Muchas de las personas que se encuentran en situación de abuso se les dificulta reconocer que a quien aman pueda hacerles daño y abusar de sus derechos y confianza
Estos malos tratos se contradicen directamente con la supuesta función interna de los vínculos seguros que se fundan en la protección, el cuidado y provisión de seguridad para los miembros. Así pues, el abuso físico no es la única forma de violencia existente. Hay un tipo de maltrato que es mucho más sutil: el abuso emocional.
¿Qué es el abuso emocional?
Es un patrón de comportamiento que busca controlar, intimidar, aislar o humillar a otra persona. Se manifiesta a través de palabras, acciones o gestos que minan la autoestima, generando miedo y socavando la confianza de a quién va dirigido. A diferencia del abuso físico, el abuso emocional deja cicatrices profundas pues las ideas, los sentimientos, las percepciones, y las características de la personalidad de la víctima son constantemente descalificados, erosionando seriamente la identidad de la persona.
El abuso emocional es doblemente invisible: no sólo porque es poco perceptible en sus manifestaciones, sino que además el contexto social obstaculiza su reconocimiento al
tácitamente legitimarlo como forma lícita de convivencia. Para identificarlo te nombramos algunas de sus manifestaciones:
- Críticas constantes: Descalificaciones y juicios negativos sobre la persona, sus capacidades y su valor.
- Insultos y humillaciones: Uso de lenguaje hiriente y degradante para minar la autoestima de la persona.
- Amenazas: Advertencias de consecuencias negativas si la víctima no obedece o se va.
- Aislamiento: Separar a la víctima de su familia y amigos para controlar sus relaciones.
- Manipulación: Uso de tácticas engañosas para hacer que la víctima dude de sí misma y de su percepción de la realidad.
- Culpa: Hacer que la víctima se sienta responsable del maltrato recibido.
¿Cómo identificar si estás siendo víctima de abuso emocional?
El maltrato emocional, al ser menos visible que la violencia manifiesta, es mucho más difícil de identificar y demostrar, y es por eso que, en muchos contextos tanto sociales
como profesionales, no es considerado una forma de violencia. Aun así, los puntos claves para rastrear su existencia es identificar la continuidad y sistematicidad del abuso, pues al ser repetitivo, constituye un patrón y en ese sentido, se puede distinguir de un maltrato aislado.
Si te sientes constantemente ansioso, triste o confundido frente a la dinámica de un vínculo, es posible que estés siendo víctima de este tipo de abuso, pues este se caracteriza por su continuidad; siendo sistemático, recurrente e intencional, como si se tratase de un ritual
y suele tener lugar en relaciones estrechas. Para identificar si esto es así, a continuación, te dejamos algunas señales de alerta:
- Temor a las reacciones de tu pareja o persona de confianza si expresas tus sentimientos o necesidades.
- Creer que eres tú quien causa los problemas en la relación, todo por el sentimiento de culpa que ha sido naturalizado durante el vínculo.
- Sentir que necesitas la aprobación constante de tu pareja o persona de confianza para tomar decisiones.
- Evitar a tus amigos y familiares por miedo a que descubran lo que está sucediendo.
Para hacerle frente a este tipo de maltrato, se delimitan algunas estrategias de prevención. Y es que, la prevención del abuso emocional es un esfuerzo colectivo que involucra a la sociedad, las escuelas y las familias:
Educación |
Enseñar a niños, adolescentes y adultos sobre relaciones saludables, consentimiento y respeto. |
Empoderamiento |
Fomentar la autoestima y autoconfianza en la población, además de generar estrategias de implementación de límites. |
Concientización |
Crear conciencia sobre el abuso emocional y sus consecuencias. Exponiendo qué es, la naturaleza del fenómeno, las causas y posibles consecuencias y el modo de intervención y tratamiento. |
Apoyo a las víctimas |
Proporcionar recursos y apoyo a las personas que están siendo abusadas, de manera oportuna y respetuosa. |
Intervención temprana |
Identificar y abordar los problemas de comportamiento en los niños, adolescentes y adultos, para con ello, generar recursos de impacto que ayuden en el proceso de prevención del abuso emocional. |
El abuso emocional puede suceder en todo tipo de vínculos (padre-hijo, jefe/a-empleado/a, terapeuta-paciente, maestro/a-alumno/a, entre amigos/as…). Así, la violencia es una aflicción seria y debe ser tratada con el mismo nivel de importancia, fuere cual fuere la
unión en la cual tenga lugar. Si llegas a correr peligro o conoces a alguien en situación de riesgo, no dudes en buscar ayuda profesional y tomar medidas preventivas que te ayuden a hacerle frente a este tipo de maltrato.
Referencias
Brodski, S. & Hutz, C. (2016). Novas perspectivas sobre o abuso emocional. Diaphora, 5(1), 13-13.
Taverniers, K. (2012). Abuso emocional en la pareja. Editorial Biblos.
Enith Daniela Villota Guevara
Psicóloga