La lengua de señas como lenguaje y derecho
La lengua de señas es, como su nombre lo indica, un lenguaje con estructura propia, que permite la comunicación efectiva dentro de la comunidad sorda. A pesar de su importancia, su enseñanza y difusión no han sido incluidas de manera sustancial en las políticas educativas y sociales, lo cual limita la comunicación entre personas con diferentes capacidades auditivas y fomenta concepciones erradas sobre las discapacidades.
Según el Portal de Lenguas de Colombia (2024), la Lengua de Señas Colombiana (LSC) fue reconocida oficialmente mediante la Ley 324 de 1996, que la define como lengua propia de la comunidad sorda del país. Esta lengua se caracteriza por ser visual, espacial y corporal, estableciendo la comunicación a través del movimiento en el espacio.
Desarrollo y consolidación de la lengua de señas en Colombia
Desde 1984, la comunidad sorda colombiana comenzó un proceso de estudio y enseñanza de su lengua, inicialmente llamada “lenguaje manual colombiano”. Este nombre privilegiaba el uso de las manos como medio de comunicación. Fruto de estos primeros esfuerzos fue la publicación de las cartillas básicas por la Federación Nacional de Sordos de Colombia (FENASCOL), siendo la más significativa la cartilla de 1993 (Portal de Lenguas de Colombia, 2024).
Posteriormente, y gracias al trabajo conjunto de FENASCOL, el Instituto Nacional para Sordos (INSOR) y el Instituto Caro y Cuervo, se publicó en 2006 el Diccionario básico de la lengua de señas colombiana, que se convirtió en una herramienta clave para el estudio lingüístico de la LSC, e incluyó la colaboración del doctor Alejandro Oviedo. Durante la elaboración del diccionario se evidenciaron las variaciones dialectales de la lengua en regiones como el Valle del Cauca y Bogotá (Portal de Lenguas de Colombia, 2024).
La lengua de señas como construcción cultural y social
La lengua de señas, como cualquier otra lengua, posee reglas gramaticales y pragmáticas. No es universal, ya que existen tantas lenguas de señas como comunidades sordas organizadas. Como señala Roa (2022), aprender una lengua es acceder a una cosmovisión, ya que no sólo se adquiere un sistema de signos, sino también los significados culturales que estos representan. Esto permite construir una representación propia del mundo.
Aproximadamente el 90 % de los niños sordos son hijos de padres oyentes, lo que genera una desventaja significativa al limitar su acceso a un entorno comunicativo eficiente desde la infancia (Roa, 2022). Este desfase inicial tiene repercusiones en el desarrollo del lenguaje, la inclusión educativa, la participación social y la vida laboral.
Del modelo médico al modelo social: un cambio necesario
El enfoque médico tradicional de la sordera concibe a las personas sordas desde lo que no pueden hacer, enfatizando la “discapacidad auditiva” y promoviendo una visión asistencialista. Este paradigma ha guiado la mayoría de las políticas públicas, relegando el enfoque de derechos y desconociendo las capacidades diferenciales de esta población.
Como alternativa, el modelo social propone entender la discapacidad como una condición influida por factores sociales, culturales y físicos. Desde esta perspectiva, la comunidad sorda se reconoce como una minoría lingüística con una lengua y una cultura propia. La lengua de señas es fundamental para facilitar la comunicación, el acceso a derechos y la participación plena en la sociedad (Roa, 2022).
Tecnología, educación y derechos: cinco claves para la inclusión
Joaquín Hernández Villanueva, consultor de FENASCOL, destaca cinco claves para entender la importancia de la lengua de señas en Colombia (MinTIC, n.d.):
- Reconocimiento y evolución
: La LSC está en constante transformación y ha ganado espacio gracias a la movilización de la comunidad sorda.
- Diversidad cultural
: Reconocer la riqueza multicultural del país implica valorar la diversidad lingüística y fomentar espacios compartidos.
- Tecnología como aliada
: Las herramientas digitales han potenciado la autonomía y visibilidad de la comunidad sorda.
- Formación de intérpretes
: Los intérpretes son piezas clave para garantizar el derecho a la información y deben estar cualificados profesionalmente.
- Acceso a derechos
: La lengua de señas permite a las personas sordas ejercer plenamente sus derechos en salud, justicia y educación.
El origen y proyección global de la lengua de señas
Las lenguas de señas tienen un origen ancestral, surgiendo de forma espontánea en comunidades de personas sordas. Su formalización comenzó en el siglo XVIII, con la fundación de la primera escuela para sordos por Charles-Michel de l’Épée en París, quien desarrolló un método visual que transformó la educación de esta población.
Hoy en día existen múltiples lenguas de señas en el mundo, como la Lengua de Señas Americana (ASL) o el Lenguaje de Señas Internacional (LSI). Sin embargo, cada lengua refleja una cultura particular y debe valorarse en su contexto local.
Conclusión: hacia una sociedad inclusiva
La lengua de señas no es solo un medio de comunicación, sino una herramienta vital para el ejercicio de derechos y la construcción de una sociedad más equitativa. Promover su enseñanza, difusión y uso cotidiano es una tarea colectiva que fortalece el respeto por la diversidad y la inclusión social.
Referencias
- Lengua de señas colombiana – Portal de Lenguas de Colombia: Diversidad y contacto. (2024, May 8). Portal De Lenguas De Colombia: Diversidad Y Contacto. https://lenguasyliteraturasnativas.caroycuervo.gov.co/nuestras-lenguas/lengua-de-senas-colombiana/
- (2022). Documento de sistematización de la Iniciativa de Cooperación Triangular para la promoción de la inclusión social de personas sordas en Colombia, España y Paraguay. https://www.apccolombia.gov.co/sites/default/files/2022-06/Roa%20%282022%29%20INICIATIVA%20PARA%20LA%20INCLUSI%C3%93N%20DE%20PERSONAS%20SORDAS.pdf
- (n.d.). 5 claves para entender la importancia de la Lengua de señas en Colombia. TIC Sin Barreras. https://ticsinbarreras.mintic.gov.co/791/w3-article-280683.html
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