Cuando todo es bullying, nada es bullying

Cuando todo es bullying, nada es bullying

Grande ha sido el debate referido a la bofetada que le propinó el actor Will Smith al comediante Chirs Rock en plena transmisión de la gala de los premios Oscar del año 2022. Lo que inicialmente generó sorpresa llevando inclusive a pensar que era parte del libreto de la premiación, poco a poco se transformó en asombro y escándalo, pues este acto, visto en directo por más de 15 millones de personas, mostró una radiografía de lo que quizás en los últimos años venimos siendo, una sociedad globalizada que desconoce lo que es la violencia y lo que es peor, la ha normalizado capitalizando su ocurrencia. Un interrogante, de los muchos suscitados, es saber si dicho acto puede ser catalogado como una respuesta al bullying; la respuesta puede estar tras los siguientes tres aspectos en particular, soportados en el avance que el cuerpo teórico del conocimiento sobre el tema ha tenido en los últimos 20 años.

La mayoría de los expertos definen el bullying como un acto de hostigamiento, intimidación o agresión (físico, verbal o social), que se realiza de manera intencional, repetitiva y con desbalance de poder (un agresor sobre una víctima), de un escolar o un grupo de escolares, sobre otro que es incapaz de defenderse (Olweus, 1993; Ortega-Ruiz, 2013; Smith, 2015). En coherencia con lo definido, es necesario enfatizar que para que se configure el bullying, entendido como una expresión de violencia relacional compleja (que se conoce también como -acoso escolar entre iguales-), debe cumplir por lo menos, con estas tres condiciones. Desde esta perspectiva se puede inferir que: 1) el fenómeno del bullying, se define en la convivencia, y más particularmente en la convivencia escolar, por tanto, es un fenómeno que surge de una microcultura escolar entre personas que tienen la misma condición en su rol social, en el caso del origen del término, entre estudiantes o compañeros de aula. Si volvemos al caso de los personajes norteamericanos, el hecho no surge en la escuela, ni está enmarcada en el contexto de la convivencia frecuente y continua de una institución educadora. 2) el bullying se reconoce como una intimidación o agresión repetitiva o sistemática, que va consolidando un escenario de dominio-sumisión y de ley del silencio entre un agresor y su víctima, aspectos que perpetúan un círculo hermético y perverso de sometimiento. En este caso no se reconoce claramente esta situación, pues el encuentro fue eventual, sin que medie un contexto de dominio y menos de sumisión en la interacción cotidiana, pues no existe. 3) el bullying se consolida en un escenario claramente intencional, es decir en la búsqueda de ocasionar la mayor afectación y daño posible al otro. Respecto a lo sucedido, podría decirse que existe la intención de aprovecharse de la condición de enfermedad de otra persona lo cual la convierte en vulnerable; este aspecto es aprovechado por el comediante para disfrazar de jocosidad (broma) la agresión verbal y logra así entretener y sacar más de una carcajada a la mayoría de los espectadores. Lo evidente es que, en efecto, se vulnera la dignidad, condición y valor de una persona en desventaja, aspecto que cumple con un criterio de la definición de bullying.

Ahora bien, en conjunción de los anteriores argumentos, puede decirse que solo se reconoce un aspecto concreto de los tres requeridos: la intencionalidad (aunque este aspecto también ha sido puesto en duda, pues el comediante Rock ha dicho que no fue su intención agredir). Vale la pena mencionar que existe un término que eventualmente se ajustaría mejor a la violencia compleja en el contexto laboral que es el “Moobing”, pues los personajes implicados son trabajadores del sector cinematográfico y escénico.

Se advierte que este análisis se procura desde un consenso teórico ampliamente consolidado, sobre un tema que desafortunadamente es actual y muy frecuente. En ese sentido es prudente mencionar que existen otras definiciones que incluyen otros elementos a cumplir (p.e. ruptura de la reciprocidad moral), y en contraposición, otras que apuntan fuera del rol participativo de agresores, víctimas y observadores, dotando al concepto de connotaciones enfocadas en lo social, cultural y comunitario (valiosas por demás); no obstante, la mirada anteriormente presentada ha permitido un mejor avance y acuerdo de los expertos, para intentar ofrecer algunas claves que expliquen de mejor manera este tipo de acciones.

Así pues, en conclusión, las cosas por su nombre, no es una respuesta al bullying. Lo ocurrido fue una agresión verbal por parte del comediante Rock, que fue respondida con una agresión física (bofetada por parte del actor Smith); pero lo sucedido no lo es todo, es sin duda la punta del iceberg que revela una sociedad que ha hecho y seguirá haciendo de la agresión, la violencia, la muerte, el escándalo y el chisme, un espectáculo que genera audiencia y riqueza. No sobra resaltar que esta situación desde todo punto de vista es reprochable y deleznable, pues nada justifica el uso de la agresión o violencia, mucho menos para responder ante otro acto de agresión. Menos aún es aceptable asumir que este acto se justifica por “el amor a la familia o la pareja” o por reivindicar la objetivación de la mujer como pertenencia de un hombre “mi mujer” (pero ese es otro análisis).  Finalmente llama la atención la noticia de que Cris Rock ha vendido todas las entradas de sus presentaciones y ha tenido que ampliar su gira por ciudades de Norteamérica, todo gracias a la bofetada recibida; contrariamente, Will Smith ha visto suspendidos o cancelados sus rodajes y alterados sus nuevos proyectos cinematográficos.

 

Mauricio Herrera-López

Doctor en Ciencias Sociales y Jurídicas.

Profesor Asociado, Departamento de Psicología, Universidad de Nariño (Colombia)

¿Y tú que opinas?

  1. El comediante debió ser mas cauto, dado que no tiene porque recurrir a la mofa respecto a algo como forma de crear “chiste”, cada quien merece respeto y más cuando hay aspectos personales que deben ser tratados con mucha prudencia, estamos en una sociedad donde hemos normalizado burlarnos del otro y así no son las cosas

  2. Estoy de acuerdo la violencia y la agresion es ahora parte de una “normalidad” y es aplaudida y aceptada aún más cuando forma parte de un espectáculo, o ocupa una parte importante en los diferentes medios, y entre más lo mostremos o compartamos y lo hagamos importante vamos creando una sociedad donde cada comportamiento es regido por otros y no por cada uno, sería interesante cuántos seguirán este mismo comportamiento porque ha sido aprobado por otros. El bulling es un concepto que realmente esta muchas veces mal interpretado y usado creando más problemas pero no hemos trabajado en la prevención y eso es un problema grave.

  3. Un acto vergonzoso desde todo punto de vista. Relevante formarnos en asertividad, emociones, empatía , respeto. Parece que en lo relacional vamos por el camino equivocado.

  4. No importa como cataloguemos la violencia (verbal, física, psicológica) ni si la hacemos en respuesta o defensa, en broma con o sin intención; lo que es claro es que hay una falta de control y de dominio propio, un irrespeto al semejante, sin importar el ambiente o escenario. Hay un irrespeto a las instituciones y autoridades porque vivimos en una sociedad que perdió la identidad, la disciplina, terminamos en la moralidad relativa y eso degrada al ser humano.
    Consecuencias de teorías y puntos de vista que quieren hablar de libertades y derechos y no de obligaciones y deberes, que van primero. ¿Por qué cómo puedo exigir sin dar? ¿Cómo puedo querer hacer algo que me parezca o que quiero sin reconocer que eso está en unos límites, enmarcado en unas condiciones?