Una condición malentendida
Muchas personas creen erróneamente que el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es exclusivo de la infancia y que desaparece con la edad. Esta concepción errada invisibiliza las necesidades de los adultos con TDAH, alimenta su aislamiento y puede deteriorar su salud mental. En algunos casos, incluso los padres, con la intención de proteger a sus hijos, optan por ocultar el diagnóstico para evitar etiquetas, sin saber que esta decisión puede generar frustración y sentimientos de insuficiencia en la adultez.
¿Qué es el TDAH en adultos?
Según la Mayo Clinic (s.f.), el TDAH es un trastorno mental caracterizado por dificultades persistentes en la atención, la impulsividad y, en algunos casos, la hiperactividad. Aunque se denomina “TDAH en adultos”, los síntomas suelen iniciarse en la infancia y pueden persistir durante toda la vida, aunque en formas distintas.
Los adultos pueden experimentar relaciones inestables, bajo rendimiento académico o laboral, dificultades económicas y baja autoestima, entre otros problemas (Mayo Clinic, s.f.).
Síntomas frecuentes en la adultez
Los síntomas del TDAH pueden variar en intensidad, y en muchos casos no son tan evidentes como en los niños. Entre los más comunes en adultos están:
- Impulsividad
- Dificultad para concentrarse
- Problemas para organizarse y administrar el tiempo
- Baja tolerancia a la frustración
- Cambios de humor frecuentes
- Dificultad para completar tareas
- Problemas para manejar el estrés
Para muchas personas adultas, estas dificultades se manifiestan en forma de olvidos constantes, desorganización, dificultades para escuchar con atención o cumplir con compromisos personales y profesionales (NIH MedlinePlus Magazine, 2024).
Diagnóstico tardío y subdiagnóstico
Una gran parte de los adultos con TDAH no fue diagnosticada durante su infancia, y muchos llegan a la adultez sin saber que sus dificultades tienen una causa neurobiológica. Esta falta de diagnóstico temprano puede tener consecuencias significativas que van más allá de los síntomas clínicos. A menudo, estas personas atraviesan años de frustración, fracaso académico o laboral, problemas relacionales y una profunda sensación de “ser defectuosos”, sin comprender el origen de sus dificultades.
Efectos psicológicos y emocionales
Cuando el TDAH no es identificado a tiempo, los individuos desarrollan narrativas negativas sobre sí mismos, los adultos que reciben un diagnóstico tardío suelen enfrentar una lucha emocional: deben reconciliar su experiencia de vida con una nueva comprensión de sí mismos. Muchos crecieron creyendo que eran “flojos”, “desorganizados” o “incapaces”. Estas creencias, arraigadas desde la infancia, pueden causar sentimientos de culpa y baja autoestima que persisten en la vida adulta (Ambre, 2024). Debido a que en lugar de interpretar sus dificultades como síntomas de una condición, las atribuyen a defectos personales. Esto puede dar lugar a:
- Baja autoestima persistente:
Muchos adultos con TDAH crecieron creyendo que eran “flojos”, “desorganizados” o “perezosos”. Estas etiquetas internalizadas erosionan su autoconfianza.
- Vergüenza y culpa:
Al no cumplir con las expectativas sociales o personales, suelen experimentar culpa crónica por sus fallos.
- Ansiedad y depresión:
Las emociones acumuladas y la sensación de estar constantemente luchando contra uno mismo pueden desencadenar trastornos emocionales adicionales.
Un estudio de Ramsay y Rostain (2016) destaca que el TDAH no tratado en adultos está fuertemente relacionado con trastornos de ansiedad, trastorno depresivo mayor y abuso de sustancias.
Impacto en la identidad personal
El diagnóstico tardío también puede provocar una crisis de identidad. Muchas personas reevalúan toda su historia de vida desde una nueva perspectiva, preguntándose cómo habría sido su trayectoria si hubieran recibido apoyo antes. Esta relectura puede ser liberadora, pero también dolorosa.
Además, existe el duelo por el yo no vivido: una etapa emocional en la que la persona lamenta las oportunidades perdidas, relaciones dañadas o fracasos que podrían haberse evitado con un diagnóstico y acompañamiento adecuados.
Consecuencias sociales y laborales
En el entorno social, los adultos con TDAH no diagnosticado pueden ser percibidos como irresponsables, caóticos o poco confiables. Esta incomprensión puede afectar sus relaciones interpersonales y limitar su desarrollo profesional. Es común que tengan historiales laborales inestables, dificultad para mantener relaciones duraderas o un bajo rendimiento académico no acorde a su inteligencia.
La falta de comprensión y apoyo también puede llevarlos al aislamiento social, pues sienten que “no encajan” o que los demás no los comprenden.
Subdiagnóstico y sesgos de género
El TDAH ha sido históricamente subdiagnosticado en mujeres, ya que los síntomas en ellas tienden a ser menos disruptivos y más internalizados (como la falta de atención o el retraimiento, en lugar de la hiperactividad). Esto agrava el diagnóstico tardío y deja a muchas mujeres luchando en silencio (Mayo Clinic, s.f.).
Impacto del TDAH en la vida cotidiana
Las responsabilidades de la adultez —trabajo, relaciones, familia— tienden a agravar los síntomas del TDAH, especialmente si no existe un diagnóstico ni tratamiento adecuado. Entre las dificultades más frecuentes se encuentran:
- Olvidar citas o perder objetos importantes
- No cumplir plazos
- Dificultades en relaciones interpersonales
- Problemas económicos o laborales
- Mayor riesgo de consumo problemático de sustancias o accidentes
Según Mayo Clinic (s.f.), el TDAH en adultos también está relacionado con un mayor riesgo de enfermedades mentales coexistentes, como ansiedad, depresión y trastornos de la personalidad.
Estrategias de afrontamiento
Aunque no existe una cura para el TDAH, existen múltiples herramientas para manejar sus síntomas:
1. Salud física y mental
Dormir bien, alimentarse saludablemente y hacer ejercicio puede mejorar el estado de ánimo y reducir el estrés.
2. Estructura y rutinas
Tener horarios fijos para actividades diarias ayuda a organizar el tiempo y reducir el caos mental.3. Gestión del tiempo
Aplicaciones, alarmas visuales y temporizadores pueden ser útiles para combatir la “ceguera del tiempo” típica del TDAH.
4. Apoyo profesional
La psicoterapia, en particular el enfoque cognitivo-conductual, puede ayudar a las personas adultas a comprender su diagnóstico, trabajar en su autoestima y desarrollar estrategias adaptadas a sus necesidades.
5. Comunidad
Conectarse con otras personas con TDAH mediante grupos de apoyo o foros puede ofrecer contención emocional y herramientas compartidas.
Conclusión
Reconocer el TDAH en la adultez no es una etiqueta limitante, sino una oportunidad para comprenderse mejor y redirigir la narrativa personal hacia una vida más compasiva y estructurada. La clave está en informarse, buscar ayuda adecuada y permitirse construir una identidad más amable consigo mismo.
Referencias
- Ambre, D. (2024, September 9). Late ADHD diagnosis in adults: Challenges and treatment options. Ambre Associates. https://www.ambreassociates.com/blog/late-adhd-diagnosis-in-adults-challenges-and-treatment-options
- Mayo Clinic. (s.f.). Trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH) en adultos – Síntomas y causas. https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/adult-adhd/symptoms-causes/syc-20350878
- NIH MedlinePlus Magazine. (2024). El TDAH a lo largo de la vida: Cómo se manifiesta en los adultos. https://magazine.medlineplus.gov/es/art%C3%ADculo/el-tdah-a-lo-largo-de-la-vida-como-se-manifiesta-en-los-adultos
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