Discapacidad y autoestima: vivir con diferencias

Discapacidad y autoestima: vivir con diferencias

Introducción

Las discapacidades no deben ser vistas como un motivo de vergüenza, sino como una forma diferente de vivir. Tal perspectiva fomenta la aceptación y promueve la inclusión plena en la sociedad.

Definición de discapacidad

Según la OMS, citada por Hernández Posada (2004), la discapacidad es “toda reducción total o parcial de la capacidad para realizar una actividad compleja o integrada, representada en tareas, aptitudes y conductas”. Esta puede incluir deficiencias cognitivas, auditivas, visuales, del habla y lenguaje, motoras y asociadas a la edad.

Marco social y legislativo

Aunque la discapacidad no es sinónimo de minusvalía, aún existen percepciones negativas que asocian esta condición con incapacidad y dependencia (Hernández Posada, 2004). La falta de legislación adecuada en muchos países limita la integración y bienestar de estas personas, lo que afecta tanto su calidad de vida como su autoestima. El bienestar social implica garantizar los recursos necesarios para satisfacer las necesidades básicas y personales (Hernández Posada, 2004). La calidad de vida abarca tanto las condiciones materiales como la satisfacción personal, incluyendo aspectos físicos, emocionales y sociales.

Derechos fundamentales para la autonomía

Debido a lo anterior, se considera que es esencial promover la vida autónoma, la autodeterminación y la participación activa en la sociedad. La inclusión no significa vivir en soledad, sino poder tomar decisiones propias, establecer relaciones y participar plenamente en la vida social (CDC, n.d).

Inclusión y salud

Aasí, la inclusión permite el acceso equitativo a programas de salud preventiva y de promoción (CDC, n.d). Esto incluye desde la educación en hábitos saludables hasta exámenes médicos regulares. La eliminación de barreras es clave para garantizar este acceso.

Capacidad de resiliencia y autoestima

La discapacidad plantea desafíos significativos que, cuando se enfrentan adecuadamente, fortalecen la resiliencia y la capacidad de adaptación. Gómez-Díaz y Jiménez-García (2018) destacan que las emociones positivas, como la gratitud y la esperanza, son esenciales para fomentar la resiliencia, y sugieren que la inteligencia emocional (IE) de las personas con discapacidad puede desarrollarse de manera notable debido a las experiencias adversas vividas. No obstante, diversos estudios advierten que la autoestima puede verse comprometida negativamente por la percepción de falta de control, el estigma social y factores como la institucionalización y la sobreprotección familiar (Cogollo et al., 2018; García Secades et al., 2018), lo que hace necesario un entorno de apoyo integral.

Discriminación y barreras sociales

El ableismo y el disablismo son formas de discriminación que perjudican a las personas con discapacidad. Sense (2024) define el ableismo como la priorización injusta de las necesidades de las personas no discapacitadas, mientras que el disablismo implica actos directos de discriminación o abuso. Estas actitudes impactan negativamente en la salud mental y la inclusión social (Fraser, n.d).

Impacto en la salud mental

El acoso escolar, la negligencia institucional y la constante necesidad de defender sus derechos afectan profundamente la salud mental de las personas con discapacidad desde edades tempranas (Fraser, n.d). Este impacto se manifiesta en trastornos como la depresión, la ansiedad y el estrés postraumático, perpetuando problemas de autoestima y aislamiento social. Además, las experiencias repetidas de discriminación pueden internalizarse, generando sentimientos de invalidez y desesperanza. Por ello, resulta crucial implementar políticas efectivas y campañas de sensibilización que promuevan entornos verdaderamente inclusivos y seguros.

Conclusión

Fomentar la inclusión real, la autonomía y el respeto por los derechos de las personas con discapacidad es esencial para mejorar su autoestima y calidad de vida. La sociedad debe reconocer y eliminar las barreras que impiden la participación plena, combatiendo activamente el ableismo y el disablismo.

Referencias

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