Con amor te enseño. Impacto de las prácticas parentales en el bienestar infantil

En la sociedad actual, padres y cuidadores enfrentan cada vez más retos al criar a sus personas a cargo. La vida moderna conlleva una dinámica acelerada, en la que bajo las extenuantes y largas jornadas de trabajo el tiempo se ha vuelto un recurso escaso, afectando la interacción familiar. Sin embargo, pese a las restricciones y limitaciones que el contexto impone, es esencial asegurar que los momentos disponibles sirvan para reafirmar los lazos vinculares de manera significativa y enriquecedora, permitiendo el desarrollo emocional y psicológico de todos los miembros de la familia.

No es solo cuestión de tiempo, también es necesario que las prácticas de crianza se encuentren basadas en el respeto, amor y cariño puesto que estas promueven relaciones seguras y afectuosas. En el artículo Crianza Respetuosa: psicología clínica infantil en la protección de la salud mental de la niñez, se indica que el bienestar psicológico de los niños y adolescentes, depende en buena medida de los adultos referentes a cargo del cuidado. Es por ello que se insta a que la base de cualquier estilo de crianza, sea fundada bajo el respeto y afecto como modo de promover el bienestar psicológico de los niños y adolescentes y disfrutar de mejor manera los roles de sus cuidados y educación.

Por otro lado, en relación con los cuidadores, la indagación científica ha mostrado que los principales retos para ellos son: lograr organizar la vida en casa con horarios y rutinas, proveer a los niños de actividades atractivas y potenciadoras del desarrollo psicológico, lidiar con conductas caracterizadas por actitudes desafiantes, rebeldes y voluntariosas, manejar la actividad de estudio y lograr simultanear con efectividad los cuidados de los hijos y las labores domésticas. Además, un problema común de la mayoría de cuidadores, es no ver a la niñez como sujetos de derechos, sino como personas en una etapa en la que deben recibir cuidados proteccionistas, sin otorgarles participación activa en los procesos de desarrollo. Ante esto, se sugiere adoptar un enfoque basado en prácticas de cuidado respetuosas, lo cual implica enseñar con amor y respeto mutuo, teniendo en cuenta la empatía y la comunicación abierta. 

Para lograrlo, hemos enlistado una serie de pautas que pueden servir como guía inicial en este proceso de mejora:

  • Fomentar la conexión emocional: Establecer una conexión emocional sólida a través de la atención y la disponibilidad. Buscar escuchar activamente los sentimientos, necesidades y preocupaciones, y mostrarle a la persona comprensión y apoyo.
  • Practicar una comunicación respetuosa: Habla con los miembros del hogar de manera respetuosa. Evita el lenguaje ofensivo o despectivo y muestra interés genuino en las diferentes ideas y opiniones. Escucha atentamente y respeta los turnos establecidos para hablar.
  • Establecer límites claros pero flexibles: Considera las diferentes necesidades individuales. Explica las razones detrás de los límites de manera comprensible para la edad de cada integrante y brinda opciones cuando sea posible.
  • Practicar la crianza democrática: Involucra al infante o adolescente en la toma de decisiones y la resolución de problemas familiares. Fomenta la participación activa y la colaboración, teniendo en cuenta las opiniones y preferencias de este miembro dentro de los límites razonables.
  • Valorar y respetar las emociones: Valida las emociones del niño o adolescente. Ayúdale a identificar y expresar lo que siente de manera saludable. Enseña estrategias de autorregulación emocional y brinda apoyo y consuelo cuando sea necesario.
  • Promover la autonomía y la responsabilidad: Da oportunidades al niño o adolescente para tomar decisiones y asumir responsabilidades acordes a su edad y capacidad. Fomenta su autonomía gradualmente, brindando apoyo y orientación cuando sea necesario.
  • Invierte tiempo de Calidad sin Pantallas: Dedica tiempo de calidad a compartir actividades significativas, como leer, jugar, cocinar juntos o simplemente conversar. Evita distracciones tecnológicas durante estos momentos.

Practicar el cuidado propio: Es imperioso cuidar de sí mismo/a para poder brindar un cuidado amoroso y respetuoso a aquellos que están bajo tu responsabilidad. Prioriza tu bienestar físico, emocional y mental, y busca apoyo cuando sea necesario.

Al aceptar el desafío de encontrar tiempo para el amor, la conexión y el apoyo incondicional hacia nuestro núcleo familiar, estamos forjando un ambiente de amor y respeto, sembrando la semilla para futuras generaciones emocionalmente fuertes y felices.
Recuerda mantener una actitud abierta y receptiva, aprende de tus propios errores y busca recursos y apoyo cuando sea necesario. ¡Empieza hoy, con la aplicación de alguna de las pautas expuestas!
Referencias
Cabrera, R., Quintana, D., Morey, A., & Ojeda, G. (2022). Crianza Respetuosa: psicología clínica infantil en la protección de la salud mental de la niñez. Revista del Hospital Psiquiátrico de La Habana, 19(2), 206.
Enith Daniela Villota Guevara