, por lo que se ofrecen vías de comunicación positiva, técnicas de solución de conflictos, entre otros.  
  • Intervenir cuando se presentan crisis de pareja, donde se ven periodos de cambio y estos conllevan a conflictos y discusiones constantes. 
  • Mediar en procesos de separación y divorcio, para ayudar a mantener una buena comunicación durante el proceso.  

 

Para ser profesional en esta área, se debe contar con un entrenamiento previo y poseer conocimiento en técnicas, metodologías y teorías acerca de diversas intervenciones familiares. Así se aplica el conocimiento en diferentes niveles de atención y contexto, como en diversos grupos familiares, en proyectos de prevención, orientación, consultoría, entre otros, de acuerdo a los problemas que surjan en las interacciones de los integrantes de la familia y su contexto. De igual forma, se busca también un trabajo interdisciplinar con otros profesionales, con el fin de tener un abordaje más integral. 

 

Sara Gabriela Blanco Velasco 

Practicante de psicología en ASCOFAPSI 

 

Referencias 

Colegio Colombiano de Psicólogos [COLPSIC]. (marzo, 2021). CAMPO DE Psicología y Familias. [BOLETINES COLPSIC, Boletín 52]. https://www.colpsic.org.co/wp-content/uploads/2021/07/BOLETIN-52-psi-familias.pdf  

Colegio Colombiano de Psicólogos [COLPSIC]. (febrero, 2022). Competencias del Psicólogo para el campo de Psicología y Familias. https://www.colpsic.org.co/wp-content/uploads/2022/07/Competencias-Campo-Psic.-familia.pdf  

Puello, M., Roca. M., Silva. M., & Silva, A. (2021). Campo de Psicología y Familias. [BOLETINES COLPSIC, Boletín 45]. https://www.colpsic.org.co/wp-content/uploads/2021/10/BC-45-PSICOLOGIA-Y-FAMILIAS.pdf

Desafío Emocional del Envejecimiento: Depresión en la Tercera Edad

Según la OMS, más de un 20% de las personas mayores de 60 años presentan alguna dificultad donde la depresión y la demencia son alteraciones que se presentan comúnmente. La depresión causa grandes sufrimientos y puede dificultar la vida cotidiana. Es frecuente que los síntomas de la depresión en adultos mayores se pasen por alto y no se trate porque coinciden con otros problemas que experimentan.

La depresión es un estado de ánimo que se caracteriza por la indiferencia, soledad o pesimismo y afecta la autoestima y el apetito. Se puede manifestar por la pérdida de interés en tareas cotidianas, alteración del sueño y apetito, agitación o actividad lenta, sentimientos de inutilidad, falta de concentración, y en ocasiones, ideas suicidas (Soria, Soriano, Lara y Mayen, 2018).

En adultos mayores, la depresión se puede manifestar por reportes de sentimientos de incapacidad o inutilidad, desaliento o pérdida de interés en actividades cotidianas. Hay tensión, temor, preocupación y angustia. Pueden presentar dolor corporal, insomnio, fatiga, dolor de cabeza, falta de apetito, y a veces, ideas suicidas. 

Los factores asociados a la depresión están relacionados con variables tanto psicológicas como sociales. Dentro de los factores psicológicos se encuentran el temor a la muerte, dificultades para adaptarse a la jubilación, violencia psicológica por parte de los cuidadores (agresiones verbales), la necesidad de ser escuchados, sentimientos de soledad, la desesperanza, tristeza, decaimiento y pérdida de los roles sociales. Los factores sociales se relacionan con la necesidad de comunicación, viudez, ingresos económicos insuficientes, dependencia de malos hábitos y soledad y ciertos costos económicos (Llanes, López, Vázquez y Hernández, 2015). 

Otros factores que pueden incidir en el estado de ánimo de los adultos mayores son las afectaciones de sueño, el dolor crónico, el aumento o pérdida de peso, los problemas digestivos, problemas de memoria y concentración, la dificultad en las relaciones, deterioro en la calidad de vida.

¿Qué podemos hacer al respecto?

La salud mental de las personas mayores puede mejorar si los cuidadores fomentan hábitos activos y saludables. Quienes estamos en continuo contacto con adultos mayores, tenemos una responsabilidad en la prevención de la aparición de malestares como lo es la depresión. Esto implica crear un ambiente y un estilo de vida que haga que las personas mayores se sientan bien y elijan llevar un estilo de vida saludable. Para promover la salud mental en los adultos mayores, es importante asegurarse de que tengan lo que necesitan para satisfacer sus necesidades básicas. 

Aquí te dejamos estrategias que como cuidador puedes utilizar prevenir la depresión en el adulto mayor:

  • Mantener conexiones sociales con amigos y familia es beneficioso, así como participar en actividades sociales.
  • La actividad física regular como caminar, dar paseos cortos, nadar o hacer ejercicios suaves ayudan a mejorar el estado de ánimo.
  • Estimular el cerebro con actividades intelectuales como la lectura, hacer rompecabezas, sopas de letras o realizar juegos mentales ayudan a reducir el riesgo.  
  • Asistir a controles médicos de manera regular y seguir las recomendaciones para controlar enfermedades crónicas.
  • Limitar el consumo de alcohol y tabaco.

En general, la prevención de la depresión en adultos mayores implica mantener un estilo de vida saludable, mantener conexiones sociales y buscar apoyo emocional cuando sea necesario. Cuidar la salud mental es tan importante como la salud física en la tercera edad.

 

Sara Gabriela Blanco Velasco

Practicante de psicología en ASCOFAPSI

 

Referencias

Llanes, H., López, Y., Vázquez, J., & Hernández, R. (2015). Factores psicosociales que inciden en la depresión del adulto mayor. Medimay, 21(1), 65-74.

Organización Mundial de la Salud [OMS]. (2017, 12 de diciembre). La salud mental y los adultos mayores. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/la-salud-mental-y-los-adultos-mayores 

Soria TR, Soriano CMI, Lara JN, et al. Depresión en adultos mayores. diferencias entre sexos. Revista Electrónica de Psicología Iztacala. 2018; 21(2): 682-697.

¿Cómo mantener una mente sana en la vejez?

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), el envejecimiento es el resultado de una gran variedad de daños celulares y moleculares a lo largo del tiempo, lo que lleva a un descenso gradual de las capacidades físicas y mentales. Estos cambios no son uniformes ni lineales y la vinculación con la edad de una persona es relativa, lo que se refiere a que cuando se envejece, todos lo haremos, pero de maneras diferentes, y en tiempos distintos. Aparte de las transformaciones biológicas, el proceso de envejecimiento a menudo se vincula con otros factores sociales, psicológicos y emocionales como la jubilación, la mudanza a residencias más adecuadas y la pérdida de amistades y compañeros.

Existe un área de la psicología que aborda directamente el proceso de envejecimiento y responde a inquietudes relacionadas con los desafíos emocionales que enfrentan las personas en la tercera edad, la relación entre la salud física y mental, cómo se pueden sentir las personas mayores al atravesar por estos cambios y cómo prevenir y abordar la soledad. Esta disciplina se conoce como psicología gerontológica o psicología de la vejez.

 

¿Y qué es la psicología gerontológica?

 

La psicogerontología estudia el fenómeno de envejecer. Al ser un proceso del desarrollo humano, el foco de atención es el adulto mayor, desde que nace hasta que envejece y cómo interactúa con factores biológicos, psicológicos y sociales (Pérez, López, Colunga y Oropeza, 2014).

Es importante aproximarse, dado que el proceso de envejecer se da tanto de manera individual como colectiva, en otras palabras, la sociedad, época, cultura, entre otros, construyen el modo de envejecer. También se centra los pensamientos, sentimientos, emociones y cambios psicológicos y sociales que se producen en esta edad. 

Por ejemplo, a nivel físico se presentan una serie de cambios como pérdida de fuerza y masa muscular, cambios en la piel, pérdida de agilidad o cambios en la visión y audición. A nivel cognitivo hay perdida en la memoria a corto plazo, dificultades de la atención y concentración o un posible desarrollo de enfermedades cognitivas como el Alzheimer. Y emocional y socialmente se encuentra una pérdida de amigos y seres queridos, en las relaciones familiares, posibles sensaciones de soledad o aislamiento social.  

Según La Universidad Internacional de La Rioja (2020), hay una urgencia para cubrir las necesidades de los mayores. Aunque hacerse mayor no deja de formar parte del ciclo vital, para muchas personas es una etapa difícil de gestionar. Aunque sea una rama que aún se encuentra en auge, detrás del proceso de envejecimiento encontramos una serie de cambios que en ocasiones no son visibles.

Los profesionales en esta área de la psicología desempeñan actividades tales como: 

  • Realizar evaluaciones psicológicas, diagnóstico y seguimiento en cambios cognitivos, higiene de sueño, hábitos de vida saludables o incluso depresión. 
  • Diseñar e implementar programas directamente con el paciente o de grupo. Normalmente, los programas pueden variar dependiendo de las necesidades del adulto mayor.
  • Hacer intervención con las familias, donde se brinda apoyo a familiares y consultantes para afrontar la muerte o enfermedades crónicas. 
  • Evaluar y gestionar recursos e instalaciones de algunas residencia y hogares geriátricos. Esto es fundamental ya que permite el diseño e implementación de programas para el desarrollo integral de los mayores que se encuentran allí. 

 

Sara Gabriela Blanco Velasco

Practicante de psicología en ASCOFAPSI

 

Referencias

Fernández-Ballesteros, R. (2004). Psicología de la vejez. Humanitas, 1, 27-38.

Organización Mundial de la Salud [OMS]. (2022, 1 de octubre). Envejecimiento y salud. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/ageing-and-health

Pérez, L., López, J., Colunga, C., & Oropeza, R. (2014). Psicogerontología y trabajo anticipado del envejecer. Revista Iberoamericana de Ciencias. 

Universidad Internacional de la Rioja [UNIR]. (2020, 8 de abril). Todo lo que necesitas saber para dedicarte a la Psicología Geriátrica. https://www.unir.net/salud/revista/psicologia-geriatrica/

Dominar el Reloj: Estrategias Efectivas de Gestión del Tiempo

En ocasiones, estamos realizando alguna tarea o actividad y al ver el reloj nos damos cuenta de que el tiempo ha pasado “volando”, o simplemente el tiempo no fue suficiente para hacer todo lo que tenemos pendiente en el día. 

Bueno, esto se puede presentar por una inadecuada gestión del tiempo. Usualmente destinamos una parte de nuestro día para hacer ciertas labores, pero no tenemos un cronograma organizado con las horas en las que deberíamos cumplir con ciertas tareas. Sin embargo, la mayor parte de las responsabilidades se cumplen por medio de la virtualidad y tendemos a tener interrupciones constantes por notificaciones, correos o redes sociales, por lo que concentrarse en lo que realmente importa es difícil. 

Por tal motivo, se vuelve necesario encontrar formas de administrar el tiempo ya que este se vuelve un factor clave para trabajar de forma efectiva. Aquí te presentamos algunas de las técnicas que nos propone Lane (2022), para aprovechar y mejorar la productividad:

 

  • La caja de Eisenhower: Es una matriz que ayuda a clasificar las tareas según sus prioridades y el tiempo que se debe invertir en ellas. En la casilla de Hacer se incluyen las actividades que se tienen que hacer de inmediato, lo considerado importante y urgente; en la casilla Delegar es aquello que alguien más puede hacer por ti, es urgente pero no importante, en Decidir va aquello que se le debe delegar una para realizarlo, es importante pero no urgente; y en Eliminar o Posponer van aquellas actividades con las que se puede decidir qué hacer, ya que no son importantes ni urgentes.  Aquí te dejamos un ejemplo:

  • Técnica Seinfeld (no romper la cadena): esta técnica propone crear en un calendario grande en tu lugar de trabajo y trazar un cronograma con las rutinas o tareas que tienes que llevar a cabo por día, si cumples tu meta diaria lo marcas en el calendario. Después de varios días cumpliendo con la cadena, no vas a querer romperla. Lo importante es colocar este calendario en un área visible mientras trabajas, así podrás ver tus avances cada día conforme avanza la semana.

 

  • Técnica Pomodoro: Esta es la técnica más popular, es sencilla de llevar a cabo y varias personas se han podido beneficiar de ella. La técnica Pomodoro consiste en dividir tu jornada laboral en pequeños tiempos de 25 minutos. Durante este tiempo debes llevar a cabo tu trabajo sin distracciones, cuando terminan puedes tomar un descanso de 3 a 5 minutos para despejarte un poco. Durante el día se debe seguir el proceso y cada cuatro pomodoros (bloques de 25 minutos) puedes tomar un descanso más largo de 20 a 30 min.

 

También, así como Lane, Martins (2023) menciona algunas ideas que te ayudarán a gestionar mejor el tiempo y lograr más resultados:

 

  • Ten en cuenta tus horas de mayor productividad. Hay quienes se sienten más activos en el día e incluso otras personas se sienten más animados por las noches, lo importante es que identifiques esos momentos del día donde estés más concentrado.

 

  • Planifica con anticipación al final de cada día. Al finalizar tu jornada, toma entre 5 y 10 minutos para revisar tu correo o aquellos sitios donde llegue la información importante, así sabrás que deberás hacer de forma más inmediata para agregarlo en los deberes del día siguiente.

 

  • Utiliza una herramienta. En ocasiones una lista de tareas hecha a mano puede ser desorganizada y es propensa a errores, para esto usar herramientas virtuales que puedas tener a la mano y te notifiquen de que es lo siguiente en la lista gestionará mejor tus proyectos.

 

  • Deja de intentar realizar varias tareas a la vez. Ser multitarea es un mito, al realizar varias acciones a la vez como escribir un correo mientras se habla por teléfono, obligas a tu cerebro a cambiar entre un tema y otro, generando sobreesfuerzo y agotamiento. Es preferible trabajar en una tarea a la vez, esto permite una mayor fluidez ya que estás concentrado y tienes mayor rendimiento.

 

 

Sara Gabriela Blanco Velasco

Practicante de psicología en ASCOFAPSI

 

Referencias

Lane, A. (2022). Técnicas de gestión del tiempo para mejorar tu productividad. Recuperado de: https://www.shopify.com/es/blog/118626501-5-tecnicas-de-gestion-del-tiempo-que-debes-probar-para-mejorar-tu-productividad 

Martins, J. (2023). 18 consejos, estrategias y soluciones rápidas de gestión del tiempo para lograr trabajos excelentes. Recuperado de: https://asana.com/es/resources/time-management-tips

¿Cómo evitar procrastinar?

¿Cómo evitar procrastinar?

 

“No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”, es el refrán más usado para hacer la mayor cantidad de cosas durante el día; sugiere que es más conveniente y efectivo realizar las tareas o responsabilidades en el momento presente en lugar de posponerlas para el futuro. Esta expresión promueve la idea de la diligencia y la productividad, insistiendo a las personas a tomar acción de inmediato en lugar de procrastinar (definida como el reflejo voluntario de aplazar alguna tarea o deber propio a un tiempo indefinido (Pazmiño y Benites, 2002)). 

El efecto implícito es que el posponer las tareas puede llevar a acumulación de las mismas, estrés innecesario y oportunidades perdidas (Vicent y Díaz, 2022). Continuamente, tenemos plazos de entrega, decisiones que tomar y metas que alcanzar, y entonces dicho refrán cobra sentido.

La procrastinación tiene una prevalencia importante en el ámbito académico. Se ha evidenciado que afecta un 20% de la población adulta, mientras que en estudiantes universitarios alcanza al 50% (Rozental y Carlbring, 2014). De hecho, algunos estudios estiman que se trata de un fenómeno altamente extendido entre la población universitaria, afectando a más de la mitad de los estudiantes. Seguramente, en algún momento de nuestra vida hemos dejado algo para más tarde o mañana, con la excusa de que no es algo urgente y lo reemplazamos con otra actividad, pero ¿a qué se debe esto? 

Se ha encontrado que los motivos por los cuales las personas suelen procrastinar suelen ser: 

  • Dificultad de la tarea o falta de claridad, el no saber por dónde empezar o cómo hacer una tarea puede llevarnos a posponerla.
  • La falta de motivación, es más probable dejar para después una tarea que percibimos como poco interesante o gratificante, o si la vemos como aburrida, difícil o que no es importante.
  • Miedo al fracaso, a veces tememos por no poder cumplir con las expectativas o a cometer errores, por ello evitar la tarea es una forma de evitar enfrentar esos miedos. 
  • La presencia de distractores, esto hace que concentrarnos en la tarea dificulte un poco más y puede verse relacionado con factores como el uso prolongado del celular, mirar redes sociales o estar pendiente de las notificaciones.

¿Qué hacer para evitar procrastinar? 

Hay técnicas útiles para evitar la procrastinación, impleméntalas para mantener tu productividad como lo son:

  1. Establece metas y plazos: Aborda las tareas más desafiantes al comienzo del día, cuando tienes más energía, esto ayuda a evitar la tendencia a postergar, igualmente pon a tus tareas un límite de tiempo realista. Saber que solo tienes un tiempo limitado para completar tus tareas ayuda a priorizar tus responsabilidades.
  2. Usa aplicaciones de bloqueo de sitios web: Si las redes sociales y otros sitios web son tus principales distracciones, considera usar aplicaciones que bloqueen temporalmente estos sitios durante tus sesiones de trabajo.
  3. Celebra tus logros: Reconoce y celebra tus avances, incluso los pequeños, esto aumenta tu motivación para completar las tareas. Asignar recompensas pequeñas a tiempos de trabajo ininterrumpidos puede motivarte a mantener la concentración.
  4. Usa intervalos de concentración: Divide tu tiempo en intervalos de trabajo concentrado (por ejemplo, 25 minutos de trabajo seguidos de 5 minutos de descanso), esto ayuda a mantener la concentración.

 

Recuerda que superar la procrastinación lleva tiempo y esfuerzo ya que es ya que es una situación qué, en ocasiones, es difícil de afrontar. Experimenta con diferentes estrategias y ajusta tu enfoque según lo que funcione mejor para ti. 

Si tienes una tarea que hacer, es mejor hacerla inmediatamente, en lugar de posponerla.

“No dejes para mañana, lo que puedes hacer hoy”.

 

Sara Gabriela Blanco Velasco

Practicante de psicología en ASCOFAPSI

 

Referencias

Garzón, A., & Gil-Flores, J. (2020). Rasgos demográficos, académicos y personales asociados a tres tipos de procrastinación en el alumnado universitario. Bordón-Revista de Pedagogía, 72 (1), 49-65.

Pazmiño, J. & Benites, J. (2022). Procrastinación, el problema del nuevo mundo.

Rozental, A. y Carlbring, P. (2014). Understanding and treating procrastination: A review of a common self-regulatory failure. Psychology, 5(13), 1488–1502. doi:10.4236/ psych.2014.513160

Vicent, M., & Díaz, Á. (2022). Cuando dejamos para mañana lo que podemos hacer hoy. Tendencias de procrastinación en el alumnado de la Facultad de Educación de la Universidad de Alicante.

¿Cómo mejorar mi estudio?

Aprender algo nuevo es una de las cosas que cambia nuestras vidas, ya que nos motiva a ser curiosos y cambia el modo en que vemos el mundo. 

Estudiar es de gran importancia para crecer a nivel personal y profesional. Poder desarrollar nuevas habilidades, tomar decisiones y vencer miedos. Hay muchos beneficios al estudiar, pero ¿qué pasa si no tenemos deseo de hacerlo? Puede que en algún momento hayamos considerado haber tenido un mal profesor, dificultades en la escuela o que se tengan buenos recuerdos de esa etapa. Sin embargo, con buenas estrategias, los beneficios de estudiar son incontables.

Por ello, hablaremos de las diferentes técnicas de estudio. 

Las técnicas de estudio son el conjunto de estrategias, métodos o procedimientos que se ponen en práctica para ayudarnos a facilitar el proceso de estudio y memorización, adquirir aprendizajes y mejorar el rendimiento académico (Flores, 2014). 

Al mejorar el rendimiento escolar con normas, trucos o técnicas, se puede observar claramente una mejora en los resultados de aprendizaje. Por ejemplo, partiendo de nuestro horario, podemos organizar el resto del tiempo para poder mantener al día la preparación de los contenidos que vamos viendo. También es valioso reconocer nuestras propias necesidades, analizar en qué campos o temas tenemos más inconveniente, cuáles son las prioridades inmediatas (exámenes, y trabajos, presentaciones), y, a partir de ahí, elaborar un horario de “trabajo” diario.

Es importante señalar que no todas las técnicas funcionan igual para todos. Cada persona tiene un estilo de aprendizaje único, por lo que experimentar con diferentes enfoques y adaptarlos a las necesidades puede ser clave para encontrar las técnicas de estudio más efectivas para cada uno.

Para que las técnicas de estudio sean más eficientes, es importante el orden de la planificación para lograr adquirir el conocimiento de manera sistemática y lógica. Para poder elaborar un programa de técnicas de estudio, se deben tener en cuenta 3 aspectos importantes:

  • Las condiciones físicas y ambientales del alumno. 
  • La planificación y estructuración del tiempo disponible. 
  • El conocimiento e implementación de técnicas que favorecen el estudio. 

Por ello, aquí presentamos algunos recursos que permiten un aprendizaje proactivo (es decir, un aprendizaje continuo, teniendo iniciativa, buscando información de manera eficiente y crítica), lo que fortalece las habilidades:

  • Resumen: Es trasladar al lenguaje propio lo esencial del texto. Es más útil como técnica de recuerdo o preparación para un examen. Permite revisar la capacidad mental y cognitiva a través del contexto y permite el desarrollo en la escritura, la memoria y la capacidad para asociar palabras con sentido y que tengan relación en el tema, fortaleciendo el análisis y reuniendo distintos elementos que estaban dispersos con el fin de organizarlos.
  • Lluvia de ideas: Es un proceso creativo que se puede dar de manera individual o grupal, generando una gran cantidad de ideas de manera espontánea y sin filtros. El objetivo principal de una lluvia de ideas es generar una variedad de conceptos, soluciones o posibilidades relacionadas con un tema o problema específico, preservando la interacción y fomentando el intercambio de información y opiniones.
  • Subrayar: Te permite interpretar un texto clasificando la información o ideas más importantes, organizando las ideas principales para luego poder analizar y entender el texto o párrafo que se está leyendo, ser la más efectiva teniendo en cuenta los siguientes consejos: 
  1. No subrayar sin haber leído antes el texto entero, no rayar por rayar.
  2. Subrayar las ideas más importantes, lo que se subraya debe tener sentido por sí mismo de manera que se pueda elaborar un posible resumen. 
  • Cuadro comparativo: Tiene como finalidad organizar las ideas principales de un contexto, pero con 2 situaciones diferentes, permitiendo establecer semejanzas, diferencias y similitudes. 
  • Estudio de caso: Es un análisis completo y profundo que se utiliza para comprender detalladamente un evento o situación. Consiste en investigar a fondo un caso particular y analizar sus características, dinámicas y elementos clave para obtener una comprensión más completa Es un informe escrito, breve y conciso sobre una situación real y concreta, cercana a todos de una u otra forma, que despierta interés y provoca reflexión por estar redactado en forma de situación problema.

 

Y tú, ¿Reconoces cuál es la herramienta qué facilita tu aprendizaje?

 

Sara Gabriela Blanco Velasco

Practicante de psicología en ASCOFAPSI

 

Referencias

Flores, J. (2014). Las Bases Del Aprendizaje. Fundación Síndrome de Down de Cantabria.

Medina, M. & Sánchez, H. (2019). Técnicas de estudio en el proceso de enseñanza y aprendizaje (Bachelor’s thesis), Universidad de Guayaquil. Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación.

Quevedo, F. (s.f.). La importancia de aprender.

Estudio, pero el resultado no es el esperado

¿Te ha pasado que, por más métodos, tiempo o esfuerzo, estudias, pero no obtienes el resultado que esperas? 

En ocasiones, podemos identificar que estudiamos y ponemos todo nuestro empeño en ello, pero al querer obtener resultados, nos damos cuenta de que algo de lo que hacemos no está funcionando para que sea óptimo. Y esto puede darse por algunas de las posibles razones como lo menciona García en su artículo: 

  • Ambiente de estudio inadecuado: Un ambiente lleno de distracciones o incómodo puede dificultarte la concentración y el enfoque a las tareas de que debemos realizar, por ello si estudiamos en un lugar ruidoso o que te distraiga, es posible que no puedas concentrarte y que el rendimiento académico no sea el mejor. Por ejemplo, estudiar en la cama, en lugares con mucho ruido (autobuses, eventos ruidosos, cafeterías), cerca o en la cocina, entre otros. 

  • Falta de planificación: No tener un plan de estudio estructurado puede llevar a una distribución desigual del tiempo. Muchos estudiantes no han desarrollado habilidades sólidas de planificación y gestión del tiempo, lo que hará que sea difícil mantenerse al día con las tareas, así como dejar todo para el último momento y no disponer del tiempo suficiente para aprender. 

  • No tomar descansos: Estudiar sin pausas regulares puede disminuir la eficiencia cognitiva y la capacidad de retención, así como generar una sobrecarga de información y agotamiento. Por ejemplo, en la técnica pomodoro se hacen pausa de 5 minutos por cada 20 minutos de concentración, y al completar 2 horas se hacen pausas más extensas (20 a 30 minutos). 

  • Falta de autocuidado: La falta de sueño, una dieta deficiente o la falta de ejercicio pueden afectar negativamente tu capacidad de concentración y rendimiento. 

 

Estos y otros se consideran como malos hábitos de estudio, los cuales pueden surgir por varias razones, normalmente por la combinación de factores comportamentales, psicológicos y ambientales que dificultan la formación de un buen hábito.  

Para tener mejores resultados, es importante identificar la raíz de estos, lo que ayudará a trabajar en superarlos, por ello se debe empezar a planificar. Según Chalá y Sangoquiza (2021), existen ciertos procesos estratégicos que ayudan a mejorar el plan de estudio y obtener resultados óptimos. 

Aquí te dejamos algunas estrategias para mejorar tus hábitos de estudio: 

 

  1. Organización: Ordena adecuadamente el espacio de trabajo y ten a la mano los objetos que necesitas. Ten en cuenta las siguientes recomendaciones como una buena iluminación, una buena ventilación, temperatura agradable (se recomiendan sitios donde la temperatura esté entre los 20 y 25 grados), silencio, entre otros, que pueden influir de manera positiva. 
  2. Programación: Asigna un tiempo necesario para realizar cualquier actividad es un hábito que se debe adquirir mediante la repetición. Establecer horas fijas y cumpliendo con la programación asignada asegurará una distribución adecuada del tiempo y se aprovechara al máximo.  
  3. Motivación: Ten interés y disposición en realizar actividades de estudio, esto te permite avanzar en la búsqueda de objetivos planificados creando mayor deseo en estudiar para poder mejorar los resultados.  
  4. Autocontrol: Ten dominio de sí mismo, el poder controlarte y tener control del ambiente, permitiendo que no haya distracciones que puedan interrumpir tu trabajo.  
  5. Concentración: Es un proceso de adaptación, en el que la mente se prepara para un periodo de profundización acerca de un tema. Cuando más interesante es lo que deseas hacer o conocer, mejor será la concentración.  

 

Sara Gabriela Blanco Velasco 

Practicante de psicología en ASCOFAPSI 

 

Referencias 

Chalá, J., & Sangoquiza, R. (2021). Desarrollo de los hábitos de estudio de acuerdo a la teoría del aprendizaje significativo de David Ausubel y Joseph Novak (Bachelor’s thesis, Quito: UCE). 

García, Z. (2019). Hábitos de estudio y rendimiento académico. Boletín Redipe, 8(10), 75-88.

¿Conozco mis habilidades de afrontamiento?

Diariamente nos vemos expuestos a exigencias y demandas, las cuales enfrentamos de manera inesperada. En el transcurso de nuestras vidas, nos encontramos en situaciones que generan estrés, incertidumbre y emociones intensas. Para comprender las habilidades de afrontamiento, exploraremos qué son exactamente estas habilidades y cómo pueden ayudarnos. Descubriremos cómo aplicarlas en situaciones cotidianas, ya sea para enfrentar un día agitado en el trabajo, resolver conflictos personales o lidiar con la presión, entre otros.

Pero ¿Qué son las habilidades de afrontamiento? 

En el artículo de Hewitt y sus colaboradores (2023), toman la definición que dan Lazarus y Folkman acerca de las habilidades de afrontamiento, las cuales se pueden definir como la capacidad cognitiva y conductual para dar respuesta a situaciones adversas, que son cambiantes y que permiten afrontar a las demandas internas o externas del individuo. También están relacionadas con los recursos psicológicos que un individuo emplea frente a situaciones estresantes con el fin de disminuir los conflictos, proporcionando beneficios personales y, al mismo tiempo, garantizando su fortalecimiento.

Las habilidades se dividen en estilos y estrategias, siendo los estilos aquellas tendencias personales para solucionar los problemas, mientras que las estrategias son los procesos específicos utilizados en cada contexto, dependiendo de las condiciones que lo desencadenan.

Ahora bien, Del Rio menciona que los estilos se dividen en 3 tipos:

 

  • En el afrontamiento activo o centrado en el problema: Se emplean acciones directas que van dirigidas a alterar la situación problemática y minimizar las consecuencias. Las estrategias concretas pueden ser: buscar información sobre el problema, evaluar cuál opción puede ser la más efectiva para su solución, planificar estrategias de acción, llevar a cabo pasos que conducen a la solución y buscar apoyo, ayuda o consejos de cercanos.
  • El afrontamiento pasivo o centrado en la emoción: Pretende regular las consecuencias emocionales del problema. Las estrategias utilizadas en este estilo de afrontamiento son buscar apoyo emocional en amigos y familiares (empatía, comprensión), desahogarse, aceptación del problema, etc.
  • El afrontamiento de evitación: Es un estilo de afrontamiento desadaptativo. Se refiere a evitar el problema no pensando en él o a esperar que el problema se resuelva por sí mismo, se suele atribuir el error a otra persona o buscamos distraernos con otras actividades para evitar pensar en él. Las estrategias de este tipo de afrontamiento más comunes son la negación (no ha sucedido nada), evitar actividades que recuerden el problema, poner excusas, el consumo de sustancias y en ocasiones utilizar el humor para intentar quitarle importancia a la situación

 

En cuanto a las estrategias, Solís y Vidal (2006) mencionan que existen 18 de ellas: 

  1. Concéntrate en resolver el problema: Es una estrategia dirigida a resolver el problema estudiando sistemáticamente y analizando las diferentes opciones que tienes.
  2. Esfuérzate y ten éxito: Comprende las conductas que manifiestan la ambición, el compromiso y la dedicación.
  3. Invierte en amigos íntimos: Es el esfuerzo para que te comprometas en alguna relación personal e implica la búsqueda de tus relaciones íntimas. 
  4. Busca pertenencia: Se refiere a la preocupación e interés por las relaciones con los demás y por lo que otros piensan.
  5. Fíjate en lo positivo: Indica una visión optimista y positiva ante la situación.
  6. Busca diversiones relajantes: Se caracteriza por la búsqueda de actividades de ocio. 
  7. Ten distracciones físicas: La dedicación al deporte, al esfuerzo físico y a mantenerse en forma.
  8. Busca apoyo social: Comparte el problema con otros y busca apoyo en su resolución.
  9. Busca apoyo profesional: Habla acerca del problema con personas que puedan tener más experiencia.
  10. Acción social: Deja que otros conozcan el problema y trata de conseguir ayuda por medio de peticiones, reuniones o grupos.
  11. Busca apoyo espiritual: Refleja una tendencia a rezar, emplear la oración y creer en la ayuda de un líder espiritual.
  12. Preocuparse: Se caracteriza por elementos que indican temor por el futuro.
  13. Hacerse ilusiones: Se basa en la esperanza y la expectativa de que todo saldrá bien.
  14. Falta de afrontamiento: Refleja la incapacidad para enfrentar el problema.
  15. Ignorar el problema: Muestra un esfuerzo consciente por negar el problema o desatender.
  16. Auto inculparse: Incluye conductas que indican que te ves como responsable de los problemas o preocupaciones que tienes. 
  17. Reducción de la tensión: Refleja un intento por sentirse mejor bajo el uso o consumo de sustancias.
  18. Reservarlo para ti: Huye de los demás y no deseas que no conozcan tus problemas. 

 

Todas las estrategias de afrontamiento, siempre que no sean perjudiciales para nuestra salud, pueden tener utilidad y función dentro de los diferentes momentos por los que pasamos en el proceso de adaptación a un estresor. Además, no todas nos son igualmente útiles. 

Cada uno de nosotros tendrá que descubrir cuáles son las estrategias que más ayudan en cada situación. Y cuanto mayor sea el repertorio de estrategias que conozcamos y podamos poner en marcha, mayor probabilidad tendremos de afrontar las dificultades con éxito.

Y tú, ¿Reconoces qué sueles hacer frente a los problemas? 

 

Sara Gabriela Blanco Velasco

Practicante de psicología en ASCOFAPSI

 

Referencias 

Del Rio, M. (s.f.). ¿Cómo hacer frente a los problemas? Estilos y Estrategias de afrontamiento al estrés.

Hewitt-Ramírez, N., Rueda, C., Vega, Á., Alarcón, M., Velandia, S., & Villamil, R. (2023). Regulación emocional y habilidades de afrontamiento en profesores colombianos de Educación Básica Primaria. Revista Guillermo de Ockham, 21(1), 45-63.

Sánchez, A., Osornio, L., & Ríos, M. (2019). Habilidades sociales básicas y su relación con la ansiedad y las estrategias de afrontamiento en estudiantes de medicina. Revista Electrónica de Psicología Iztacala, 22(2).

Solís Manrique, C., & Vidal, A. (2006). Estilos y estrategias de afrontamiento en adolescentes. Revista de Psiquiatría y Salud Mental Hermilio Valdizan, VII(1), 33-39

¿Cómo sé si tengo estrés académico?

Durante la vida universitaria, los estudiantes deben realizar esfuerzos para adaptarse a nuevas  demandas, normas, responsabilidades académicas y, particularmente a un ambiente con mayor competitividad, lo que repercute a nivel físico, emocional y psicológico.

Silva, López y Meza (2020), brindan una definición de lo que es el estrés académico, el cual puede definirse como “un estado que se produce cuando un estudiante percibe de manera negativa las demandas del entorno, resultando angustiantes aquellas situaciones que debe enfrentar durante su proceso formativo y que pueden llevarlo a perder el control para afrontarlas”. En ocasiones, se manifiestan en algunos síntomas físicos, como cansancio, dolor de cabeza, insomnio o problemas digestivos. También se expresa a nivel psicológico, teniendo impacto sobre el interés profesional, problemas de memoria, ausentismo, bajo rendimiento, desconcentración e incluso deserción académica. 

Hoy en día, el estrés es una realidad con la que muchos estudiantes se enfrentan durante su trayectoria educativa. Las demandas de un entorno escolar competitivo, la presión por obtener buenas calificaciones y el equilibrio entre los estudios y la vida personal pueden dar lugar a niveles significativos de estrés. Se ha convertido en una experiencia común en la vida estudiantil, pero no debe ser ignorado o subestimado.

Algunas causas del estrés académico pueden ser: 

  • Carga de trabajo excesiva: La acumulación de tareas, proyectos y exámenes puede ser abrumadora y llevar a sentirse presionado por el tiempo.
  • Expectativas elevadas: Las altas expectativas personales y las impuestas por los padres, profesores o la sociedad pueden generar miedo al fracaso.
  • Competencia constante: La comparación con otros estudiantes y la búsqueda constante de estar a la altura pueden aumentar la ansiedad.
  • Falta de recursos: La falta de acceso a recursos educativos adecuados y apoyo académico puede aumentar la dificultad de las tareas.
  • Falta de equilibrio: La dificultad para equilibrar los estudios con actividades extracurriculares y la vida social puede generar agotamiento.

 

Estas causas pueden tener un impacto en la salud mental, desencadenando ansiedad y depresión, así como agotamiento físico y emocional. De igual forma, puede afectar negativamente la concentración, la memoria y la capacidad de aprendizaje y a nivel social, puede llevar al aislamiento de sus redes de apoyo.

Para enfrentar este problema, Escobar, Soria, López y Peñafiel (2018) nos mencionan algunas estrategias para manejar de manera más adecuada el estrés académico:

 

  • Establecer metas realistas: No intentar hacer demasiado en poco tiempo. Establecer metas pequeñas y alcanzables que pueden lograrse, apoyándose en una planificación efectiva con un calendario de estudio para distribuir la carga de una manera equitativa.
  • Dividir las tareas grandes en tareas más pequeñas, esto hará que las tareas parezcan menos abrumadoras.
  • Establecer horarios de estudio y apegarse a ellos: Ayudará a mantener la concentración y evitar la procrastinación.
  • Tomar descansos regulares: Levantarse y moverse cada 20-30 minutos, ayuda a evitar el cansancio y se pueden incluir actividades de relajación en la rutina.
  • Dormir lo suficiente, el sueño ayuda a recargar baterías y a manejar el estrés.
  • Comunicación abierta: En ocasiones, hablar con profesores, consejeros escolares o familiares sobre las preocupaciones puede brindar apoyo y posibles soluciones.
  • Uso de técnicas de manejo del estrés: Practicar la meditación, la respiración profunda y el mindfulness puede ayudar a reducir la ansiedad.
  • Buscar apoyo social: Mantener conexiones con amigos y familiares puede ser un factor clave para mitigar el estrés.
  • Buscar ayuda profesional: Si el estrés académico se vuelve abrumador, se puede considerar la posibilidad de hablar con un terapeuta o consejero especializado.

 

Al adoptar un enfoque equilibrado hacia los estudios y el autocuidado, los estudiantes pueden enfrentar los desafíos académicos con mayor confianza y resiliencia, manejándolo de manera saludable, ya que se cuenta con recursos disponibles para ayudar a superarlo. 

 

Sara Gabriela Blanco Velasco

Practicante de psicología en ASCOFAPSI

 

Referencias

Escobar, E., Soria, B., López, G., & Peñafiel, D. (2018). Manejo del estrés académico; revisión crítica. Atlante Cuadernos de Educación y Desarrollo, (agosto).

Silva, M., López, J., & Meza, M. (2020). Estrés académico en estudiantes universitarios. Investigación y Ciencia, 28(79), 75-83.

¿Estoy conectado emocionalmente?

Antes de empezar, responde las siguientes preguntas:

  1. ¿Qué cosas te hacen reír?
  2. ¿Cuándo fue la última vez que te sentiste avergonzado o avergonzada? (¿Qué ocurrió? ¿Cómo manejaste la situación?)
  3. ¿Qué actividades te entusiasman?
  4. ¿Qué cosas te hacen enojar?
  5. ¿Cuán cómodo o cómoda te sientes al pedir ayuda a otras personas?

¿Fue sencillo responder? Te lo preguntamos porque hay personas a las que se les dificulta reconocer sus emociones y presentan una desconexión emocional, lo que puede ser la base de dificultades como: represión, negación, bloqueo o desconocimiento emocional. Esta desconexión funciona como un mecanismo de defensa que provoca dificultades para conectarse emocionalmente con uno mismo y con los demás.

Hay algunas señales que pueden alertarnos frente a esta desconexión: 

  • Presentar comportamientos de desapego y falta de empatía hacia los demás y hacia uno mismo.

  • Sentirse emocionalmente adormecido y/o confuso.

  • Tendencia a mostrar una gran racionalidad ante situaciones con carga emocional, infravalorando las emociones, tanto las propias como las de los demás.

  • Presentar dificultades para establecer relaciones profundas. 

  • Dificultad para identificar y nombrar lo que se está sintiendo. 

Esto se presenta porque vivimos en una sociedad que considera a las emociones como un factor irracional, y eso lleva a muchas personas a despreciar el ámbito afectivo, y con ello distanciándose  de la meta de mejorar como personas. Lo cierto es que las emociones forman parte del ser humano y tienen una función adaptativa importante, por lo que hay que aprender a reconocerlas, aceptarlas y gestionarlas. 

¿Qué son las emociones?

Benavides y Flores (2019) mencionan en su estudio que, las emociones son reacciones naturales que alertan a la persona ante determinadas situaciones que implican peligro, amenaza, frustración, etc. Estas emociones conllevan una serie de reacciones fisiológicas (como el aumento del ritmo cardiaco o respiratorio y tensión muscular) y representan modos de adaptación del individuo cuando percibe un objeto, persona, lugar, suceso o recuerdo relevante. Según Leperski (2017) existen seis emociones básicas:

  • Alegría: hace que repitamos conductas que nos han hecho sentir algo placentero.
  • Miedo: nos protege ante peligros físicos o psíquicos. 
  • Ira: destruimos obstáculos para conseguir nuestros objetivos.
  • Sorpresa: buscamos soluciones nuevas en situaciones diferentes.
  • Tristeza: integramos un daño en nuestra historia personal sin llegar a hacer daño.
  • Aversión: rechazo hacia aquello que es perjudicial para uno mismo.

Lo emocional existe para avisar lo que ocurre a nuestro alrededor de una manera rápida e intuitiva, sin necesidad de que nos detengamos a pensar sobre ello de manera activa y deliberada.

Para iniciar un trabajo activo de reconocimiento emocional, que permita la adaptación a las actividades del día a día, necesitarás aprender sobre gestión emocional.

¿Qué es la gestión emocional?

Bisquerra y Pérez (2007) la definen como el conjunto de procesos psicológicos que hacen que las personas logren identificar las propias emociones, sin ánimo de controlarlas sino de reconocerlas y saber ajustarlas para mantener una estabilidad mental. Dicha capacidad nos ayuda a manejar las emociones de forma apropiada. Para ello, los propios sentimientos y emociones a menudo deben ser regulados, esto incluye: la regulación de la impulsividad (ira, violencia, comportamientos de riesgo); tolerancia a la frustración para prevenir estados emocionales negativos (ira, estrés, ansiedad, depresión) y perseverar en el logro de los objetivos a pesar de las dificultades.

¿Cómo manejo las emociones?

Daniel Goleman (2018), propone que la inteligencia emocional es un proceso psicológico que te ayudará en el proceso de saber distinguir y manejar las emociones en todo momento y contexto. Las investigaciones han confirmado que la inteligencia emocional ayuda a:

  • Mejorar el conocimiento de uno mismo y de sus emociones.
  • Tomar mejores decisiones. 
  • Mejorar el rendimiento en el trabajo y la productividad. 
  • Reduce y protege contra el estrés, la ansiedad y la depresión. 
  • Favorecer las relaciones interpersonales y la empatía. 
  • Mejorar el desarrollo personal. 
  • Favorecer el bienestar psicológico. 
  • Aumentar la motivación y ayuda a alcanzar las metas. 

¿Cómo logramos esto? 

A continuación, te proponemos algunas estrategias para que puedas empezar a mejorar en este campo.

  1. Escribe un diario de emociones y toma conciencia de éstas. El autoconocimiento emocional es fundamental para la gestión emocional, es por esto que te recomendamos tomar un tiempo para escribir en la mañana cómo te sientes, qué tantos compromisos tienes que cumplir en tu jornada y cómo te vas a organizar y en la noche realizar una revisión de lo qué ocurrió en tu día y escribir algunas anotaciones de cómo mejorar o retroalimentar tu proceso. Esto te ayudará a identificar qué sientes y cómo te afectan las emociones, para aprender a regularlas.

  2. Acéptate tal y como eres desprendiéndote de los complejos. Puede que en ese descubrimiento personal queden revelados aspectos de tu vida que no te gustan o que te cuesta ver como positivos. Identifica cuales son aquellas características de tu cuerpo o tu comportamiento que te hacen sentir inseguro, puedes hacer un listado para tenerlas presentes e identifica cuales puedes mejorar y cuales debes aprender a aceptar (por ejemplo, tengo grasa acumulada en mi vientre, si este es un motivo de complejos podrás empezar a ejecutar acciones como actividad física y mejora en la dieta para que puedas cambiar esta condición)

  3. Focalízate: No le des protagonismo a los pensamientos negativos: Las emociones no tienen valor negativo o positivo, pero hay algunas que causan un gran malestar, por lo que tendemos a evitarlas. La solución no es mirar para otro lado, si ya has hecho un trabajo de detección de las emociones que sientes, analízalas y déjalas pasar. Para gestionar y regular las emociones debemos tener una actitud resolutiva, sin juzgarnos de manera injusta con tal de usar la culpa como excusa para no atrevernos a avanzar, etc.

  4. Retírate a tiempo: Las emociones suelen ocurrir porque un estímulo externo las dispara. A veces, la mejor alternativa es no permanecer en la zona de conflicto y tomar la decisión de retirarse a tiempo. Por ejemplo, si alguien te está provocando, indícale a la persona que la situación te está desbordando, debes retirarte y regularte  para continuar comunicándote adecuadamente. Retirarte, es una decisión emocionalmente inteligente. 

  5. Aprende a aceptar las críticas: El bienestar emocional nace dentro de uno mismo, de la propia interpretación del mundo. Aprender a encajar las críticas y trabajar en ellas es necesario para ser una persona emocionalmente equilibrada.

  6. Libera la tensión con actividad física: Es una de las alternativas más saludables no solamente a nivel físico, sino también psicológico. El ejercicio físico te ayuda a reducir el estrés y aumentar tu autoestima.

  7. Practica la escucha activa: Si quieres entender mejor las emociones de los demás puedes practicar la escucha activa. Para ello: evita interrumpir, escucha a tu interlocutor sin emitir juicio; intenta parafrasear y resumir para dar cuenta que prestas atención y para evaluar si lo que entendemos, es lo que la otra persona está intentando comunicar; muestra un comportamiento no verbal positivo (evita cruzar las piernas o los brazos) y haz preguntas específicas y abiertas. 

  8. Asiste a terapia: Una de las mejores maneras de convertirte en una persona emocionalmente inteligente es a través de la formación y el autorreconocimiento, las pautas anteriores son indicaciones básicas, sin embargo, si consideras que requieres un seguimiento profundo sobre el manejo emocional, te invitamos a contactar a un profesional para iniciar un proceso terapéutico. 

Al emprender el camino de autoconocimiento para desarrollar la inteligencia emocional necesitamos trabajar arduamente, identificando nuestras emociones, aceptándolas y desarrollando la atención y conciencia emocional. Aunque es arduo el proceso, este camino te enseñará a reconocer tus emociones y saber decidir y actuar mejor. 

¿Cuéntanos qué estrategia te pareció más adecuada para iniciar tu proceso de cambio?

 

Referencias

Benavidez, V., y Flores, R. (2019). La importancia de las emociones para la

neurodidáctica. Wimb lu, 14(1), 25-53.

Bisquerra, R., y Pérez, N. (2007). Las competencias emocionales. Educación XXI, 61-

82

Goleman, D. (2018). Inteligencia emocional en la empresa (Imprescindibles). Conecta.

 

Leperski, K. G. (2017). El paradigma de las emociones básicas y su investigación. Hacia la 

construcción de una crítica. In Acta Académica IX Congreso Internacional de investigación de Psicología, Universidad de Argentina, Facultad de Psicología, Argentina. Recuperado el (Vol. 9, pp. 000-067).

 

Enith Daniela Villota Guevara

Con un emoji te comunico lo que siento

En la actualidad la sociedad se divide entre los que llaman por teléfono y los que prefieren enviar un WhatsApp o un correo. Según un informe realizado por la Universidad Oberta de Cataluña (2021) en la actualidad, no solo los jóvenes prefieren comunicarse por medio de chats de texto o notas de voz cortas por la reticencia a las llamadas telefónicas la generación conocida como millennials (nacidos entre 1981 y 1996, con edades entre los 42 y 27 años) han sido calificados como “la generación muda”

¿Por qué estas generaciones rechazan hablar por teléfono?

Frente a esta elección se plantean varias razones para justificarla, por ejemplo, las conversaciones de voz no permiten borrar o recoger lo dicho, como sucede en mensajes de chat efímeros que se autodestruyen, las llamadas pueden resultar una “intromisión” debido a que “interrumpen” la cotidianidad del otro, mientras que, las comunicaciones asincrónicas (como un chat) permiten la libertad de responder con calma cuando la persona disponga de tiempo. Además, una llamada de voz puede significar también “confrontación”, es decir, que quien llama requiere debatir un tema, favor, invitación o requerimiento específico, del que muchas veces se prefiere huir, motivo por el cual surge inseguridad, falta de confianza y deterioro en las habilidades comunicativas, ante la conversación que exige una llamada de voz, que termina generando en los más jóvenes episodios de ansiedad y a largo plazo un mayor miedo hacer frente a esa necesidad.

Para Ferran Lalueza (2021), el hecho de que tanto adultos como jóvenes prefieran el texto escrito a la llamada telefónica tiene que ver con la practicidad, debido a que, la comunicación asincrónica (aquella que se establece entre personas de manera diferida en el tiempo) permite comunicarse en el momento que resulte más oportuno, además de reescribir tantas veces como se requiera el mensaje, dejando de lado la inmediatez de la llamada telefónica. Sin embargo, la pérdida del interés por las llamadas telefónicas como recurso para comunicarse puede hacer perder espontaneidad, autenticidad, naturalidad, sinceridad y franqueza. 

Alternativas de comunicación 

La población en general cuenta con gran diversidad de medios, soportes y herramientas (redes sociales, email, herramientas ofimáticas que permiten la interacción en línea, etc.) dirigidos hacia el fin de optimizar los procesos de comunicación a larga o corta distancia. Cabe aclarar que, la necesidad de comunicarse con amigos, compañeros y demás referentes es la misma que ha tenido la humanidad en su historia, pero los modelos y tecnologías son diferentes. Para entenderlo, es necesario recordar que las actividades diarias tanto de adultos como de jóvenes está atravesada por las tecnologías y las pantallas y esto es fundamental para comprender sus vínculos y la forma de comunicarse. Puesto que, no es que se comuniquen menos, sino que lo hacen con diferentes medios. 

Respecto a lo mencionado, hoy te invitamos a conocer una de las estrategias usadas actualmente para comunicar digitalmente las emociones y dar sentido a los mensajes, esta es el uso de emojis.  

¿Qué son los emojis?

Los emojis son un fenómeno cultural que surge en Japón como respuesta a la carencia de transmisión emocional en la comunicación digital. De allí que ahora el uso de emojis en la comunicación de entornos de mensajería instantánea sea habitual y popular, pues estos permiten expresar ideas, estados de ánimo y sentimientos. Además, estos se aplican para complementar la conversación haciendo sentir al receptor en confianza pues: 

  • Refuerzan la comunicación: Un mensaje preciso y conciso se lee con facilidad, pero con el uso de un sticker, emoji o gif puedes darle una intensión característica. 
  • Transmiten emociones y cercanía: Los emojis son la forma más práctica de transmitir un mensaje emocional sin la necesidad de emitir palabras. Por eso dan esa sensación de confianza en el receptor. De acuerdo con Soares y colaboradores (2021) cuando miramos un emoji con cara sonriente en línea, se activan las mismas partes del cerebro que cuando observamos un rostro humano realizando este mismo gesto. 

Puesto que, los emojis transmiten emociones y sensaciones, es importante entenderlos, definir cuáles pueden resultar útiles y utilizarlos adecuadamente para delimitar la intención y enviar el mensaje que deseas. Para ello, te damos la información básica para que puedas hacerlo adecuadamente:

  • Analiza el significado de cada emoji: Encuentra una intención, para que tu mensaje no sea distorsionado. 
  • Sé siempre claro en tu comunicación: La función de los emojis es transmitir una emoción y reforzar un mensaje, no es reemplazar palabras, ¡eso puede ser ambiguo y confuso. 
  • Define la lista de emojis que vas a usar: esto te ayudará a darles cierta identidad y a delimitar qué símbolos pueden reforzar tus mensajes. Luego, piensa cuáles van a ser utilizados, qué significado tienen, y en qué forma pueden ser incluidos en tus comentarios.

Cabe mencionar que, aunque la comunicación asincrónica es un camino alternativo para expresarnos y que los emojis han logrado acercar gráficamente nuestras emociones, somos seres que hacen parte de un contexto que exige algunas habilidades básicas de socialización y para ello te invitamos a trabajar y fortalecer tus habilidades comunicativas las cuales te permiten transmitir un determinado asunto con exactitud, eficacia y mostrando un nivel de competencia y destreza óptimo: 

Todas estas habilidades se pueden entrenar, por ello te compartimos algunas estrategias para mejorar tu comunicación tanto en entornos asincrónicos, como sincrónicos, digitales y presenciales:


    1. Escucha activamente:

      libera tu mente de pensamientos ajenos a lo que te está diciendo el interlocutor. Una vez termina la otra persona de hablar o escribir, puedes pensar brevemente la respuesta en función del mensaje.

    2. Sé empático: ten presente que, tras cualquier cosa que escuches o leas, hay razones personales, profesionales o de cualquier otro tipo que están presentes en la intención que transmite el emisor del mensaje. Por tal motivo, concéntrate en lo que la otra persona dice, analiza por qué la persona se siente de esa manera, para dar respuesta acorde a ello. 

    3. Sé consciente de tu comunicación verbal y no verbal:

      el trabajo en estas áreas debe ser continuo. Puedes practicar grabándote, y viendo los errores que cometes (hablar rápido, dudar, cruzar los brazos, etcétera), para así poder identificarlos y corregirlos. En entornos virtuales, puedes leer el mensaje antes de enviarlo, para verificar si lleva la intención que quieres transmitir. 


    4. Sé directo:

      ten presente el mensaje que quieres transmitir sin irte por las ramas y tratando de mantener el foco en el tema que se está desarrollando. 

    5. Sé asertivo:  comunica y defiende tus propios derechos e ideas de manera adecuada y respetando las de los demás. Para ello puedes implementar un orden en tus conversaciones: escucha, respeta el turno de palabra, sé abierto, genera confianza y cuando te toque el turno de intervenir, utiliza un lenguaje rico, claro y adecuado en la conversación.

    6. Sé tolerante:

      escucha atentamente a pesar de que tu postura sea diferente a la de tu interlocutor. Sin apertura no habrá entendimiento. Ten confianza de tus creencias y argumentos (sin excesos) y plantéalos de manera respetuosa, abriendo espacios para el debate que podrán alimentar la postura de las dos partes y mediar las diferencias.

  • Sé paciente: No parece una habilidad comunicativa, pero apoya a todas las habilidades relacionadas con la comunicación. Sin paciencia, no hay escucha activa, no hay capacidad de negociación y nuestra comunicación se deteriora. Por tal razón debemos cultivarla, para ello: espera un poco antes de hablar (organiza tus pensamientos e ideas para comunicar con claridad lo que quieres expresar); respira (focaliza tu atención en la respiración e intenta recobrar y mantener la calma); delimita la importancia que tiene lo que se está diciendo tu interlocutor para no entrar a confrontaciones innecesarias. Se compasivo con el otro, identifica la intención de lo que comunica e intenta entender su punto de vista. 

Y tú… ¿Con cuál estrategia iniciarás el fortalecimiento de tus habilidades comunicativas?

Referencias

Lalueza, F. (2021). La generación muda: ¿por qué los ‘millennials’ no cogen el teléfono? Universidad Oberta de Cataluña. Recuperado de: https://www.uoc.edu/portal/es/news/actualitat/2021/259-generacion-muda-millennials-evitan-llamar.html

Soares, A., Costa, M., & Oliveira, H. (2021). How deep is your emotion? Emojis facial expressions on the emotional processing of text messages. In 2021 16th Iberian Conference on Information Systems and Technologies (CISTI) (pp. 1-7). IEEE.

 

Enith Daniela Villota Guevara