De la prisión de idealizar el amor a la búsqueda de la autonomía emocional

La necesidad de conexión y pertenencia es inherente a la naturaleza humana. Sentirse estimado y valorado por otros es fundamental para el bienestar. Sin embargo, cuando este anhelo se desequilibra y se acompaña de expectativas poco realistas, las relaciones interpersonales pueden transformarse en una fuente de angustia y sufrimiento.

 

 

La idealización excesiva que se forma en torno a las relaciones y las personas que las componen, puede generar episodios de ansiedad, depresión y dificultades para establecer vínculos saludables. Por ello, es importante encontrar un equilibrio entre la necesidad de conexión y la preservación de la propia individualidad.

 

En este artículo, exploramos la naturaleza de la dependencia y codependencia emocional, cuáles son las causas y efectos en la vida de los seres humanos y cómo hacerles frente a estos patrones para conquistar la autonomía emocional.

 

Dependencia emocional

Es definida por Jorge Castelló, como un patrón persistente de necesidades emocionales insatisfechas que se intentan cubrir de manera desadaptativa con otras personas. En este tipo de dependencia se encuentran implicados aspectos emocionales, cognitivos, motivacionales y comportamentales orientados al otro, así como creencias distorsionadas acerca del amor, la afiliación e interdependencia y la vida en pareja, que derivan en insatisfacciones fundamentadas sobre demandas afectivas frustradas.

 

 

Las causas son múltiples y complejas, pues suelen estar relacionadas con una combinación de factores psicológicos, sociales y experiencias de vida:

Experiencias infantiles

Falta de afecto y atención: Crecer en un entorno donde las necesidades emocionales no son atendidas o donde el afecto es escaso puede generar un vacío emocional en el individuo. Este vacío puede llevar a buscar constantemente la validación y el afecto en los demás.

 

Padres sobreprotectores: Aunque la protección parental es importante, en exceso puede impedir que la persona desarrolle habilidades de autonomía e independencia. Esto puede generar una sensación de incapacidad para enfrentar desafíos por sí mismo.

 

Negligencia emocional o física: puede generar sentimientos de abandono y soledad. Esto puede llevar a una necesidad desesperada de conexión y a una tendencia a idealizar a los demás.

 

Patrones de apego inseguros

Los niños que crecen en entornos carentes de afecto, seguridad o consistencia pueden desarrollar patrones de apego inseguros, como el apego ansioso o el apego evitativo. Estos patrones de apego influyen en la forma en que las personas perciben y se relacionan con los demás en la edad adulta.

Dinámicas familiares disfuncionales

Crecer en un entorno familiar disfuncional, donde las necesidades emocionales no son satisfechas adecuadamente, puede predisponer al infante y generar una internalización de estos patrones de relación, para reproducirlos en su propia vida. Esto puede incluir la aceptación de relaciones abusivas o codependientes.

Falta de autonomía

Las personas que no han desarrollado habilidades de autonomía y autosuficiencia pueden tener dificultades para tomar decisiones por sí mismas y depender de los demás para sentirse seguras.

La dependencia emocional trae consigo diversas consecuencias tanto para la persona que la experimenta como para sus relaciones:

 

  1. La necesidad de complacer a los demás puede llevar a la persona a perder de vista sus propias necesidades y deseos. Lo que genera dificultades para tomar decisiones importantes por miedo a desagradar y por la falta de criterio propio.
  2. La persona dependiente puede tener dificultades para expresar sus necesidades y sentimientos, lo que puede generar resentimiento y conflictos.
  3. Afecta la salud física y mental de la persona debido a la incertidumbre y el miedo al abandono, generando problemas como trastornos del sueño, trastornos alimenticios, enfermedades relacionadas con el estrés y el aumento en los niveles de ansiedad y depresión.

La falta de concentración, la baja autoestima y los problemas de relación pueden afectar el desempeño de la persona en contextos como el laboral, académico entre otros.

Codependencia Emocional

 

Es un patrón de comportamiento en el que una persona se centra en las necesidades de otra, descuidando las propias e impidiendo el desarrollo funcional de ambas partes.

Según Beattie, la persona codependiente tiene la preocupación constante de acceder al otro y un deseo de ser amado sin importar cómo, llegando a la negligencia de sí mismo y debilitando su propia identidad, buscando los medios necesarios para satisfacer las necesidades, expectativas y deseos del otro lo cual le hace sentir que con ello garantiza el afecto de los demás.

 

 

La codependencia se describe entonces, como un patrón de dolorosa dependencia a otros, con comportamientos compulsivos, de búsqueda de aprobación para intentar encontrar seguridad, autoestima e identidad.

Este tipo de patrón comportamental puede forjarse a partir de las necesidades no satisfechas en el ser humano durante su infancia, las cuales han impedido una maduración conveniente para poder adaptarse a situaciones de relaciones interpersonales.

 

 

 

Cuando las necesidades físicas y emocionales del niño no son satisfechas de una manera adecuada, la propia persona desarrolla estrategias que le permiten superar las experiencias problemáticas de la infancia, y para sobrevivir le incitan a aprender a “servir a los demás”, descuidándose a sí mismos. Estas conductas ineficaces se repiten a lo largo de la vida, para sentirse aceptados, queridos o importantes y mediante esas conductas, buscan aliviar el dolor y la pena de sentirse abandonados.

 

Cuando las personas con dependencia o codependencia emocional toman conciencia de ello y entran en el proceso de recuperación, empiezan a reencontrarse a sí mismas, a hacerse responsables de sus pensamientos, sentimientos y acciones, para alcanzar la autonomía emocional.

 

La recuperación significa tratar las conductas compulsivas autodestructivas y generar un establecimiento de límites, donde el proceso de afrontamiento inicia con un sentido de perdón y de autocompasión, que permite reconocer que las conductas practicadas son herramientas que han ayudado a la sobrevivencia, pero que no suprimen el vacío y dolor emocional, sino que lo incrementan.

 

La dependencia y codependencia emocional son patrones de comportamiento que pueden ser difíciles de cambiar, pero con el apoyo adecuado y herramientas terapéuticas es posible superarlas. A continuación, te presentamos algunas estrategias y enfoques para trabajar estos temas:

  1. Es fundamental buscar ayuda profesional. Un terapeuta puede ayudarte a reconocer cómo se manifiestan la dependencia y la codependencia en tu vida, te enseñará técnicas para manejar la ansiedad, la soledad y otras emociones difíciles. Trabajará contigo para que te valores y te respetes más a ti mismo. Te ayudará a establecer límites como aprender a decir “no” y a defender tus necesidades.
  2. Dedica tiempo a conocerte mejor. Explora tus miedos, tus fortalezas y tus debilidades.
  3. Invierte en actividades que te ayuden a crecer como persona, como cursos, talleres o hobbies.
  4. Cuida tu cuerpo a través de una alimentación saludable y ejercicio regular, ya que esto influye en tu bienestar emocional.

 

 

Referencias

Beattie, M. (2004). Más allá de la codependencia: Cómo crecer y mejorar nuestras relaciones y convivencia con los demás

Castello, J. (2010). Dependencia emocional. Características y Tratamiento. Barcelona: Psicología Alianza Editorial.

Patsi, L. & Requena, S. (2020). Relación entre los esquemas desadaptativos con la dependencia emocional en mujeres en situación de violencia de pareja. Revista de investigación psicológica, (23), 9-34.

 

Enith Daniela Villota Guevara

Psicóloga