La calidad de las relaciones entre padres e hijos es crucial, dado que la familia es la red de apoyo más importante para los niños, niñas y adolescentes (NNA). A partir de ella, se configuran aspectos de la personalidad, formas de relacionarse, proyectos y estilos de vida.
Se sabe que construir buenas relaciones no es tarea sencilla y mucho menos la de padres e hijos. Nadie sabe cómo ser padre, sin embargo, de quienes ejercen este rol se espera que actúen en pro del bienestar de la otra persona, brindando espacios de acercamiento y tolerancia, que permitan a los miembros de la familia sentirse cómodos y libres de expresar lo que se siente y se piensa. Para guiar este proceso, se plantean algunas recomendaciones que buscan contribuir al desarrollo de relaciones sanas y constructivas..
Dar ejemplo: los niños imitan lo que ven o escuchan, por tanto, tienden a comportarse acorde con lo perciben en su entorno. Si en su ambiente se eleva el tono de la voz, se es grosero y no hay comprensión, empezarán a comportarse acorde con el modelo.
Jugar y compartir: el juego es una herramienta valiosa en la vida de los niños, por medio de este aprenden y se relacionan con los demás, el juego y los espacios de intercambio ayudan a crear un vínculo profundo, de confianza y seguridad.
Hablar y Transmitir: una palabra en el momento adecuado y preciso hace la diferencia. No basta con que el padre esté seguro de querer a su hijo, para ellos es importante escucharlo. Por tanto, transmita sus sentimientos de forma verbal y precisa, frases como: “Te amo”, “Puedes contar conmigo para lo que tú necesites”, “Siempre voy a estar para ti”, ayudarán a desarrollar confianza y buscar apoyo en los padres o cuidadores.
Mostrar el afecto : todos los seres humanos necesitamos sentirnos amados, demostrar a los niños y niñas amor y comprensión a través de acciones (cuidar, acariciar, consentir, apoyar) es la mejor forma de generar un vínculo casi inquebrantable.
Mostrar interés: hacer sentir a los NNA su importancia, prestar atención a sus actividades diarias, conocer y valorar sus amigos, escucharlos atentamente, hablar sobre las experiencias cotidianas, todo esto permitirá un mayor conocimiento e intimidad.
Estos, son algunas ideas que facilitarán la construcción de relaciones positivas padres e hijos, y disminuirá el riesgo de dificultades y de conductas como rebeldía, baja autoestima, dificultades académicas, abandono del hogar, abuso de drogas o alcohol, embarazos a edad temprana y una amplia gama de comportamientos que dificultan la adaptación. Recuerda que escuchar a los niños, amarlos, respetarlos y darles la importancia que merecen, se reflejará en mejores personas que sin duda, harán de esta, una sociedad mejor.