El “hijo olvidado”: impacto emocional del favoritismo parental
El favoritismo parental, también denominado trato diferencial parental (PDT, por sus siglas en inglés), ha sido objeto de estudio durante décadas por su impacto significativo en el desarrollo infantil. Diversas investigaciones han demostrado que los hijos favorecidos tienden a tener mejores resultados en términos de salud mental, conducta, rendimiento académico y relaciones sociales (Jensen & Jorgensen-Wells, 2025). Sin embargo, aquellos que no reciben el mismo trato enfrentan efectos negativos de igual magnitud.
Consecuencias del favoritismo parental
- Daño a la autoestima y salud mental
Los niños que perciben un trato desfavorable por parte de sus padres suelen desarrollar una autoestima más baja, inseguridad emocional y una constante autocrítica. Esta percepción puede originar sentimientos de no ser lo suficientemente valiosos para merecer el afecto paterno, lo cual puede extenderse hasta la vida adulta, dificultando la construcción de relaciones saludables (Soriano, 2025).
- Rivalidad entre hermanos y conflictos familiares
El trato desigual también alimenta sentimientos de celos y resentimiento entre los hermanos, lo que fomenta una dinámica familiar conflictiva. Esta situación puede generar una competitividad dañina y patrones de relación desadaptativos fuera del núcleo familiar (Soriano, 2025).
- Alteraciones en la conducta y el rendimiento
Los hijos menos favorecidos tienden a manifestar comportamientos desafiantes, desmotivación académica y, en casos extremos, desarrollar trastornos como ansiedad o depresión (Jensen & Jorgensen-Wells, 2025). Incluso, pueden presentar dificultades para establecer vínculos saludables con figuras de autoridad o con sus pares (Soriano, 2025).
- Presión en los hijos favorecidos
Contrario a la creencia popular, el favoritismo también puede impactar negativamente a los hijos favorecidos, quienes pueden sentirse presionados por cumplir expectativas elevadas. Esto puede derivar en ansiedad, estrés o en la incapacidad para desarrollar autonomía emocional y habilidades sociales adecuadas (Soriano, 2025).
Factores que influyen en el favoritismo parental
- Orden de nacimiento
La relación entre el orden de nacimiento y el favoritismo es ambigua y puede variar con la edad del hijo y el tipo de trato analizado. Por ejemplo, en la infancia temprana, los padres tienden a tener más conflictos con los hijos mayores, mientras que en la adultez no se observan diferencias significativas ((Jensen & Jorgensen-Wells, 2025).
- Género
Los estudios muestran resultados mixtos. Algunos señalan que los padres favorecen a los hijos del mismo sexo, mientras que otros no hallan diferencias significativas. Estas diferencias pueden depender del género del progenitor, la edad del hijo y la percepción individual del trato recibido (Jensen & Jorgensen-Wells, 2025).
- Temperamento y personalidad
El temperamento del niño puede influir en la forma en que los padres interactúan con él. Temperamentos más negativos o difíciles pueden provocar una respuesta menos afectuosa de los padres, mientras que niños sociables y emocionalmente positivos tienden a recibir más calidez ((Jensen & Jorgensen-Wells, 2025).
En cuanto a la personalidad, características como la conciencia y la amabilidad se asocian con un trato más favorable, mientras que la extraversión o el neuroticismo pueden relacionarse con menor afecto parental ((Jensen & Jorgensen-Wells, 2025).
- Implicaciones clínicas y sociales
El conocimiento sobre el favoritismo parental debe alertar a padres y profesionales de la salud mental sobre su impacto en la infancia y la adolescencia. Las intervenciones psicológicas deberían considerar el historial de PDT como un factor potencial en la aparición de trastornos emocionales o de conducta. Además, este conocimiento permite identificar a los hijos con mayores probabilidades de ser menos favorecidos, como los varones, los hijos menores, y aquellos con rasgos menos afines a los estilos parentales dominantes (Jensen & Jorgensen-Wells, 2025).
Conclusión
El favoritismo parental no es un simple acto de preferencia, sino un patrón con profundas implicancias emocionales y sociales. Tanto el hijo favorecido como el “hijo olvidado” sufren consecuencias que pueden perdurar a lo largo del tiempo. Reconocer y abordar estas dinámicas familiares puede marcar la diferencia en el bienestar psicológico de todos los hijos.
Referencias:
- Jensen, A., & Jorgensen-Wells, M. (2025). Parents Favor Daughters: A Meta-Analysis of Gender and Other Predictors of Parental Differential Treatment. Psychological Bulletin.
- Soriano, J. (2025). Cómo el favoritismo influye en la crianza y el desarrollo infantil. Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/psicologia/como-favoritismo-influye-en-crianza-y-desarrollo-infantil
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