Categoría: Psicología Para Todos

¿A qué jugamos hoy? Beneficios del juego en el desarrollo infantil

¿Sabías que, el juego es una poderosa herramienta para el desarrollo infantil? Enseñar jugando no solo es divertido, sino que también es esencial para la maduración cognitiva, emocional y social de los niños y niñas. En el estudio Fomento del desarrollo infantil mediante el juego en entornos naturales apropiados, los investigadores señalan que, el juego no es solo un pasatiempo, sino una valiosa forma de aprendizaje que los padres y cuidadores deben fomentar en el proceso de crianza.

El juego simbólico, es un tipo de actividad lúdica en la que se simulan situaciones, objetos y personajes que no están presentes en el momento del juego. Este juego de ficción es considerado como uno de los más representativos de la infancia y cuenta con la ventaja de reunir diferentes beneficios para el desarrollo infantil entre los cuales se encuentra:
– Comprender y asimilar el entorno circundante.
– Desarrollar el lenguaje, ya que los niños verbalizan continuamente mientras van jugando, tanto si están solos como sí están acompañados
– Aprender a través de la diversión, facilitando la comprensión y retención de información.
– Generar estimulación cognitiva, puesto que mientras juegan, los niños resuelven problemas, desarrollan habilidades matemáticas, mejoran la memoria y potencian la creatividad.
– Construcción de relaciones sociales: el juego en grupo fomenta la colaboración, la empatía y la resolución de conflictos, habilidades fundamentales para la vida en sociedad.
– Desarrollar habilidades motoras, mejorando la coordinación motora y la fuerza física.

¿Cómo fomentar el juego en la rutina diaria?

Debido a que hoy en día los padres se encuentran sobrecargados de trabajo para sostener el cuidado del hogar, la posibilidad de disponer tiempo de juego entre padres y niños es limitada, sobre todo por la creencia de que hay necesidad de períodos específicos y exclusivos del día, además de juguetes costosos y tecnológicos para tales actividades. Sin embargo, en el artículo El juego en la rutina doméstica para la promoción del desarrollo infantil, se menciona que el juego entre los padres o cuidadores y el niño no requiere mucho tiempo y puede ocurrir durante las actividades de la rutina diaria, como cocinar, limpiar, alimentar y bañar, utilizando materiales domésticos y objetos que se encuentran comúnmente en casa.

Recuerda que como adulto conoces al niño (sus características, necesidades y desarrollo educativo) y esto te permite fomentar el juego para utilizarlo como metodología de aprendizaje. La función que cumples en el juego es la de utilizar estrategias variadas y originales para promover una actividad creativa e intervenir en los diferentes momentos en que el niño o niña requiera ayuda. Hoy te proporcionamos algunas indicaciones para hacerlo:
– Proporciona un entorno seguro y adecuado: Elimina cualquier objeto o elemento que pueda representar un peligro y asegúrate de que haya suficiente espacio para que el niño se mueva libremente.
– Permítele explorar y descubrir: El juego es una oportunidad para que el niño explore y descubra el mundo que lo rodea. Permítele investigar y experimentar por sí mismo, en lugar de proporcionarle todas las respuestas. Esto fomenta su curiosidad y capacidad de resolución de problemas.

– Sé un observador atento: Esto te permite identificar sus intereses, habilidades y necesidades y con ello podrás adaptar las actividades de juego a sus características individuales y proporcionarle el apoyo adecuado cuando sea necesario.

– Sé flexible y abierto a su iniciativa: Permítele al niño tomar decisiones y liderar el juego. Fomenta su creatividad y permita que sus ideas y preferencias guíen la actividad. Esto promueve su autonomía y confianza en sí mismo.

– Aprovecha el juego para enseñar conceptos y habilidades: El juego puede ser una oportunidad para enseñar conceptos y habilidades importantes. Aprovecha momentos de juego para introducir nuevos vocabularios, enseñar habilidades matemáticas básicas, promover la comunicación o desarrollar habilidades sociales, por ejemplo.

– Sé un compañero de juego activo: Participa activamente en el juego del niño. Sé su compañero de juego, demuestra interés genuino y brinda apoyo cuando sea necesario. Esto fortalece el vínculo entre tú y el niño y fomenta su confianza y sentido de pertenencia.

– Promueve la comunicación y la expresión emocional: Fomenta la comunicación verbal y no verbal durante el juego. Anima al niño a expresar sus pensamientos, emociones y necesidades. Esto ayuda a desarrollar sus habilidades de comunicación y a gestionar sus emociones.

El juego es una puerta mágica hacia el aprendizaje y el desarrollo integral de los niños. A través del juego, se construyen conexiones emocionales con ellos se les brinda apoyo y el espacio que necesitan para crecer y descubrir su potencial.Cada niño es único y puede tener diferentes intereses y formas de aprendizaje. Ajusta estas indicaciones según las necesidades y características individuales del niño, y recuerda que el juego debe ser divertido y gratificante para el niño.
¿Y tú, hoy a qué vas a jugar? Está en nuestras manos la oportunidad de cultivar seres humanos felices, curiosos y emocionalmente fuertes. ¡Juntos, hagamos del juego una fuente inagotable de conocimiento y amor en el desarrollo de nuestros niños!

Referencias
Martens, D., & Molitor, H. (2020). Play in appropriate natural environments to support child development. Psyecology, 11(3), 363-396.
Solís, K., Rocha, J., Marinho, P., Camargo, P., & Fujimori, E. (2023). Play into the domestic routine to promote child development: cross-sectional study. Revista Gaúcha de Enfermagem, 44, e20220127.

Enith Daniela Villota Guevara

Con amor te enseño. Impacto de las prácticas parentales en el bienestar infantil

En la sociedad actual, padres y cuidadores enfrentan cada vez más retos al criar a sus personas a cargo. La vida moderna conlleva una dinámica acelerada, en la que bajo las extenuantes y largas jornadas de trabajo el tiempo se ha vuelto un recurso escaso, afectando la interacción familiar. Sin embargo, pese a las restricciones y limitaciones que el contexto impone, es esencial asegurar que los momentos disponibles sirvan para reafirmar los lazos vinculares de manera significativa y enriquecedora, permitiendo el desarrollo emocional y psicológico de todos los miembros de la familia.

No es solo cuestión de tiempo, también es necesario que las prácticas de crianza se encuentren basadas en el respeto, amor y cariño puesto que estas promueven relaciones seguras y afectuosas. En el artículo Crianza Respetuosa: psicología clínica infantil en la protección de la salud mental de la niñez, se indica que el bienestar psicológico de los niños y adolescentes, depende en buena medida de los adultos referentes a cargo del cuidado. Es por ello que se insta a que la base de cualquier estilo de crianza, sea fundada bajo el respeto y afecto como modo de promover el bienestar psicológico de los niños y adolescentes y disfrutar de mejor manera los roles de sus cuidados y educación.

Por otro lado, en relación con los cuidadores, la indagación científica ha mostrado que los principales retos para ellos son: lograr organizar la vida en casa con horarios y rutinas, proveer a los niños de actividades atractivas y potenciadoras del desarrollo psicológico, lidiar con conductas caracterizadas por actitudes desafiantes, rebeldes y voluntariosas, manejar la actividad de estudio y lograr simultanear con efectividad los cuidados de los hijos y las labores domésticas. Además, un problema común de la mayoría de cuidadores, es no ver a la niñez como sujetos de derechos, sino como personas en una etapa en la que deben recibir cuidados proteccionistas, sin otorgarles participación activa en los procesos de desarrollo. Ante esto, se sugiere adoptar un enfoque basado en prácticas de cuidado respetuosas, lo cual implica enseñar con amor y respeto mutuo, teniendo en cuenta la empatía y la comunicación abierta. 

Para lograrlo, hemos enlistado una serie de pautas que pueden servir como guía inicial en este proceso de mejora:

  • Fomentar la conexión emocional: Establecer una conexión emocional sólida a través de la atención y la disponibilidad. Buscar escuchar activamente los sentimientos, necesidades y preocupaciones, y mostrarle a la persona comprensión y apoyo.
  • Practicar una comunicación respetuosa: Habla con los miembros del hogar de manera respetuosa. Evita el lenguaje ofensivo o despectivo y muestra interés genuino en las diferentes ideas y opiniones. Escucha atentamente y respeta los turnos establecidos para hablar.
  • Establecer límites claros pero flexibles: Considera las diferentes necesidades individuales. Explica las razones detrás de los límites de manera comprensible para la edad de cada integrante y brinda opciones cuando sea posible.
  • Practicar la crianza democrática: Involucra al infante o adolescente en la toma de decisiones y la resolución de problemas familiares. Fomenta la participación activa y la colaboración, teniendo en cuenta las opiniones y preferencias de este miembro dentro de los límites razonables.
  • Valorar y respetar las emociones: Valida las emociones del niño o adolescente. Ayúdale a identificar y expresar lo que siente de manera saludable. Enseña estrategias de autorregulación emocional y brinda apoyo y consuelo cuando sea necesario.
  • Promover la autonomía y la responsabilidad: Da oportunidades al niño o adolescente para tomar decisiones y asumir responsabilidades acordes a su edad y capacidad. Fomenta su autonomía gradualmente, brindando apoyo y orientación cuando sea necesario.
  • Invierte tiempo de Calidad sin Pantallas: Dedica tiempo de calidad a compartir actividades significativas, como leer, jugar, cocinar juntos o simplemente conversar. Evita distracciones tecnológicas durante estos momentos.

Practicar el cuidado propio: Es imperioso cuidar de sí mismo/a para poder brindar un cuidado amoroso y respetuoso a aquellos que están bajo tu responsabilidad. Prioriza tu bienestar físico, emocional y mental, y busca apoyo cuando sea necesario.

Al aceptar el desafío de encontrar tiempo para el amor, la conexión y el apoyo incondicional hacia nuestro núcleo familiar, estamos forjando un ambiente de amor y respeto, sembrando la semilla para futuras generaciones emocionalmente fuertes y felices.
Recuerda mantener una actitud abierta y receptiva, aprende de tus propios errores y busca recursos y apoyo cuando sea necesario. ¡Empieza hoy, con la aplicación de alguna de las pautas expuestas!
Referencias
Cabrera, R., Quintana, D., Morey, A., & Ojeda, G. (2022). Crianza Respetuosa: psicología clínica infantil en la protección de la salud mental de la niñez. Revista del Hospital Psiquiátrico de La Habana, 19(2), 206.
Enith Daniela Villota Guevara

Fomentando conexiones emocionales y relaciones sólidas

Antes de iniciar, revisa si en tu vida se presenta alguna de las siguientes problemáticas en la interacción social que entablas diariamente: 

  • Falta de interés por otros y dificultad de intercambiar información apropiadamente.
  • Imposibilidad de expresar los deseos y preferencias de forma clara.
  • Expresar las frustraciones discutiendo, agrediendo o de formas poco adecuadas.
  • Mostrarse excesivamente tímido, inhibido o inseguro.
  • Frecuentemente es intimidado por personas violentas o agresivas.

Cabe mencionar que, las personas con dificultades en habilidades sociales suelen tener problemas para expresar los sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos, de modo adecuado frente a la situación. 

En la agitada sociedad actual, se ve manifiesta la preocupante dificultad de entablar una comunicación efectiva con otros, lo cual genera un deterioro en las conexiones humanas impidiendo generar relaciones auténticas y significativas. Y es que, relacionarse de manera saludable con el entorno social ya sea familia, amigos, pareja, etc., se encuentra vinculado a las competencias personales que hemos podido desarrollar a lo largo de la vida, de allí que múltiples investigaciones demuestren que los estilos de crianza influyen en el desarrollo socioemocional durante la infancia, en la cual se considera a la familia como el primer ente socializador, puesto que, la familia es el primer contexto social para la transmisión de normas, valores y modelos de comportamiento y por tal motivo, permite que el niño aprenda formas de socialización a partir de la interiorización de elementos básicos de su cultura. 

En el estudio titulado Incidencia de competencias parentales en el desarrollo de habilidades sociales en hijos únicos, se menciona que, dada la importancia de las relaciones sociales en el desarrollo psicoemocional del individuo, las habilidades sociales están sujetas a las respuestas específicas dadas en situaciones concretas vividas por cada ser humano, es por esto que, la influencia de la familia en el desarrollo de dichas habilidades permite reforzar conductas que serán un punto clave para la relación con el entorno social.

¿Qué son las habilidades sociales?

Son un conjunto de conductas que permiten expresar sentimientos, actitudes, deseos, opiniones de una persona dentro de un contexto interpersonal de un modo adecuado a la situación, respetando esas conductas en los demás. Generalmente, el uso oportuno de las diferentes habilidades ayuda a resolver las dificultades de la situación a la que se le está haciendo frente. 

El desarrollo de estas habilidades permite que el ser humano se adapte adecuadamente al entorno, relacionándose de forma eficaz con compañeros y amigos, aprendiendo a expresar emociones, pensamientos, opiniones y respetando las de los demás, además de proporcionarles herramientas necesarias para poder desenvolverse. 

En la familia, se pueden fomentar una variedad de habilidades sociales que promueven una comunicación efectiva, el respeto mutuo y las relaciones saludables:

  • Escucha activa: Enseñar a los miembros de la familia a escuchar de manera activa implica prestar atención plena a lo que el otro está diciendo, mostrar interés genuino y comprender sus sentimientos y necesidades. Esto fomenta una comunicación efectiva y fortalece los lazos familiares.
  • Expresión emocional saludable: Ayudar a los miembros de la familia a expresar sus emociones de manera adecuada y respetuosa es fundamental. Esto implica animar a los miembros de la familia a expresar sus sentimientos abiertamente, sin juzgarlos o invalidarlos.
  • Empatía: Implica enseñar a los miembros de la familia a comprender y compartir los sentimientos de los demás. Esto incluye reconocer y validar las emociones de los demás, mostrar preocupación por su bienestar y tratar de entender su perspectiva.
  • Resolución de conflictos: Ayuda a los miembros de la familia a manejar los desacuerdos de manera constructiva. Esto implica escuchar todas las perspectivas, buscar soluciones mutuamente beneficiosas, practicar la comunicación asertiva y encontrar acuerdos y compromisos cuando sea necesario.
  • Asertividad: Fomentarla en la familia implica enseñar a los miembros a expresar sus necesidades y opiniones de manera clara y respetuosa, al tiempo que respetan los derechos y límites de los demás. Esto ayuda a establecer límites saludables y a promover relaciones equilibradas.
  • Colaboración y trabajo en equipo: Promoviendo la cooperación, la toma de decisiones conjuntas y el apoyo mutuo. Esto ayuda a los miembros de la familia a desarrollar habilidades de trabajo en equipo, a respetar las contribuciones de los demás y a lograr objetivos comunes.

Fomentar las habilidades sociales dentro del entorno familiar es una inversión que produce beneficios de por vida para todos los miembros involucrados. A través de la comunicación abierta, la empatía y las experiencias compartidas, los miembros de la familia pueden fortalecer sus lazos emocionales y desarrollar valiosas competencias sociales. 

Trabajar estas habilidades es primordial para construir bases sólidas, vidas más felices y plenas. Y tú, ¿Cuál habilidad empezarás a entrenar esta semana?

 

Referencias

Pacheco, M., & Osorno, G. (2021). Incidencia de competencias parentales en el desarrollo de habilidades sociales en hijos únicos. Interdisciplinaria, 38(1), 101-116.

Enith Daniela Villota Guevara.

¡Vamos a compartir! Aprendiendo a comunicarnos efectivamente con la familia.

Sabías que:

  • Se estima que del 70 al 90% de la comunicación intrafamiliar es no verbal. Esto indica que algunos elementos claves a tener en cuenta son gestos, expresiones faciales, posturas corporales y contacto visual. 
  • La interacción cara a cara tiene un mayor impacto en la satisfacción y el bienestar familiar que la interacción a través de medios electrónicos. 
  • Hombres y mujeres tienden a comunicarse de manera diferente dentro de la familia. Por ejemplo, los hombres tienden a utilizar la comunicación para resolver problemas y dar consejos, mientras que las mujeres tienden a enfocarse más en expresar emociones y preocuparse por la relación.
  • La apertura y la honestidad son fundamentales para mantener una comunicación saludable dentro de la familia. 

Una comunicación abierta, honesta y respetuosa es necesaria para fortalecer los lazos afectivos y construir relaciones sólidas y saludables que permitan mantener el bienestar familiar. Ante esto, es importante conocer ¿Cuáles son los principales problemas de comunicación en la familia?

  • Falta de comunicación: Puede manifestarse en la ausencia de conversaciones significativas, la evitación de conflictos o el no expresar las necesidades y emociones de manera abierta y clara. 
  • Diferencias generacionales: Las diferencias en la edad, las experiencias y las perspectivas pueden dificultar la comunicación efectiva entre diferentes generaciones dentro de la familia, llevando a malentendidos, juicios y falta de empatía.
  • Comunicación agresiva o violenta: El uso de palabras hirientes, insultos, gritos o actitudes hostiles puede generar un ambiente de tensión y deteriorar la calidad de la comunicación familiar.
  • Falta de escucha activa: Si los miembros de la familia no prestan atención activa a lo que el otro está diciendo, pueden perderse detalles importantes o malinterpretar el mensaje, lo que puede generar malentendidos y conflictos.
  • Falta de empatía: La falta de empatía puede dificultar la comprensión y la conexión emocional entre los miembros de la familia. La incapacidad para ponerse en el lugar del otro y comprender sus perspectivas puede generar conflictos y distanciamiento.
  • Falta de límites y respeto: La falta de límites y normas claras de respeto en la comunicación puede llevar a confusiones y conflictos. Cuando no se establecen expectativas claras sobre cómo comunicarse y qué comportamientos son aceptables, es más probable que se produzcan problemas de comunicación. 
  • Falta de tiempo de calidad: La ocupación excesiva, las agendas ocupadas y la falta de prioridad en el tiempo compartido pueden contribuir a problemas de comunicación, socavando la confianza y el sentido de seguridad en la familia.

La comunicación intrafamiliar es un proceso bidireccional que implica hablar y escuchar. Frente a esto, Martina Bortignon, explora en su artículo La vida sensible de las palabras, como las palabras median los afectos y permiten construir el tejido afectivo del núcleo familiar. Bortignon hace uso del término voz-afecto para dar sentido al acto comunicativo oral mediante el cual se manifiesta amor recíproco por medio de la textura y tono de voz, así como de la corporeidad de expresiones faciales, caricias, abrazos y arrullos, para comunicar antes que nada el lazo afectivo que se encuentra en construcción constante. A través del concepto voz-afecto, se posibilita pensar la comunicación entre los integrantes de la familia como una manera de poner en circulación las emociones, fortaleciendo lazos afectivos y dando voz a la dimensión individual más íntima.

Mantener una comunicación asertiva fortalece las relaciones familiares y se ve reflejada en vínculos sanos, afecto, respeto y cariño. Además, es beneficiosa para todos ya que permite aprender a escuchar para reaccionar de una forma inteligente. A continuación, encontrarás una serie de actividades para mejorar en este ámbito y así enriquecer los lazos afectivos en el entorno familiar: 

  • Establece rutinas familiares: Dedica momentos regulares en tu rutina para estar juntos como familia. Puede ser una cena familiar, un juego de mesa después del trabajo o una caminata los fines de semana. Estas rutinas ayudan a crear un sentido de conexión y pertenencia.
  • Realiza actividades divertidas juntos: Planifica actividades que sean divertidas y apropiadas para todos los miembros de la familia. Pueden ser excursiones al aire libre, picnics, paseos en bicicleta, visitas a parques temáticos, tardes de cine en casa o incluso cocinar juntos. El objetivo es disfrutar de momentos agradables y crear recuerdos positivos.
  • Establece tiempo de conversación: Dedica momentos para hablar y escuchar a cada miembro de la familia. Puedes tener una cena sin dispositivos electrónicos donde cada uno comparte algo sobre su día, o establecer momentos de “tiempo de calidad” individual con cada miembro de la familia para profundizar la conexión emocional, mostrando interés genuino y creando un ambiente validante y respetuoso.
  • Fomenta el aprendizaje y la exploración juntos: Aprovecha la oportunidad de aprender y explorar nuevas cosas en familia. Visita museos, exposiciones, conciertos o participa en talleres y actividades educativas. Esto no solo proporcionará un tiempo de calidad, sino que también fomentará el crecimiento y el conocimiento compartido.

Aprender a comunicarse en familia es un proceso que conlleva tiempo, dedicación e intensión de restaurar los lazos con los miembros del núcleo familiar. Si bien no es un camino sencillo, recuerda que puedes iniciar implementando alguna de las actividades mencionadas anteriormente o en el apartado de referencias encontrarás una guía diseñada por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) con diversas actividades para fortalecer las dinámicas familiares. Todo pequeño cambio, trae con el tiempo mejoras en la interacción con quienes amas. ¡Inténtalo! 

Referencias y material de apoyo

Bortignon, M. (2019). La vida sensible de las palabras en la película La voz en off de Cristián Jiménez y el poemario Yllu de Soledad Fariña. Bulletin of Spanish Studies, 96(2), 311-332.

Guía para el fortalecimiento de dinámicas familiares, condiciones de interacción y crianza. https://repository.upb.edu.co/bitstream/handle/20.500.11912/9654/Anexo%203%20Gu%C3%ADa-%20Servicio%20Social%20ICBF.pdf

 

 Enith Daniela Villota Guevara.

La trampa de la inflexibilidad: ¿Cómo liberarse de los patrones rígidos de pensamiento y comportamiento?

Imaginemos a una persona que insiste en tener el control absoluto sobre todas las decisiones y situaciones en las que se encuentra. Esta persona se niega a considerar las opiniones o sugerencias de los demás y se aferra a sus propias creencias y formas de hacer las cosas, sin estar dispuesta a adaptarse o cambiar. En una situación de grupo, por ejemplo, esta persona podría resistirse firmemente a cualquier tipo de cambio o propuesta que no se ajuste a su visión. Podría rechazar de manera rotunda las ideas de otros miembros del grupo sin siquiera considerarlas, lo que generaría tensión y dificultaría la colaboración efectiva. Además, podría ser poco tolerante a la crítica o a la retroalimentación para mejorar, interpretándola como una amenaza o una afrenta personal.

¿Has conocido personas así?, o tal vez ¿eres una persona con ese tipo de comportamientos? 

Según el ejemplo, una persona inflexible tiende a mostrar resistencia al cambio, insistencia en su punto de vista sin considerar otras perspectivas y dificultad para adaptarse a nuevas situaciones o ideas. Esto puede limitar su capacidad de crecimiento personal, colaboración efectiva y desarrollo de relaciones saludables. 

Inflexibilidad psicológica

En el estudio de Fernández y colaboradores (2022) se menciona que este término hace referencia a la tendencia de una persona a aferrarse a pensamientos, creencias o patrones de comportamiento rígidos, lo que dificulta su adaptación a nuevas situaciones y dificulta ajustar los pensamientos, emociones y comportamientos a la búsqueda de soluciones efectivas. Este tipo de comportamientos suele generar estrés, dificultades en las relaciones interpersonales y un deterioro del bienestar emocional. Además, se ha encontrado que la inflexibilidad psicológica está asociada con la depresión, la ansiedad y el malestar psicológico en general. 

Por otro lado, la flexibilidad psicológica es la capacidad de sentir y de pensar con apertura mental, de asistir voluntariamente a la experiencia del momento presente y de avanzar en las direcciones que son importantes para nosotros, al tiempo que forjamos hábitos que nos permiten vivir de un modo congruente con nuestros valores y aspiraciones.  Desde esta perspectiva, se trata de aprender a no evitar lo que nos resulta doloroso y a aproximarnos al sufrimiento, para poder vivir una vida llena de sentido y de propósito (Hayes, 2020).

Si pensamos en el “hacer”, suena poco creíble aproximarse al sufrimiento para mejorar, sin embargo, es algo que la ciencia ha constatado en los últimos cuarenta años desde la investigación en psicología. Desde la psicología, la inflexibilidad psicológica se ha venido trabajando por medio de uno de los modelos de intervención llamado terapia de aceptación y compromiso (ACT), la cual no trabaja en la disminución de los síntomas, sino que enfoca su atención en el “hacer”. Puesto que, lo que tiende a generar malestar y sufrimiento en el ser humano se ubica en cómo nos vinculamos y nos relacionamos con nuestros pensamientos, emociones, recuerdos y sensaciones). 

 

Según la investigación, es posible desarrollar flexibilidad psicológica mediante seis habilidades:

  • Defusión: Es decir, dejar de asumir como ciertos todos y cada uno de los pensamientos que surgen en la mente, y por tanto dejar de responder guiados por ellos. 
  • El desarrollo de una distinción entre lo que soy y lo que experimento: Tendemos a identificarnos con una imagen concreta de yo mismo, por el anhelo o necesidad de pertenecer y de conectar con el grupo con los demás.
  • Aceptación: Desarrollo de la habilidad de estar con la experiencia (emociones, pensamientos y sensaciones físicas) en lugar de evitarla. Aceptar significa tomar lo que te es dado, responsablemente, sin victimismo. Tendemos a evitar la experiencia interna desagradable por supervivencia. 
  • Presencia: Referida a ampliar la conciencia de lo que nos ocurre en cada momento, en lugar de estar atendiendo durante tanto tiempo al pasado o el futuro. La tendencia a escaparnos del presente, tiene que ver con nuestro anhelo o necesidad esencial de orientarnos.
  • Valores: Esta habilidad consiste en elegir los valores propios y no dejarse arrastrar por valores impuestos por la sociedad, la familia u otros grupos. Esta habilidad está ligada a la necesidad o anhelo esencial que tenemos los humanos de encontrar sentido o significado.
  • Acción: Actuar en dirección a los propios valores, en la dirección que uno elige, y dejar de actuar para al servicio de evitar sentirnos mal, aunque sea difícil. 

La tendencia a querer entenderlo todo racionalmente, nos lleva a plantear la vida como un problema a resolver, en lugar de como un proceso que hay que transitar, que vivir, y este planteamiento en sí mismo, nos hace pagar un alto precio psicológico.

Si quieres cultivar la flexibilidad desde sus distintas habilidades para prepararte psicológicamente para la vida, puedes iniciar considerando los siguientes cambios:

  • Practica la aceptación: Acepta que el cambio es una parte natural de la vida y que no siempre puedes controlar todas las circunstancias. Por ejemplo, tómate un momento y párate de pie frente al espejo. Tu cerebro empezará a enfocarse en todas las partes del cuerpo que desearías cambiar. Te vas a concentrar y a afirmar en voz alta que aceptas tu cuerpo como es, respira profundamente y acepta plenamente que la persona del espejo eres tú. Para cambiar algo debes dejar de negar su existencia.
  • Cultiva la conciencia plena: La conciencia plena te ayuda a estar presente en el momento actual y a aceptar tus pensamientos, emociones y sensaciones físicas sin juzgarlos ni tratar de cambiarlos. Por ejemplo, cuando tengas pensamientos negativos, intenta sentarte, respirar hondo y cerrar los ojos. Concéntrate en tu respiración cuando el aire entra y sale de tu cuerpo. Sentarse y respirar durante solo un minuto puede ayudar.
  • Cuestionar los pensamientos y creencias limitantes: Examina tus patrones de pensamiento y cuestiona aquellas creencias rígidas o limitantes que pueden obstaculizar tu capacidad para adaptarte al cambio. Identifica pensamientos negativos o autocríticos y reemplázalos por pensamientos más realistas y flexibles.
  • Desarrollar habilidades de afrontamiento: Aprende y practica técnicas de afrontamiento saludables, como la resolución de problemas, la comunicación asertiva y la regulación emocional. Por ejemplo, para tener una comunicación asertiva puedes usar una afirmación negativa que te permita ver cómodamente algún aspecto negativo de tu comportamiento sin sentirte a la defensiva. Acepta tu error, así: “Sí, tienes razón. No siempre escucho con atención lo que tienes que decir”.
  • Fomentar la flexibilidad en tu rutina diaria: Busca oportunidades para introducir cambios y variaciones en tu rutina diaria. Esto puede incluir probar nuevas actividades, explorar diferentes enfoques para realizar tareas o buscar perspectivas diferentes en situaciones desafiantes. 
  • Buscar apoyo terapeútico: es importante saber identificar cuando poseemos dificultades significativas que atentan contra nuestro bienestar. Si este es tu caso, te invitamos a qué inicies un proceso psicológico, en el cual podrás recibir orientación y estrategias pertinentes para tu caso particular. 

Adaptarse al cambio es un proceso gradual y requiere paciencia, rodéate de gente que te ayude en el proceso y disfruta mientras aprendes. Es un camino de altibajos, permítete cometer errores y aprende de ellos. Lo importante es dar el primer paso, tú decides con que pauta iniciar. 

 

Referencias

Fernández, C., Coto, R., Martínez, V., & Cuesta, M. (2022). Psychological inflexibility, anxiety and depression: The moderating role of cognitive fusion, experiential avoidance and activation. Psicothema. (34), 240-248.

Hayes, S. (2020). Una mente liberada: la guía esencial de la terapia de aceptación y compromiso (ACT). Barcelona: Paidós.

Enith Daniela Villota Guevara

¡Nada es suficiente! Cómo aprender a manejar las tendencias perfeccionistas.

Te invitamos a revisar las siguientes características que pueden estar presentes en personas con rasgos perfeccionistas: 

  • Exigencia muy elevada con uno mismo y con los demás. 
  • Miedo al fracaso. 
  • Tendencia a trabajar más horas de las necesarias o estipuladas. 
  • Metas poco realistas.
  • Dificultad para ceder el control

¿Presentas varias de las características mencionadas? No te preocupes. En la actualidad el ritmo de vida acelerado y competitivo ha perpetuado la creencia de que los seres humanos deben exigirse hacer todo perfecto. En el Boletín Psicológico (2019) se señala que, desde la década de 1980 se ha enfatizado a nivel global en el individualismo competitivo, generando en la población una tendencia a perfeccionarse a sí mismos y sus estilos de vida. Sin embargo, aunque las personas perfeccionistas son vistas como capaces, motivadas y pueden aprovechar su personalidad para obtener buenos resultados en la vida, quienes les rodean suelen indicar que prefieren no trabajar con ellas, puesto que, manejan expectativas poco realistas, esperando “lo imposible” tanto de sí mismos como de los demás.

¿Qué es el perfeccionismo?

Es una combinación de estándares extremadamente altos y una preocupación por la evaluación autocrítica extrema. Sumado a esto, Curran y colaboradores (2019) señalan que es un rasgo de la personalidad multidimensional caracterizado por la búsqueda continua de la excelencia en todos los aspectos de la vida, que tiene como elementos: 

  • Esfuerzos perfeccionistas: aspectos asociados con la búsqueda de la perfección y el establecimiento de estándares de desempeño muy altos.
  • Preocupaciones perfeccionistas: aspectos asociados con la preocupación por cometer errores, el miedo a la evaluación social negativa y las reacciones negativas a la imperfección.

¿Cómo afecta el perfeccionismo a la salud mental? 

Aunque tener altas expectativas y buscar la excelencia puede ser positivo en algunos aspectos, el perfeccionismo puede tener aspectos problemáticos y generar efectos negativos en la vida de las personas. El equipo de Stoeber (2020) afirma que dentro de estos aspectos problemáticos se enmarca una alta carga emocional, que puede dar lugar a desarrollar patologías mentales como ansiedad, estrés, depresión, baja autoestima, trastorno obsesivo-compulsivo o trastornos de la conducta alimentaria, además del inevitable agotamiento emocional debido a la presión constante de la excesiva autoexigencia. 

Las personas que luchan con el perfeccionismo pueden trabajar en desarrollar una serie de estrategias que las ayuden a modificar sus patrones de comportamiento, a continuación, te compartimos algunas que puedes empezar a implementar:

  • Identifica y cuestiona tus “pensamientos perfeccionistas”: estos suelen ser rígidos y negativos. Cuando vengan a tu cabeza escríbelos y hazte preguntas sobre cómo puedes abordar el tema desde una perspectiva diferente. 
  • Establece metas realistas y alcanzables: puedes implementar un diario de metas en el que dividas tus proyectos de manera temporal (metas a corto, mediano y largo plazo), esto te ayudará a promover tu crecimiento y aprendizaje y a ser justo con tus capacidades, reduciendo la presión y el estrés asociados con la autoexigencia.
  • Sé autocompasivo: Evita criticarte, reconoce tus errores y escribe o coméntale a alguien de tu confianza cuales son los compromisos que asumes para cambiar tu forma de hacer esa cosa particular para enmendar y superar el error. 
  • Toma descansos y cuida tu salud mental y física: es importante tomar descansos regulares y cuidar la salud mental y física diariamente. Utiliza una agenda donde puedas distribuir los compromisos y actividades y en medio de cada uno planea una rutina de descanso en la que te puedas relajarte. Organiza también, espacios de entretenimiento, actividad física y ocio en tu agenda, para que aprendas a darles espacio también en tu rutina.  
  • Celebra y reconoce tus logros: Aprende a reconocer y celebrar tus logros, incluso los más pequeños. Puedes recompensarte tomando tiempo para cuidar de ti mismo y realizar actividades que te brinden placer y bienestar. 

Recuerda que estos cambios conllevan tiempo y práctica. Sé paciente contigo mismo y trabaja constantemente en desarrollar una mentalidad más flexible y compasiva. Si encuentras que la autoexigencia sigue siendo un desafío significativo, considera buscar apoyo profesional de un terapeuta o psicólogo especializado en el área de autoestima y perfeccionismo. 

 

Referencias

Curran, T. y Hill, AP (2019). El perfeccionismo aumenta con el tiempo: un metanálisis de 

las diferencias de cohortes de nacimiento de 1989 a 2016. Psychological Bulletin, 145 (4), 410–429. 

 

Hill, A. P., & Curran, T. (2016). Multidimensional perfectionism and burnout: A meta-

analysis. Personality and social psychology review, 20(3), 269-288.

 

Stoeber, J., Lalova, A. V., & Lumley, E. J. (2020). Perfectionism,(self-) compassion, and 

subjective well-being: A mediation model. Personality and Individual Differences, 154, 109708.

 

Enith Daniela Villota Guevara

¡El tiempo vuela! Aprendiendo a gestionar el tiempo, implementando hábitos

El tiempo es uno de los recursos más importantes de los que dispone la humanidad. Sin embargo, cada vez son más las personas que viven con sobrecarga de tareas y trabajo, sintiendo que no les alcanza el tiempo para hacerle frente a todo lo que se debe ejecutar, motivo por el cual se retrasan o suprimen actividades como el tiempo de ocio y de esparcimiento para compartir con amistades y familia. 

La sensación de no tener tiempo genera frustración, afecta el rendimiento y lo más importante genera problemas de salud como el estrés. Pero seamos claros, el problema no es que falte tiempo, sino que el uso que se hace de las 24 horas con las que contamos diariamente no es eficiente. Comprender esto es el primer paso en el desafío de aprender a gestionar adecuadamente el tiempo. 

¿Qué es la gestión del tiempo?

En la revisión teórica realizada por la Universidad de Sevilla (2022) se menciona que la gestión del tiempo es el proceso de planificar y organizar eficazmente el tiempo disponible para llevar a cabo tareas y actividades de manera productiva. Con este proceso se busca asignar prioridades, establecer metas claras, administrar las distracciones y utilizar técnicas que permitan aprovechar al máximo el tiempo disponible. La gestión del tiempo es fundamental para mejorar la productividad, reducir el estrés y lograr un equilibrio entre el trabajo y la vida personal.

Para que puedas establecer de manera clara la prioridad de tus actividades planificadas, debes clasificar las tareas como:

  • Urgentes e importantes: tareas prioritarias que, por falta de planificación o imprevistos de última hora, son urgentes y no se pueden demorar más. 
  • Urgentes y no importantes: tareas que han de ser realizadas ya, pero que no son importantes puesto que su realización no aporta valor en el cumplimiento de los objetivos.
  • No urgentes e importantes: tareas contempladas como parte de los objetivos, las cuales se han planificado correctamente, con lo cual se pueden realizar con perspectiva. 
  • No urgentes y no importantes: tareas que ni son importantes para el cumplimento de los objetivos, ni son apremiantes.

Sumado a esto, la mejora de la gestión del tiempo ha de pasar por las siguientes fases: 

  1. Interiorización: reconoce que algo falla en la gestión del tiempo y analiza las principales causas de pérdida del tiempo. 
  2. Ejercicio de voluntad: es muy importante que una vez que hayas decidido mejorar en esta habilidad, realices cambios conductuales, por ejemplo, implementa un horario de tareas que no sea extenuante, ni rígido. Asígnale a cada tarea un tiempo considerable para ser realizada e inicia por aquellas con las que te sientas más cómodo (hay quienes inician con las tareas más sencillas para dejar más tiempo para aquellas que demandan atención y detalle, sin embargo, tu puedes funcionar distinto, así que ¡Hazlo a tu ritmo!). 
  3. Comprométete: organiza un plan, estructura un paso a paso que puedas cumplir e inicia, para lograr con pequeños avances conseguir las mejoras que te has propuesto.  

En el libro “La gestión del tiempo personal y colectivo” su autora Rosa López, señala que, si quieres aprender a gestionar tu tiempo efectivamente y a establecer hábitos en tu vida, es indispensable aprender a interiorizar una serie de rutinas que te permitirán modificar tus patrones de comportamiento, con el fin de que estos cambios sean permanentes. Por tal razón, hoy te traemos algunos pasos para optimizar la gestión de tu tiempo e implementar hábitos que te ayuden a tener una mejor calidad de vida:

  • Define un nivel real de dificultad: a la hora de realizar una tarea resulta importante encontrar equilibrio entre los pendientes fáciles y los difíciles. Organiza tus tareas de tal forma que puedas realizar de manera intercalada tus asignaciones así no te aburrirás, ni te rendirás tan fácilmente.
  • Documenta tu progreso: Editar diariamente, por ejemplo, un gráfico o una lista de chequeo que muestre cómo has mejorado en tus tareas o cómo has avanzado en algún aspecto en concreto, esto te permitirá conocer de manera visual tu progreso diario.
  • Identifica tus objetivos y hábitos deseados: Define claramente los hábitos que deseas implementar y establece objetivos específicos y medibles. Por ejemplo, si deseas implementar el hábito de hacer ejercicio regularmente, puedes establecer el objetivo de hacer ejercicio durante al menos 10 minutos al día, tres días a la semana y conforme vayas mejorando tu condición física vas aumentando la frecuencia y duración de dicha actividad. 
  • Planifica y establece un horario: Dedica tiempo para planificar tus actividades y asignar un horario específico para cada hábito que deseas implementar. Puedes utilizar un calendario, una agenda o una aplicación de gestión del tiempo (como timecamp, evernote, google calendar, entre otros) para ayudarte en esta tarea. Asegúrate de asignar un tiempo realista y factible para cada hábito.
  • Prioriza tus tareas: Identifica las más importantes y urgentes relacionadas con tus hábitos. Prioriza y asegúrate de dedicarles el tiempo y la atención adecuados en tu horario. 
  • Elimina las distracciones: Identifica los principales distractores que te impiden implementar un nuevo hábito (el teléfono, la televisión, o distracciones digitales, como las redes sociales o el correo electrónico). Toma medidas para minimizar o eliminar estas distracciones durante los momentos dedicados a tus hábitos.
  • Sé consistente y establece recordatorios: La consistencia es clave para implementar hábitos exitosamente. Establece recordatorios visuales o auditivos para recordarte realizar tus hábitos en los momentos designados. Puedes utilizar alarmas, notas adhesivas o aplicaciones de recordatorio en tu teléfono para ayudarte a mantener el compromiso con tus hábitos.
  • Evalúa y ajusta: evalúa tu progreso y realiza ajustes en tu enfoque si es necesario. Reflexiona sobre lo que ha funcionado y lo que no, y realiza modificaciones en tu horario y enfoque para mejorar la implementación de tus hábitos.

Como te das cuenta, si organizas bien tu tiempo, verás cómo se incrementa tu motivación, la sensación de bienestar y autoestima. En definitiva, una buena gestión de este recurso afectará de manera directa a tu productividad, pero también supondrá una mejora y un beneficio en tus condiciones de salud.

¿Qué esperas para iniciar el cambio?

 

Referencias

López, R., & Rodríguez, R. (2012). La gestión del tiempo personal y colectivo: Cómo detectar y combatir los vampiros del tiempo (Vol. 19). Grao.

Romero-Pérez, C., & Sánchez-Lissen, E. (2022). Scientific Narratives in the Study of Student Time Management: A Critical Review. International and Multidisciplinary Journal of Social Sciences, 11(2), 60-86.

 

Enith Daniela Villota Guevara

¿Dejas para mañana lo que puedes hacer hoy? Hablemos de procrastinación y autorregulación

Has escuchado los siguientes refranes:

  • “Al que madruga Dios lo ayuda”.
  • “Quien huye del trabajo, huye del descanso”.
  • “Lo que no se empieza no se acaba”. 

Estas afirmaciones arraigadas en la cultura resumen el sentir generalizado de la sociedad sobre la naturaleza de los deberes, en donde se señala que lo mejor es realizarlos en cuanto se tiene la oportunidad, de no ser así, lo más probable es sufrir consecuencias negativas producto del aplazamiento.

Para ver qué tanto sueles aplazar tus tareas, a continuación, encontrarás una serie de afirmaciones, para que realices un autochequeo:

  1. Suelo llegar tarde a mis compromisos. 
  2. Generalmente no tengo las cosas hechas a tiempo.
  3. Siempre espero hasta el último momento para hacer lo que debo. 
  4. Frecuentemente me encuentro “corriendo” cuando ya no queda tiempo para hacer las tareas asignadas. 

Si la mayoría de tus respuestas fue afirmativa, esto indica que con frecuencia aplazas tus compromisos y puedes estar procrastinando. 

¿Qué es la procrastinación?

Según Díaz (2019) la procrastinación consiste en la tendencia generalizada a aplazar el inicio y/o finalización de tareas planificadas para ser realizadas en un tiempo determinado. Esta postergación suele estar acompañada de malestar subjetivo, pues supone un verdadero problema de autorregulación a nivel cognitivo, afectivo y conductual.

No obstante, es necesario diferenciar entre conductas de postergación y de procrastinación:

  • La postergación consiste en aplazar la ejecución de una tarea con el fin de darle prioridad a otra más productiva en ese momento, lo cual no constituye un problema para la persona. 
  • La procrastinación acoge un problema relacionado con la intención de realizar una tarea y una frecuente falta de constancia ya sea para empezarla, desarrollarla o finalizarla. Este proceso generalmente se acompaña de sentimientos de inquietud y culpabilidad y sus consecuencias se observan a largo plazo. 

Una vez realizada esta aclaración, te das cuenta que, no todas las personas que aplazan la realización de tareas, son procrastinadoras y para diferenciarlas recuerda que procrastinar incluye dos elementos: 

  • El malestar psicológico (fruto del aplazamiento)
  • El marco temporal (percepción poco orientada sobre el futuro y muy orientada al presente)

La investigación en los últimos años ha demostrado que la procrastinación es un problema común de la sociedad occidental y uno de los factores asociados con esta tendencia es el uso problemático de las redes sociales, causando una dificultad en la autorregulación de las personas, quienes optan por elegir con mayor frecuencia tareas que son gratificantes a corto plazo, demorando con su elección, la realización de tareas que tienen que ejecutar en un tiempo determinado.

La procrastinación está compuesta por cuatro elementos esenciales:

  1. Conductas dilatorias, que hace referencia al aplazamiento de la realización de la tarea que se tiene intención de realizar. 
  2. Indecisión, aplazamiento de decisiones dentro de un marco de tiempo específico.
  3. Falta de puntualidad, como la incapacidad de trabajar diligentemente en una tarea para cumplir con su fecha límite. 
  4. Falta de planificación, falta de autodisciplina para mantenerse enfocado en una tarea específica.

Pautas para poder trabajar en la procrastinación

Puesto que, la procrastinación es un problema común que afecta tu productividad, rendimiento y bienestar personal. Hoy te presentamos una serie de pautas de autorregulación que Cerezo y colaboradores (2019) delimitaron para que puedas utilizar y superar dicha tendencia a aplazar tus compromisos pendientes:

  • Comprende tu conducta: reconoce y comprende tus patrones de procrastinación. Identifica las razones que se encuentran detrás de tu tendencia a posponer las tareas, como el miedo al fracaso, la falta de motivación o la ansiedad. 
  • Establece metas claras: define metas realistas para tus tareas. Divide las tareas grandes en tareas más pequeñas y alcanzables. Establecer metas específicas y medibles te ayudará a mantenerte enfocado y a seguir avanzando.
  • Planifica y organiza tus tareas: crea un plan detallado y lleva una agenda para tus tareas. Prioriza las tareas más importantes y asigna un tiempo específico para trabajar en ellas. Puedes hacer uso de herramientas como listas de tareas, calendarios o aplicaciones de gestión del tiempo para ayudarte a organizar tus actividades.
  • Elimina distracciones: identifica las distracciones que tienden a interrumpir tu concentración y trata de eliminarlas o minimizarlas. Por ejemplo, apaga las notificaciones del teléfono o de las redes sociales, encuentra un entorno de trabajo tranquilo y ordenado, y establece límites de tiempo para actividades no relacionadas con la tarea.
  • Utiliza técnicas de gestión del tiempo: puedes experimentar con diferentes técnicas de gestión del tiempo, como la técnica Pomodoro, donde trabajas en bloques de tiempo de concentración intensa seguidos de descansos cortos. 
  • Establece recompensas y consecuencias: motívate estableciendo recompensas para cuando completes tus tareas. Puedes darte un descanso, disfrutar de una actividad que te guste o darte un pequeño regalo. Además, establece consecuencias por si no cumples con tus tareas, como privarte de alguna actividad placentera.
  • Identifica los argumentos “permisivos”, contrólalos y actúa: Si piensas “no pasa nada por un día que me retrase, tengo tiempo”; “miro Instagram, solo cinco minutos”; “mañana empiezo”, estas validando la conducta procrastinadora. Planea y deja de lado las excusas. 
  • Asigna tiempos de descanso: al concluir cada una de las tareas realizadas. Si cada vez que finalizas alguna tarea que te has planteado haces un pequeño descanso, verás como “recuperas” fuerza física y mental. Recuerda que, el cansancio es un factor que multiplica el desinterés y reduce la capacidad de esfuerzo. Por lo que es importante establecer pequeños periodos de desconexión y descanso para ser más productivo.

Si has detectado que esta problemática se está saliendo de tu control, puedes solicitar ayuda psicológica en la que podrás aprender a gestionar tu tiempo de forma óptima. 

¿Cuéntanos, con qué estrategia emprenderás el cambio de esta semana?

 

Referencias

Cerezo, R., Fernández, E., Amieiro, N., Valle, A., Rosário, P., & Núñez, J. C. (2019). El papel mediador de la autoeficacia y la utilidad entre el conocimiento y el uso de estrategias de autorregulación del aprendizaje. Revista de psicodidáctica, 24(1), 1-8.

Díaz, J. (2019). Procrastinación: una revisión de su medida y sus correlatos. Revista Iberoamericana de Diagnóstico y Evaluación-e Avaliação Psicológica, 2(51), 43-60.

 

Enith Daniela Villota Guevara

Más Allá de la Fuerza Física

En el ámbito deportivo, el trabajo psicológico de los deportistas cada vez es más importante. 

El alto rendimiento demanda un gran trabajo mental por su parte, lo que implica que esta labor sea llevada a cabo en ocasiones por los mismos entrenadores, y en otras oportunidades por un psicólogo (especializado en deportes) para dirigir y sostener el apoyo psicológico del deportista.

De este modo, te presentamos los factores más importantes que componen estos procesos psicológicos, de acuerdo con la propuesta de Sánchez y León (2012): 

Motivación

Es un elemento importante para lograr adherencia (unión al proceso) y compromiso, ya que dirige la dirección, intensidad y persistencia. Las personas actúan movidas en los entornos de logro, tales como en el deporte, por la necesidad de mostrar competencia. Así mismo, la orientación motivacional de la persona (orientación a la tarea) marcan la disposición individual.

En el deporte, existen 2 tipos de motivación: la interna y la externa. La primera se refiere a las expectativas propias, ya sean objetivos, metas, posibilidad de disfrute del deporte o deseo de éxito. Mientras que la segunda tendrá que ver con factores como reconocimiento del público, el premio que se recibe, la fama, entre otros.

Concentración y Atención

El control de la atención debe ser uno de los objetivos a tener en cuenta en cualquier programa de entrenamiento psicológico y una habilidad que deberán perfeccionar tanto los deportistas como los entrenadores. La atención se define como el proceso psicológico que permite a un individuo establecer contacto con los estímulos (señal externa o interna capaz de causar una reacción) más relevantes de la situación en el momento presente, omitiendo aquellos que no son importantes.

La concentración se relaciona con el desarrollo de la primera fase de los procesos psicomotores de cualquier acción táctica (percepción y análisis de la situación), fase que interviene de manera importante en las restantes fases de la acción táctica (la solución de la tarea y la solución motora de la tarea táctica), así como en la focalización de la atención sobre una tarea que se desarrolla en el presente.

Personalidad y Autoconfianza

La personalidad es aquello singular del hombre, surge de lo individual que se relaciona con el medio ambiente con el que interactúa todo el tiempo; el practicar un deporte no modifica la personalidad. Generalmente acentúa algunos rasgos que ya están instalados en el individuo o que se van moldeando en el comienzo de la práctica deportiva.

En el caso de la autoconfianza es la percepción que tiene la persona sobre si su capacidad es suficiente para enfrentarse a terminar la tarea y si los resultados pueden ser positivos. Esta valoración que hacemos está basada en los pensamientos, sensaciones, sentimientos o experiencias sobre nosotros mismos y qué están en relación con la autoestima. Las características para valorar la autoestima pueden ser el aspecto físico, la personalidad, como me ven los demás, la relación con los demás, la personalidad, la realización de tareas cotidianas, el rendimiento personal o académico y el funcionamiento intelectual.

Liderazgo, comunicación y cohesión de grupo

El liderazgo es la capacidad de influenciar grupos en consecuencia de metas. Para ello hay que dar una definición de líder, pues es quien aporta de una u otra manera para el beneficio y consecuencia de las metas al interior del grupo. Por tanto, el líder es esa persona con carisma especial que vela por el grupo en toda situación y se convierte en el punto de referencia a seguir.

La comunicación es esa transmisión de información entre un emisor y un receptor, se dice que el lenguaje es una de las principales herramientas de comunicación de nuestra sociedad. El deporte es un espacio importante de socialización en el que actitudes, valores y comportamientos, tanto femeninos como masculinos, se encuentran claramente establecidos y diferenciados. Por lo tanto, la comunicación es una herramienta muy eficaz para romper con los estereotipos preestablecidos y dar paso a un ámbito deportivo basado en la búsqueda de igualdad entre hombres y mujeres.

Finalmente, hablamos de la cohesión de grupo, el cual es ese proceso dinámico en el que un grupo tiende a no separarse y permanecer unido en la búsqueda de sus metas y objetivos. Es dinámico, ya que siempre está cambiando, no es estático y puede hacerse o deshacerse. Por ello, uno de los objetivos que pretende el psicólogo del deporte suele ser que la cohesión dentro de un grupo o equipo sea lo más estable posible.

Al comprender estos factores, los atletas pueden no solo alcanzar sus objetivos, sino también superar desafíos con determinación. En última instancia el juego va más allá de la destreza física.

En síntesis, los procesos psicológicos que influyen en el rendimiento deportivo son fundamentales para comprender y potenciar el desempeño de los atletas. La gestión eficiente de la personalidad, la concentración, la autoconfianza y la motivación emerge como un componente esencial para el éxito en el ámbito deportivo. Al entender y nutrir los aspectos mentales del deportista, promueve el bienestar emocional y la satisfacción personal, contribuyendo así a una carrera deportiva duradera y gratificante.

 

Sara Gabriela Blanco Velasco

Practicante de psicología en ASCOFAPSI

 

Referencias

Sánchez, A., & León H. (2012). Psicología de la actividad física y del deporte. Hallazgos, 9(18), 189-205).

Juego Mental: Explorando la Psicología del Deporte

El mundo deportivo es un escenario lleno de desafíos físicos y mentales, donde la excelencia se mide en cada movimiento y cada decisión. En este mundo dinámico, la presión es palpable, los límites se desafían constantemente y la competencia es feroz. Desde el atleta de élite que enfrenta la intensidad de la competición hasta el aspirante que se esfuerza por superar sus propios límites, el mundo deportivo exige no solo habilidades técnicas y físicas excepcionales, sino también una fortaleza mental inquebrantable. 

Existe un área de la psicología que estudia los procesos tanto cognitivos (inteligencia, lenguaje, memoria, atención y percepción) como factores psicológicos (motivación, visualización, concentración, activación, autoconfianza entre otros) y la conducta de la persona dentro de la actividad deportiva (Caro, 2022). 

En Colombia, se evidencia la formalización de esta área en 1973 con el primer curso de psicología e integración. A partir de ese momento, esta área de la psicología empezó a tener su desarrollo y evolución. Sánchez y León (2012), proponen que la psicología del deporte está inmersa dentro de las ciencias del deporte, ya que es el estudio científico de los factores psicológicos que se relacionan con la participación y el rendimiento en el deporte, el ejercicio y otros tipos de actividad física en todas las personas de todas las edades. 

Los siguientes son los 2 grandes objetivos de esta área:

  • Aprender de qué modo los factores psicológicos pueden afectar el rendimiento físico de las personas.
  • Comprender la forma en la que la participación en el deporte y la actividad física afecta el desarrollo, el bienestar y la salud personal. 

Urrea, García y Barbosa (2023), explican que la psicología de la actividad física y el deporte se divide en varias líneas principales: Psicología del deporte aplicada, formación, investigación y ética.

Psicología del deporte aplicada

El psicólogo del deporte debe mejorar de forma constante las habilidades para ser un practicante efectivo. Se caracteriza por el desarrollo de alianzas de trabajo, la creación de metas claras, la implementación de intervenciones basadas en evidencia, y el logro o la reformulación de metas con el deportista. Asimismo, el objetivo de los programas de entrenamiento de habilidades psicológicas es ayudar a los atletas a practicar de manera sistemática y constante las habilidades psicológicas con el fin de mejorar el rendimiento, aumentar el disfrute y lograr una mayor autosatisfacción con el deporte y la actividad física

Formación

Se debe generar una tendencia positiva en el diseño de planes de estudio que reflejen la naturaleza interdisciplinaria de la psicología deportiva para preparar profesionales interdisciplinares. Igualmente, generar una reglamentación específica con respecto al ejercicio de la psicología del deporte y a la forma que certifique la cualificación y el posterior ejercicio, ya que en Colombia no se cuenta con esta.

Investigación

Se busca avanzar en conocimiento sobre el qué y el cómo podemos ayudar de mejor manera a los atletas, entrenadores y equipos. Por ello, se busca que el trabajo de preparación de leer e interpretar la evidencia de la investigación actual sea razonablemente eficiente en términos de tiempo, permitiendo la expansión del conocimiento científico de la profesión basado en la evidencia e impactando en mayor medida. 

Ética

Dentro del campo se cuentan con desafíos y consideraciones éticas dados los roles y servicios que se brindan al atleta. La confidencialidad puede ser un reto dado que no solo se trabaja con el deportista, sino con el entrenador, el club, el director deportivo, entre otros. La supervisión ética es un elemento importante en la educación continua de todos los psicólogos deportivos que permite mejorar la responsabilidad ética, la respetabilidad y el control de calidad efectivo del servicio en el campo del deporte.

Si tienes interés en esta área de la psicología, te invitamos a consultar nuestras referencias.

 

Sara Gabriela Blanco Velasco

Practicante de psicología en ASCOFAPSI

 

Referencias

Urrea, A., García, J., & Barbosa, G. (2023). La psicología de la actividad física y del deporte.  Avances en Colombia entre 2008 y 2020. En Herrera y Tabares (Eds.), Psicología de la actividad física y el deporte Formación y aplicación en Colombia. Editorial ASCOFAPSI. 

Caro, N. (2022). Breve reseña de la Psicología del Deporte en el mundo, RETROSPECTIVA. [BOLETINES COLPSIC, Boletín 1]. https://www.colpsic.org.co/wp-content/uploads/2022/08/28-1-16-Boletin-Deporte_001-2014.pdf 

Sánchez, A., & León H. (2012). Psicología de la actividad física y del deporte. Hallazgos, 9(18), 189-205).

¿Son las Sustancias Psicoactivas una Amenaza para Nuestro Cerebro?

El cerebro es el órgano más complejo del cuerpo humano. Es responsable de lo que pensamos, memorizamos, aprendemos, cómo nos expresamos, sentimos e incluso el movernos o hasta respirar. Su capacidad para procesar información, almacenar recuerdos y coordinar funciones vitales es lo que lo hace esencial. Sin embargo, no somos conscientes del daño que podemos causarle. 

El consumo de sustancias psicoactivas (SPA) puede causar un gran daño a nuestro cerebro, produciendo alteraciones en el aprendizaje, la memoria o la toma de decisiones. Díaz (2018), menciona qué, dependiendo de la sustancia que se consuma, se ven ciertas alteraciones en las principales funciones del cerebro, como, por ejemplo:

  • El cannabis produce cambios en la memoria a corto plazo (sucesos recientes), la inhibición (impedir) la atención y la velocidad en la que se hace el procesamiento de la información.
  • Con la cocaína, hay deficiencia en la atención, la memoria verbal (recordar palabras durante un breve periodo de tiempo) y las funciones ejecutivas (actividades más complejas de realizar como organizar, planificar, regular, revisar o evaluar el comportamiento para adaptarse).
  • Las metanfetaminas están relacionadas con afectaciones en la capacidad de decir dónde está un objeto, así como conocer su distancia. También hay afectaciones en la memoria a largo plazo, las funciones ejecutivas o las habilidades motoras (movimiento que realizamos con los músculos para llevar a cabo una acción).
  • En el caso de opiáceos y la heroína, pueden afectar los procesos de inhibición, impulsividad, toma de decisiones y planificación, así como la velocidad en la atención, memoria operativa (encargada de los procesos cognitivos complejos, entre ellos la comprensión y producción del lenguaje).
  • El tabaco produce un rendimiento menor en la memoria auditiva-verbal, memoria operativa, funciones ejecutivas, velocidad de procesamiento de la información, flexibilidad cognitiva (capacidad de darnos cuenta de que lo que estamos haciendo no funciona) y estabilidad de la postura (Merchán, Ribeiro y Alameda, 2019).
  • En cuanto al alcohol, hay afectaciones en la atención sostenida, memoria episódica verbal y visoespacial, planificación, flexibilidad cognitiva y toma de decisiones. 

Cabe resaltar que, estas afectaciones por el consumo de SPA se presentan por un consumo excesivo o ya bien, una adicción. Y por ello, es importante identificar qué factores pueden llevar al consumo de SPA. Cabuya (2017), menciona algunos factores como la genética, la sensación que producen, la presión social, el estado emocional o algunas alteraciones en el estado del ánimo como estrés, ansiedad o depresión u otros problemas.

Cuidar de nuestra salud implica la promoción de la misma y el bienestar en general. Más allá de los efectos inmediatos que estas sustancias provocan en el cuerpo, el cerebro se convierte en el protagonista de este escenario. Al prevenir el uso de SPA, no solo evitamos los riesgos físicos que se presentan, sino también protegemos a nuestro cerebro de posibles daños o pérdidas. El impacto de las sustancias psicoactivas puede ser devastador, afectando la cognición, la memoria y la toma de decisiones. La prevención, mediante la educación y la concienciación, se convierte en un acto relevante para preservar la salud mental y emocional, permitiendo a las personas desarrollar al máximo su potencial cognitivo y emocional sin las interferencias perjudiciales de las SPA.

 

Sara Gabriela Blanco Velasco

Practicante de psicología en ASCOFAPSI

 

Referencias

Cabuya, C. (2017). Las drogas y la neuropsicología. Revista Neuronum, 3(1), 98.

Díaz, B. (2018). Desempeño de las funciones cognitivas en jóvenes entre los 18 a 24 años de edad con consumo de sustancias psicoactivas en el municipio de Sibaté. (Doctoral dissertation, Corporación Universitaria Minuto de Dios).

Merchán-Clavellino, A. Ribeiro, B., & Alameda-Balén, J. (2019). Descripción de los efectos neuropsicológicos en la adolescencia asociados al consumo de alcohol y/o tabaco.

La Ciencia de Nuestro Cerebro: Neuropsicología para Todos

¿Alguna vez has pensado cómo funciona tu cerebro y cómo influye en tus pensamientos, emociones y comportamientos? ¿Te has preguntado por qué sentimos, pensamos y actuamos de ciertas maneras? ¿Qué sucede en nuestro cerebro cuando tomamos decisiones, recordamos momentos especiales o enfrentamos desafíos?

Existe un área de la psicología que se encarga de estudiar la relación entre el funcionamiento cerebral y el comportamiento humano y que da respuesta a los interrogantes mencionados anteriormente. 

Arango, Rivera y Calderón (2015), mencionan que esta área ha tenido una gran expansión con la creación de maestrías, especializaciones y cátedras. De igual modo, se ha evidenciado un aumento en programas de formación profesional en el país, existiendo alrededor de 11 posgrados y 16 cursos en el país; centros especializados para atender a personas con un daño cerebral, gremios y asociaciones profesionales y el número de actividades académicas. 

Martínez (2015), menciona que la neuropsicología se divide en 2 grandes campos de acción, la neuropsicología básica o fundamental y la neuropsicología clínica, las cuales te explicamos a continuación. 

Neuropsicología Básica o Fundamental

Es la encargada de estudiar las relaciones del comportamiento y el cerebro en personas neurológicamente sanas. Es decir, se enfoca en la investigación y el estudio de las funciones cognitivas y emocionales normales del cerebro. Se centra principalmente en entender cómo funcionan las diferentes áreas cerebrales en personas sin trastornos neurológicos o lesiones cerebrales. 

Los neuropsicólogos básicos investigan aspectos como la memoria, la atención, el lenguaje, el razonamiento, la percepción y otras funciones cerebrales normales; cómo se desarrollan, cómo se relacionan entre sí y cómo evolucionan a lo largo de la vida. Igualmente, aporta conocimientos fundamentales que son la base para comprender las disfunciones cerebrales en la neuropsicología clínica.

Neuropsicología Clínica

Se centra en la aplicación práctica de principios y métodos de la neuropsicología para evaluar, diagnosticar rehabilitar y estimular trastornos neurológicos y lesiones cerebrales tanto en niños como en adultos. 

Los neuropsicólogos clínicos trabajan con pacientes que presentan condiciones neurológicas, como traumatismos craneoencefálicos, enfermedades cerebrales, ictus (o accidente cerebrovascular), demencia y otros trastornos del sistema nervioso central. Se utilizan pruebas neuropsicológicas para evaluar el funcionamiento cognitivo y emocional de los pacientes, lo que ayuda en el diagnóstico y el desarrollo de planes de tratamiento específicos.

Así mismo, juega un papel crucial en la rehabilitación de individuos con trastornos neurológicos, ayudándoles a recuperar funciones perdidas o a aprender estrategias para compensar las limitaciones causadas por sus afecciones.

 

¿Cuáles son los requisitos y competencias que deben cumplir quienes deseen desempeñarse en el área de la neuropsicología?

 

El Colegio Colombiano de Psicólogos (COLPISC) menciona que, para poder desempeñar en la neuropsicología, se debe poseer una formación académica sólida en temas propios del área, estar en capacidad de diseñar y realizar investigaciones de acuerdo con las normas mundialmente aceptadas para la generación de conocimiento científico. Adicionalmente, se debe tener la capacidad de establecer diálogo académico con miembros de la comunidad científica en general, siendo poseedor de una gran rigurosidad metodológica que asegure que su trabajo además de profesional sea generador de conocimiento relevante. 

De igual manera, debe desarrollar competencias clínicas para la evaluación, el diagnóstico y la intervención que le permitan analizar las problemáticas y necesidades requeridas para generar soluciones por medio de la investigación aplicada, poniendo en práctica su capacidad de análisis, abstracción y síntesis de datos clínicos para hacer una evaluación adecuada que permita un diagnóstico coherente y tomar decisiones terapéuticas, que orienten al paciente y a su entorno familiar, laboral y social.

Para mayor información consultar los enlaces que se encuentran en las referencias

 

Sara Gabriela Blanco Velasco

Practicante de psicología en ASCOFAPSI

 

Referencias

Arango, J., Rivera, D., & Calderón, J. (2015). Neuropsicología en Colombia: Datos normativos, estado actual y retos a futuro. [BOLETINES COLPSIC, Boletín 03]. https://www.colpsic.org.co/wp-content/uploads/2022/08/Boletines-Colpsic-003-Campo-de-Neurociencia-y-Psicobiologia.pdf 

Colegio Colombiano de Psicólogos (COLPISC). (s.f.). Campos disciplinares y profesionales. https://www.colpsic.org.co/campos/campos-disciplinares-y-profesionales/

Martínez, A. (2015). El Rol de la Neuropsicología en la Discapacidad Intelectual y del Desarrollo. [BOLETINES COLPSIC, Boletín 03]. https://www.colpsic.org.co/wp-content/uploads/2022/08/Boletines-Colpsic-003-Campo-de-Neurociencia-y-Psicobiologia.pdf

Entre Paredes y Posibilidades: Entornos Educativos desde Psicología Ambiental

Loris Malaguzzi, maestro y pedagogo italiano, menciona 3 factores que posibilitan el aprendizaje. Como primer factor se encuentran padres, adultos y maestros; el segundo factor son los pares y compañeros; y el tercer factor, denominado como “el tercer maestro”, es el lugar donde se da la experiencia de aprendizaje, ya que el entorno influye en cómo los niños adquieren el conocimiento (Páramo y Burbano, 2020).

Se ha encontrado que el lugar en el que estamos afecta cómo nos sentimos. Situaciones como estar en un lugar lleno de gente, ruido, temperatura incómoda o sin contacto con la naturaleza pueden afectarnos. Lo mismo sucede con los lugares donde se aprende tales como colegios o universidades. Si los salones de clases están mal diseñados, con tableros mal colocados, muebles incómodos o una mala iluminación, eso puede afectar negativamente el comportamiento de quienes se encuentran allí.

Mokhtar y otros autores (2016) hacen alusión al impacto de las condiciones físicas del ambiente en el que adquirimos conocimiento. El entorno influye en las personas y en cómo aprenden, pero es difícil determinar de qué modo y cómo medir su influencia. De este modo, se sugiere cambiar la forma en que se ven y utilizan los espacios (como salones de clases, áreas de estudio, etc.) en el contexto de la educación. En lugar de considerarlos simplemente como lugares físicos para contener a los estudiantes, se propone pensar en ellos como herramientas activas y efectivas para mejorar el proceso educativo. La idea es aprovechar al máximo esos espacios, transformándolos en instrumentos valiosos que contribuyan significativamente a la enseñanza y el aprendizaje.

Aquí te mencionamos los elementos esenciales que mencionan los autores para tener buenos entornos de aprendizaje al momento de su construcción y adaptación:

  1. Proporciones del espacio: Las proporciones del entorno de aprendizaje también influyen. En diversos estudios se ha encontrado que los techos altos animan a pensar con mayor libertad ayudando a pensar en términos de conceptos generales, patrones o principios, más que en situaciones específicas. A diferencia de los techos bajos que posibilitan el desarrollar un pensamiento más minucioso y exacto. Por ello se proponen pautas para el diseño de los espacios educativos, recomendando techos altos para las zonas comunes o recepción y techos bajos para las zonas donde se desarrollan actividades que exigen reflexión.
  2. Iluminación del Entorno: La luz natural permite que haya un mejor resultado en los alumnos. Las aulas con baja intensidad de luz hacen que se presenten alteraciones en los niveles de cortisol, una hormona regulada por los ritmos circadianos del organismo. Los niños que no duermen suficientes horas y desarrollan su actividad escolar en aulas con iluminación deficiente pueden sufrir descompensaciones como malestar general e irritabilidad, dolor de cabeza, dificultad para concentrarse, lapsus verbales y de memoria. Esto explica los problemas de aprendizaje que presentan algunos niños en aulas con malas condiciones de iluminación o donde se usaban pizarras digitales de forma intensiva. La iluminación de los entornos educativos es crítica porque inspira seguridad; cuando esta es deficiente, se pueden experimentar sensaciones de ansiedad y estrés. 
  3. Ubicación y Relación con el Exterior: La sobrecarga de estímulos de la ciudad afecta a nuestra atención y nos provoca un sobreesfuerzo y fatiga mental. La naturaleza, por el contrario, ejerce una labor restauradora al concentrar al mínimo los estímulos, reduciendo la carga de la atención y aumentando la agudeza mental. Desviar la vista hacia el exterior a través de la ventana es considerado tradicionalmente como distracción. Sin embargo, cambiar la atención durante unos instantes a objetos naturales situados a una distancia de 15 metros, relaja la vista y ayuda al cerebro a recuperar su capacidad de concentración. La incorporación de la naturaleza enriquece las tres dimensiones: física, cultural y emocional en las comunidades educativas. 

 

La importancia de proporcionar entornos adecuados para el aprendizaje se revela como un factor crucial en el desarrollo integral de individuos, especialmente en el ámbito educativo. La investigación ha destacado consistentemente cómo factores como el diseño adecuado de espacios, la iluminación efectiva, la inclusión de elementos naturales y la disposición funcional del mobiliario no solo influyen en la calidad del aprendizaje, sino que también impacta directamente en el bienestar emocional y el rendimiento académico de los estudiantes. 

Un entorno educativo bien diseñado no solo facilita la absorción de conocimientos, sino que también fomenta actitudes positivas hacia el aprendizaje y contribuye al desarrollo de habilidades socioemocionales fundamentales. 

 

Sara Gabriela Blanco Velasco

Practicante de psicología en ASCOFAPSI

 

Referencias

Mokhtar, F., Jiménez, M., Heppell, S., & Segovia, N. (2016). Creando espacios de aprendizaje con los alumnos para el tercer milenio. Bordón: revista de pedagogía.

Páramo, P., & Burbano, A. (2020). El tercer maestro: la dimensión espacial del ambiente educativo y su influencia sobre el aprendizaje. Universidad Pedagógica Nacional.

Ambientes Saludables, Mentes Saludables: Conociendo la Psicología Ambiental

¿Alguna vez te has puesto a pensar en cómo el lugar en el que vives, trabajas o pasas tu tiempo libre afecta tu estado de ánimo y tus decisiones? 

Sabías que hay un área de la psicología qué comprende cómo los entornos físicos influyen en nuestro comportamiento y bienestar. 

¿Habías escuchado hablar de la psicología ambiental?

La psicología ambiental es una disciplina reciente la cual estudia la relación entre el ambiente físico, la conducta y la experiencia humana. Se centra en cómo las personas perciben, experimentan y se comportan en ambientes específicos. Millán y Sierra (2022), explican que la psicología ambiental ha llamado la atención porque incluye un componente teórico y uno práctico para lograr la mejora en las relaciones humanas con el medio ambiente, otras especies y el planeta.

Algunas de las preguntas que busca responder esta área de la psicología son: ¿Cómo nos sentimos con respecto a los lugares? ¿Cuánto valoramos un lugar? ¿Cómo nos adueñamos de los espacios? ¿Cuánto sabemos sobre nuestro entorno? ¿Cómo las personas se adaptan a diferentes situaciones? ¿Cómo evaluamos los riesgos relacionados con el medio ambiente?

Algunos enfoques de la psicología ambiental se centran más en la persona y otros en el medio ambiente. Sin embargo, todos buscan entender las complejas relaciones entre la persona y lo construido, lo natural, y los entornos a su alrededor (Millán y Sierra, 2022). 

Para profundizar, algunos de los factores relevantes dentro de la psicología ambiental como lo son (Chávez, 2020):

 

  • Factores Atmosféricos: Incluye factores climáticos que inciden en el estado de las personas a nivel emocional, físico e intelectual, así como en su conducta, como por ejemplo la temperatura, estar expuestos a temperaturas distantes de la óptima puede generar malestar físico y psicológico. 
  • Factores de Luminosidad: La luz es un elemento fundamental para la orientación de organismos en su medio, que se manifiesta de diferentes formas. Generalmente, esta variable está vinculada con el rendimiento en el trabajo, y cómo lo afecta negativamente. 
  • Factores Acústicos:  El tráfico, el hacinamiento, entre otros factores, contribuyen a las problemáticas acústicas dentro de la ciudad, y las dificultades de relación entre la persona y su entorno, donde el sonido tiene un rol fundamental. El ruido puede generar pérdidas auditivas, especialmente en ambientes laborales.

La psicología ambiental es una disciplina en constante evolución, desempeñando un papel crucial en la comprensión de la relación entre las personas y su entorno. A medida que avanzamos hacia un futuro en el que el equilibrio entre la naturaleza y la sociedad es esencial, la psicología ambiental se convierte en un aliado fundamental en la búsqueda de un mundo más saludable y sostenible. Al considerar cómo los lugares que habitamos, trabajamos y exploramos afectan nuestra vida cotidiana, nos damos cuenta de que cuidar de nuestro entorno es cuidar de nosotros mismos.

 

Sara Gabriela Blanco Velasco

Practicante de psicología en ASCOFAPSI

 

Referencias

Chávez, M. (2020). Psicología ambiental. (Doctoral dissertation, Universidad Peruana Cayetano Heredia).

Millán-Otero, K., & Sierra-Barón, W. (2022). Tendencias de investigación en Psicología Ambiental. Una revisión sistemática cualitativa (2009–2020). En Sierra-Barón, Millán-Otero y Navarro (Eds.), PSICOLOGÍA AMBIENTAL, Volumen II. Experiencias, diálogos y perspectivas de investigación (pp. 64-84). Editorial ASCOFAPSI.

Riesgos de la Salud Mental en la Milicia

Durante la vida militar, los militares están expuestos a una serie de experiencias que pueden aumentar el riesgo de problemas de salud mental, tales como exposición a la violencia y el trauma, la separación de la familia y los amigos, los cambios en el estilo de vida y los factores personales, el consumo de sustancias, la depresión, el estrés postraumático, matoneo dentro de la fuerza, resiliencia, ansiedad y manejo de la ira (Sanchez, Escarria, Lara, Rodríguez y Garavito, 2019).

¿Cuáles son las afectaciones psicológicas más comunes de los militares?

Encontramos que las principales afectaciones son el Trastornos de Estrés Postraumático y el Suicidio, aquí te los explicamos.

Trastorno de Estrés Postraumático 

Debido a que dentro de las tareas se encuentran las operaciones en el escenario bélico, muchos se enfrentan al combate en territorio, siendo un contexto que incide como factor de riesgo por hechos de violencia como asesinato de civiles, desapariciones forzadas, masacres, secuestros y todo tipo de actos violentos causados por la guerra (Cortes y Zapata, 2022).

El Trastorno de Estrés Postraumático puede desarrollarse después de experimentar o presenciar un evento traumático. Los síntomas del TEPT pueden incluir:

  • Flashbacks.
  • Pesadillas recurrentes.
  • Ansiedad.
  • Dificultad para dormir.
  • Desapego hacia la familia o amigos. 
  • Deterioro físico.
  • Aparición de sentimientos depresivos.

 El TEPT puede causar alteraciones físicas y psicológicas que afectan la calidad de vida, dado que se presenta pánico ante ciertas señales del entorno como lo son olores, sonidos o imágenes. El TEPT en Colombia, es una de las alteraciones en la salud mental que más afectan personal militar activo, de reserva y veteranos, debido a situaciones de guerra y conflicto armado. 

Suicidio

El suicidio en el contexto militar se ha convertido en foco de atención debido a los riesgos que continuamente vive el personal que se encuentran en las fuerzas militares. En las estadísticas de medicina legal en Colombia, en los últimos años el suicidio se ha incrementado en un 60%. Charris y otros autores (2022), mencionan que el sistema médico legal colombiano establece que el suicidio se da en mayor medida en el sexo masculino, evidenciando diferencias en cuanto al intento suicida por géneros, esto nos brinda claves para el estudio de la conducta suicida, dentro de la cual se debe analizar:

  • Edad.
  • Género. 
  • Estado civil. 
  • Condiciones socioeconómicas.
  • Presencia de condiciones médicas generales.
  • Consumo de alcohol
  • Abuso de sustancias médicas y alucinógenas.
  • Comorbilidad psiquiátrica.
  • Trastorno en el estado de ánimo.
  • Comportamiento suicida previo.

Teniendo en cuenta la incidencia de estas problemáticas, en Colombia se presentan varias rutas de atención a militares víctimas del conflicto, con el fin de dar solución a estas problemáticas y así tener presentes los diferentes programas de prevención. Es importante empezar por prevención de los signos de suicidio, depresión, estrés, entre otros factores de riesgo. Para iniciar se recomienda realizar ejercicios de identificación de emociones en los militares, para que la persona sepa cuándo se está sintiendo mal y poder así actuar.

La importancia de cuidar la salud mental en el ámbito militar es fundamental. Quienes enfrentan situaciones extremas y altos niveles de estrés en sus misiones, pueden tener repercusiones en su bienestar emocional y psicológico. Mantener una buena salud mental no solo beneficia al individuo, sino que también es esencial para beneficiar a las familias de los mismos. 

 

Sara Gabriela Blanco Velasco

Practicante de psicología en ASCOFAPSI

 

Referencias

Charris, V., Linero, L., Ramos, M., Cortés, O., & Jiménez, A. (2022). Salud mental y percepción del riesgo suicida en militares activos del Ejército Colombiano: Una Revisión Sistemática.

Cortes, A., & Zapata, Y. (2022). Trastorno de estrés postraumático (TEPT) en personal de las fuerzas militares.

Sanchez, W., Escarria, L., Lara, C., Rodriguez, A., & Garavito, C. (2019). Riesgo psicosocial y salud mental en combatientes colombianos.

Mentes de Acero: Explorando la Psicología Militar

El ambiente en el ejército es complicado debido a varias razones. En primer lugar, porque tienen una estructura jerárquica muy estricta, lo que significa que cada persona tiene un lugar y un rango específico. Segundo, los militares siguen un conjunto de reglas y valores éticos que les dicen cómo deben comportarse. Por último, las tareas y trabajos que realizan los militares requieren un esfuerzo físico y mental considerable, lo que hace que su vida laboral sea demandante. 

Existe un área de la psicología que se especializa en el estudio del comportamiento en el contexto militar.

La psicología militar es un área de la psicología dedicada a la investigación y la aplicación de metodologías para el abordaje de problemáticas relacionadas con la salud mental de los militares y sus familias, dadas las circunstancias y factores que influencian y caracterizan la vida en la milicia; así como la investigación, el desarrollo de procesos de gestión de recursos humanos y enseñanza y consultoría (Loaiza y Posada, 2016).

¿Y cómo se relacionan psicología y la milicia? 

La psicología militar se compone principalmente de cuatro áreas de actividad dentro de su contexto:

  • Área Clínica: Se encuentra enfocada principalmente en oficiales activos, oficiales retirados y sus familias. Se centra en la evaluación, la promoción del cuidado de la salud mental, así como realizar terapias en grupo, acompañamiento en la transición a la vida civil e indagar acerca de los efectos de participar en operaciones de despliegue militar de combate. Sin embargo, se busca crear nuevos abordajes en temas de trastorno de estrés postraumático (TEPT), depresión, ansiedad y otras problemáticas relacionadas con el estrés. 
  • Área de Selección de Personal: Es uno de los procesos más estudiados particularmente por las altas expectativas en el ejército, el gran número de personas que se unen cada año y que los nuevos reclutas tengan ciertos comportamientos al ser seleccionados como militares y oficiales. Con base en los procesos de selección y clasificación de personal militar se tienen en cuenta rasgos relacionados con capacidades, actitudes de liderazgo y de personalidad. 
  • Área de Formación e Investigación: Dentro de esta área, en el contexto militar se encuentra gran diversidad de temáticas, como lo es el acoso laboral, estudios de estereotipos de raza y género y resiliencia. A su vez, el aumento de la participación de mujeres en el contexto militar ha generado la necesidad de desarrollar más investigaciones al respecto, ya que existen factores como el acoso sexual, la discriminación, la calidad de vida, las diferencias a la hora de entrenar, entre otros.
  • Área Operativa: Es un área de aplicación de la psicología militar, donde el profesional representa un apoyo y toma acciones a seguir en la preparación y desarrollo de operaciones militares de combate. Los psicólogos operativos trabajan en tres áreas principales en el ejército: ayudan en cuestiones de seguridad nacional, trabajan en inteligencia militar y colaboran en programas para aplicar y hacer cumplir la ley. En lo que respecta a la seguridad nacional, los psicólogos operativos utilizan su conocimiento para entender mejor cómo funciona la mente de las personas que están involucradas en actos de terrorismo, incluyendo su personalidad, intenciones y motivaciones.

En Colombia, la psicología militar es una disciplina esencial para la seguridad nacional. Los psicólogos militares ayudan a garantizar que las fuerzas armadas sean eficientes, efectivas y que sus miembros estén protegidos y apoyados. Es una disciplina en constante evolución. A medida que las amenazas a la seguridad nacional cambian, los psicólogos militares continúan desarrollando nuevas formas de ayudar a las fuerzas armadas a proteger a su país.

 

Sara Gabriela Blanco Velasco

Practicante de psicología en ASCOFAPSI

 

Referencias

Ardila, U. (2016). Labores de las y los Psicólogos Militares en el Ejército Nacional. [BOLETINES COLPSIC, Boletín 11]. https://www.colpsic.org.co/wp-content/uploads/2022/08/Boletines-Colpsic-011-Campo-de-Psicologia-Militar.pdf 

Loaiza, O., & Posada, J. (2016). Psicología militar: Conceptualización e investigaciones contemporáneas. PSIENCIA. Revista Latinoamericana de Ciencia Psicológica, 8(2), 1-20.

Cuando el Trabajo Quema: Conociendo el Síndrome de Burnout

¿Alguna vez has te has sentido “quemado” por el trabajo?

En la actualidad, el estrés se ha convertido en una consecuencia que repercute en nuestro día a día a nivel personal y profesional, afectando nuestra salud y bienestar.

Seguramente se trate de El Síndrome de Burnout, el cual se describe como un desgaste laborar progresivo, el cual empieza con niveles prolongados de estrés laboral, los cuales se evidencian por tensión, irritabilidad o tensión. Usualmente está asociado a condiciones de alta implicación, es decir, a aquellos profesionales que requieren y se encuentran en un alto contacto directo con las personas (Lauracio y Lauracio, 2020). 

Carrillo, Gómez, & Espinoza (2012) mencionan las características componentes que integran principalmente el síndrome:

  • Agotamiento emocional: se refiere a situaciones en que ya combina fatiga emocional, física y mental con falta de entusiasmo y sentimientos de impotencia e inutilidad.
  • Despersonalización: se manifiesta con sentimientos negativos, actitudes y conductas de cinismo hacia las personas con las que se trabaja, en ocasiones se puede ver a la persona como “deshumana” dado la rigidez afectiva.
  • Baja realización personal: es la tendencia a evaluarse negativamente, afectando las habilidades en la realización del trabajo y la relación con las otras personas. Se suele sentir un descontento consigo mismo e insatisfacción con los resultados laborales.

El Síndrome puede presentar algunas de las siguientes afectaciones en el entorno de trabajo:

  • Baja regulación emocional: Existe una probabilidad de que disminuya la empatía, resultando en un trato distante y en un mal manejo de las emociones y de la información que se transmite.
  • Actuación en automático: Donde se llevan a cabo ciertas acciones sin ser plenamente consciente de lo que se está haciendo.
  • Agotamiento físico o cansancio: Mostrando signos del propio estado de agotamiento, llevando a irritación constante.
  • Impulsividad: La persona pasa a la acción a través de respuestas de enojo, confrontaciones reiteradas con colegas y maltrato al personal.
  • Desmotivación: se presenta falta de iniciativa y constancia en las tareas de equipo, ausencias, impuntualidad y poca participación o no inclusión en proyectos.

Para prevenir el desgaste laboral o Síndrome de Burnout, Caballol y otros autores (2021), mencionan algunas medidas dentro del lugar de trabajo con el fin de tener entornos donde sea primordial el cuidado y garantizar la salud mental de los trabajadores:

  • Motivar a tener hábitos de autocuidado, ya que es esencial priorizar el propio bienestar y permite cuidar de sí mismo y de los demás. Es recomendable mantener hábitos saludables como comer bien, realizar ejercicio, prestar atención a la cantidad y calidad del sueño, aminorar el cansancio tomando algunos descansos cortos en el trabajo y en casa, darse la posibilidad de exponerse breves periodos al sol y/o salir al aire libre, leer libros y compartir con la familia.
  • Crear una atmósfera de equipo amigable, brindar apoyo al personal y reducir la carga emocional en entornos estresantes. Por ejemplo, es muy conveniente elaborar un informe periódico, dirigido a todo el equipo de manera que las personas del lugar de trabajo conozcan el ambiente al cual se verá enfrentado al iniciar su jornada.
  • El apoyo social es un factor importante que ayuda a aliviar el estrés. Brindar ánimo entre compañeros y generar espacios donde se puede discutir, compartir los sentimientos y experiencias con los compañeros de manera oportuna, desahogar las emociones negativas, y lograr una compresión entre pares ayuda a prevenir el agotamiento.
  • Las habilidades comunicativas son un pilar que ayuda a combatir el estrés, de manera clara, regular y honesta, y en relación a los distintos grupos con los que se relaciona los trabajadores como pueden ser pacientes, compañeros de trabajo, familia o amigos.

Reconocer los signos de agotamiento, abordar el estrés laboral de manera saludable y mantener un equilibrio entre el trabajo y la vida personal son pasos esenciales para prevenir el burnout. Al tomar medidas proactivas y fomentar un ambiente de trabajo que promueva el bienestar, podemos contribuir a la salud mental y física de los empleados, mejorando la calidad de vida en el ámbito laboral y, en última instancia, la sociedad en su conjunto.

 

Sara Gabriela Blanco Velasco

Practicante de psicología en ASCOFAPSI

 

Referencias

Caballol, F., Flores, A., Guerra, J., Morales, F., & Reynaldos, K. (2021). Prevención del Síndrome de Burnout en enfermería en pandemia COVID-19: Una revisión sistemática. Revista de Salud Pública, 26(2), 48-59.

Carrillo, R., Gómez, K., & Espinoza, I. (2012). Síndrome de burnout en la práctica médica. Medicina interna de México, 28(6), 579-584.

Lauracio, C., & Lauracio, T. (2020). Síndrome de Burnout y desempeño laboral en el personal de salud. Revista Innova Educación, 2(4), 543-554.

La Psicología Organizacional y su Aplicación en el Mundo Laboral

Los psicólogos tienen distintas funciones dependiendo del área en el que se desempeñen. 

El rol del psicólogo en el área organizacional se ha convertido en un campo importante en el mundo laboral moderno dado que se busca optimizar el rendimiento de las personas y las empresas.

Según el Boletín No. 15 del Colegio Colombiano de Psicólogos (COLPSIC), en el mundo del trabajo, el psicólogo tiene un papel importante en la calidad de vida de los colaboradores dentro de la organización. Principalmente los fenómenos que aborda se relacionan con: procesos de selección y contratación, análisis y descripción de cargos, valoración del desempeño, capacitación, entre otros. Estos procesos están directamente relacionados con las personas que pertenecen al mundo laboral. 

El objetivo de la psicología organizacional es generar un pensamiento que permita al trabajador desarrollarse integralmente, es decir, un desarrollo pleno en sus dimensiones (física, social, emocional, espiritual y mental). Cuando hablamos del desarrollo del potencial humano, nos referimos a que cada persona trae consigo habilidades que ya tiene y puede descubrir a medida que trabaja en un contexto organizacional.

Si se entiende que los trabajadores tienen talentos internos potenciales, entonces valorarlos se convierte en el factor más importante para el crecimiento de las empresas. La forma en que la empresa funciona también afecta a los empleados, y viceversa, por eso, es fundamental que la organización se enfoque en el desarrollo de las personas desde el principio.

De igual modo, mejorar la calidad de vida del trabajador es un factor que directamente le compete al psicólogo organizacional, ya que las políticas actuales exigen a las empresas velar por seguridad y salud laboral, lo señala como un factor de riesgo para los trabajadores. 

Es por ello que Álvarez, Estrella y Rosas (2018), mencionan que el rol del psicólogo en las organizaciones es clave por varias razones: 

  • Ayuda a mejorar el rendimiento y la productividad, ya que busca que cada empleado se encuentre en el puesto más adecuado de acuerdo a sus habilidades y potencial
  • Capacita de manera efectiva a los trabajadores, creando un entorno que los motive, así como reducir el estrés laboral, los conflictos y el absentismo (abandonar el desempeño de las funciones o no acudir al lugar de trabajo).
  • Mejora del clima laboral, creando un ambiente saludable y positivo, contribuyendo al bienestar de los empleados.
  • Promueve la salud mental en el trabajo, se preocupa por el bienestar de los empleados.  
  • Ayuda a abordar y resolver conflictos laborales de manera constructiva, lo que promueve un ambiente armonioso y evita problemas más graves. 
  • Gestiona el cambio, ayudando a introducir procesos o nuevas tecnologías.
  • Fomenta prácticas éticas en la toma de decisiones empresariales, ya que es fundamental en la responsabilidad social y corporativa. 

Para concluir, la psicología organizacional desempeña un papel vital en la mejora de la eficiencia y el bienestar en el lugar de trabajo, lo que a su vez contribuye al éxito y la sostenibilidad de las organizaciones en un entorno empresarial cada vez más competitivo y en constante cambio. Comprender y explicar cómo factores individuales, grupales y organizacionales influyen en el comportamiento de las personas en el trabajo permite una mejora en el desarrollo del empleado como de la organización. 

 

Sara Gabriela Blanco Velasco

Practicante de psicología en ASCOFAPSI

 

Referencias

Colegio Colombiano de Psicólogos [COLPSIC]. (Junio, 2016). Campo de Psicología de las Organizaciones y del Trabajo, Reto del psicólogo organizacional. [BOLETINES COLPSIC, Boletín 15].

Álvarez, L., Estrella, B., & Rosas, S. (2018). Rol del Psicólogo Organizacional en la gestión de Talento Humano. PODIUM, (33), 79-90.

Adolescencia: Problemáticas más Comunes y qué hacer para Prevenirlas

¿Te has preguntado por qué, en ocasiones, los adolescentes pueden llegar a tener adicciones? ¿O por qué hay embarazos a tan temprana edad? ¿O qué un adolescente tenga depresión?

Estas circunstancias se desencadenan por factores de riesgo.

¿Y qué son los factores de riesgo?

Seguramente hemos escuchado de ellos, pero no tenemos clara su definición. Gómez (2008), menciona que los factores de riesgo son aquellas cualidades o atributos que están unidos a una mayor probabilidad de producir un daño a la salud, incrementando la probabilidad de conductas problemáticas.

¿Cuáles son algunos de los factores de riesgo dentro de la familia? 

La familia es la dimensión que puede involucrar un nivel de riesgo más alto, ya que es el primer vínculo donde aprendemos valores, normas, obligaciones y roles para enfrentarnos al rol que vamos a desempeñar a futuro.

Por ejemplo, cuando existe una dificultad en la comunicación, en este caso, entre adolescente y padres, esta dificultad puede verse reflejada en otros contextos, y relacionarse con problemáticas como malestar físico, el consumo de alcohol y tabaco a temprana edad. Pavez y otros autores (2009), mencionan posibles situaciones que pueden significar factores de riesgo durante la adolescencia, además de la comunicación, que son:

  • Bajos niveles de cercanía afectiva, donde no se siente un fuerte vínculo emocional con las personas del núcleo, ya sea por falta de tiempo, distancia física o alguna experiencia traumática. 
  • Altos niveles de control parental, en los cuales los padres ejercen un alto grado de supervisión y restricción en las actividades de los hijos como castigar, limitar o establecer reglas estrictas. 
  • Estructura familiar inestable, cambios frecuentes en la dinámica familiar como… generando un impacto negativo en el desarrollo del adolescente haciéndolo sentir inseguro, estresado o ansioso.

Si la familia se percibe como un ambiente hostil, es probable que el adolescente busque seguridad en grupos, haciendo que exista una exposición al consumo de sustancias, relaciones sexuales desordenadas o conductas violentas como medios de afrontamiento.

¿Qué hacemos para disminuir los riesgos? 

Así como existen los factores de riesgo, encontramos factores protectores, que son aquellas circunstancias, condiciones, atributos o características que permiten y facilitan lograr la salud integral. También reducen la probabilidad de que se presente un comportamiento que afecte la salud y están relacionados con el bienestar. 

Marín, Hoyos y Sierra (2019) muestran que los factores protectores durante la adolescencia son:

  • El apoyo y contención familiar, el apoyo emocional, social y material que los miembros brindan entre sí. Es un proceso de comunicación y cooperación que ayuda a enfrentar los desafíos de la vida. 
  • La comunicación entre padres e hijos, ya que fomenta la confianza y el vínculo entre los mismos, ayuda a desarrollar la autoestima, permite enseñar habilidades sociales y resolución de problemas y previene problemas de comportamiento. Así mismo, que los padres conversen con los hijos sobre el riesgo de consumo de sustancias o prácticas sexuales irresponsables. 
  • Participar en actividades grupales o comunitarias, ya que permite desarrollar habilidades sociales, construir relaciones positivas, aprender nuevas habilidades y conocimientos y sentirse conectado por su comunidad. 

Así, la familia se presenta como apoyo incondicional, que busca significado en situaciones difíciles y promueve la unidad. Estos pueden tener un impacto positivo en la vida de las personas a cualquier edad. Es importante que los individuos, las familias, las comunidades y la sociedad en general trabajen juntos para crear entornos que promuevan la protección.

 

Sara Gabriela Blanco Velasco

Practicante de psicología en ASCOFAPSI

 

Referencias

Gómez, E. (2008). Adolescencia y familia: revisión de la relación y la comunicación como factores de riesgo o protección. Revista intercontinental de psicología y educación, 10(2), 105-122.

Marín, A., Hoyos, O., & Sierra, P. (2019). Factores de riesgo y factores protectores relacionados con el ciberbullying entre adolescentes: una revisión sistemática. Papeles del psicólogo, 40(2), 109-124.

Pavez, P., Santander, N., Carranza, J., & Vera-Villarroel, P. (2009). Factores de riesgo familiares asociados a la conducta suicida en adolescentes con trastorno depresivo. Revista médica de Chile, 137(2), 226-233.

Psicología y Familia: Comprendiendo los Vínculos y Relaciones

La familia es nuestra primera fuente de contacto, por lo que nos hace despertar nuevas emociones, surgen vínculos poderosos, desafíos inesperados y momentos en lo que miramos “dentro de nosotros” para poder reconocer y comprender nuestras emociones, lo que pensamos y cómo nos comportamos. Sin embargo, las familias han adoptado una amplia variedad de formas y estructuras, por lo que no hay una sola definición de familia. Algunos tipos de familia existentes son la familia nuclear, familia extendida, familia monoparental, familia homoparental, familia de crianza o acogida, familias reconstituidas, familias adoptivas, entre otras. 

¿Te has preguntado alguna vez cómo la psicología puede ayudarnos a entender mejor lo que sucede en nuestra familia?   

Hoy hablaremos de Psicología y Familia, donde descubriremos cómo la psicología nos ayuda a lidiar con ciertos desafíos dentro de nuestro núcleo familiar y a crecer dentro de nuestro hogar.  

¿De qué trata la Psicología y Familia?  

Su objetivo principal es la comprensión de la organización y las dinámicas familiares. Esto implica las relaciones que los integrantes construyen a lo largo del ciclo vital de manera individual y familiar. Es relevante ya que en la familia se aprenden las primeras pautas de interacción y se contemplan aspectos formativos, éticos, morales, culturales, económicos, sociales y afectivos (Puello, Roca, Silva y Silva, 2021). 

La psicología ha avanzado en el conocimiento del individuo, teniendo en cuenta que crecemos, nos desarrollamos y pertenecemos a un contexto donde según sus características y patrones, adquirimos ideales, costumbres y tradiciones. Por ello, al estudiar a las familias se busca ahondar en las dinámicas que existen, el número de miembros, tensiones, recursos, entre otros, ya que es fundamental para comprender la salud mental, la construcción social y psicológica de cada uno de los integrantes, así como los roles que desempeñan y la calidad de sus vínculos (COLPSIC, 2022).  

A su vez, cobra importancia por el componente psicológico que deja la relación niño-adulto durante el proceso en que se desarrolla la autonomía, la personalidad, la socialización y la identidad. El grupo familiar es donde adquirimos esas primeras experiencias y valores, por lo que abre la posibilidad de desarrollar procedimientos para intervenir en los diferentes niveles de salud y procesos de formación para las familias.  

  

¿Cuál es la labor del psicólogo enfocado en las familias?  

El principal trabajo del psicólogo enfocado en la familia es desarrollar habilidades que permitan un proceso de inclusión donde se garantice que todos los miembros tengan la posibilidad de expresarse y participar. También se brinda la opción para que los miembros decidan que problemáticas desean trabajar de manera inmediata y que sesión a sesión se evalué lo que ellos mismos consideran como problemático, para así poder analizar las circunstancias que permiten comprender mejor el contexto y ayudar a que sea posible el desarrollo de recursos afectivos y habilidades sociales.  

A grandes rasgos, la intervención que brinda el psicólogo enfocado en la familia se centra en: 

  • Entrenar a cuidadores en estrategias de crianza, para ofrecer un ambiente seguro, de respeto y apoyo. 
  • Diseñar programas de intervención para problemas de conducta en la infancia como trastornos de desarrollo, miedos, agresividad, entre otros. 
  • Mediar en la resolución de conflictos entre cuidadores primarios y adolescentes. Al ser un periodo con una serie de cambios físicos, psicológicos y sociales, repercuten en la relación con los padres, por lo que se ofrecen vías de comunicación positiva, técnicas de solución de conflictos, entre otros.  
  • Intervenir cuando se presentan crisis de pareja, donde se ven periodos de cambio y estos conllevan a conflictos y discusiones constantes. 
  • Mediar en procesos de separación y divorcio, para ayudar a mantener una buena comunicación durante el proceso.  

 

Para ser profesional en esta área, se debe contar con un entrenamiento previo y poseer conocimiento en técnicas, metodologías y teorías acerca de diversas intervenciones familiares. Así se aplica el conocimiento en diferentes niveles de atención y contexto, como en diversos grupos familiares, en proyectos de prevención, orientación, consultoría, entre otros, de acuerdo a los problemas que surjan en las interacciones de los integrantes de la familia y su contexto. De igual forma, se busca también un trabajo interdisciplinar con otros profesionales, con el fin de tener un abordaje más integral. 

 

Sara Gabriela Blanco Velasco 

Practicante de psicología en ASCOFAPSI 

 

Referencias 

Colegio Colombiano de Psicólogos [COLPSIC]. (marzo, 2021). CAMPO DE Psicología y Familias. [BOLETINES COLPSIC, Boletín 52]. https://www.colpsic.org.co/wp-content/uploads/2021/07/BOLETIN-52-psi-familias.pdf  

Colegio Colombiano de Psicólogos [COLPSIC]. (febrero, 2022). Competencias del Psicólogo para el campo de Psicología y Familias. https://www.colpsic.org.co/wp-content/uploads/2022/07/Competencias-Campo-Psic.-familia.pdf  

Puello, M., Roca. M., Silva. M., & Silva, A. (2021). Campo de Psicología y Familias. [BOLETINES COLPSIC, Boletín 45]. https://www.colpsic.org.co/wp-content/uploads/2021/10/BC-45-PSICOLOGIA-Y-FAMILIAS.pdf