Trastorno del Espectro Autista: Mitos y Realidades

El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una condición neurobiológica que abarca una amplia gama de manifestaciones y características individuales. Sin embargo, en el imaginario colectivo persisten numerosos mitos y concepciones erróneas sobre el autismo, lo que puede generar barreras para su comprensión y aceptación. A continuación, se presentan algunos de los mitos más comunes y la realidad basada en evidencia científica.
Mito: Las vacunas causan autismo
Realidad:

Uno de los mitos más extendidos es la falsa creencia de que las vacunas, especialmente la triple vírica (sarampión, paperas y rubéola – MMR, por sus siglas en inglés), causan autismo. Numerosos estudios científicos con grandes muestras poblacionales han demostrado que no existe relación entre las vacunas y el TEA (Autistica, 2025).
Mito: Solo los niños son autistas
Realidad:

El autismo es una condición de por vida. Aunque se diagnostica con mayor frecuencia en la infancia, los adultos también pueden ser autistas. En el Reino Unido, por ejemplo, hay más adultos autistas que niños, y la falta de diagnóstico en etapas tempranas ha sido una de las razones de esta percepción errónea (Autistica, 2025).
Mito: Todas las personas autistas tienen talentos especiales
Realidad:

Si bien algunas personas autistas pueden poseer habilidades excepcionales en áreas como matemáticas, música o memoria, esto no es una característica universal. La mayoría de las personas autistas, al igual que las neurotípicas, tienen fortalezas y debilidades diversas (Autism Resource Centre Singapore, 2024).

 
Mito: Las personas autistas tienen discapacidad intelectual
Realidad:

El autismo no es sinónimo de discapacidad intelectual. Con los apoyos adecuados, muchas personas autistas son perfectamente capaces de desarrollar independencia y llevar vidas satisfactorias. Algunas personas pueden presentar desafíos en la comunicación verbal, pero esto no implica una falta de comprensión o inteligencia (Autism Resource Centre Singapore, 2024).
Mito: Las personas autistas son insociables
Realidad:

Las personas autistas pueden experimentar dificultades en la interacción social, pero esto no significa que no deseen tener relaciones o amistades. Algunas personas pueden necesitar apoyo en habilidades sociales o preferir formas de comunicación diferentes a las convencionales (Autistica, 2025).
Mito: El autismo tiene cura
Realidad:

El autismo no es una enfermedad, por lo que no requiere cura. La mayoría de los adultos autistas consideran que su autismo es una parte esencial de su identidad y no algo que deba cambiarse. Los esfuerzos deben centrarse en proporcionar el apoyo necesario para mejorar su calidad de vida (Autistica, 2025).
Mito: Solo los niños varones son autistas
Realidad:

Si bien el diagnóstico del autismo es más frecuente en niños varones, esto no significa que las niñas o personas de otros géneros no puedan ser autistas. Las niñas, en particular, pueden desarrollar estrategias de enmascaramiento que dificultan su diagnóstico, lo que contribuye a la percepción errónea de que el autismo es predominantemente masculino (Different Minds One Scotland, 2024).

 
Mito: El autismo es consecuencia de una mala crianza
Realidad:

El autismo es una condición neurobiológica que se desarrolla antes del nacimiento y no es el resultado del estilo de crianza de los padres. La evidencia científica ha demostrado que los factores genéticos y neurológicos son los principales determinantes del TEA (Autism Resource Centre Singapore, 2024).
Mito: El autismo es una enfermedad mental
Realidad:

El autismo es una condición neurológica y no un trastorno de salud mental. Sin embargo, muchas personas autistas pueden desarrollar ansiedad o depresión debido a la falta de comprensión y apoyo en su entorno (Different Minds One Scotland, 2024).
Mito: Todos somos un poco autistas
Realidad:

Si bien algunas personas pueden presentar rasgos asociados al autismo, esto no significa que sean autistas. El TEA implica diferencias fundamentales en el procesamiento de la información, la comunicación y la interacción social, las cuales son características permanentes en las personas autistas (Different Minds One Scotland, 2024).
Mito: Las personas autistas no tienen emociones
Realidad:

Las personas autistas experimentan emociones como cualquier otra persona, aunque pueden expresarlas de maneras distintas. La sensibilidad sensorial y la dificultad para interpretar señales sociales pueden afectar la forma en que muestran sus sentimientos, pero esto no significa que carezcan de ellos (Autism Resource Centre Singapore, 2024).
Conclusión

Es fundamental desmitificar el autismo para fomentar una sociedad más inclusiva y comprensiva. El conocimiento basado en evidencia científica es la clave para derribar prejuicios y garantizar el respeto y apoyo adecuado para las personas autistas en todas las etapas de su vida.
Referencias

  • (2025). Myths and causes – Autism | Autistica. https://www.autistica.org.uk/what-is-autism/autism-myths-and-causes
  • Autism Resource Centre Singapore. (2024). Myths & Facts of Autism. https://www.autism.org.sg/living-with-autism/myths-and-facts-of-autism
  • Different Minds One Scotland. (2024). Autism Fact vs Fiction. Different Minds | Autism Scotland. https://www.differentminds.scot/fact-v-fiction/

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