El nacimiento de un bebé prematuro es un momento de emociones intensas y mixtas. La alegría de recibir al bebé se mezcla con el miedo ante su fragilidad, sus necesidades especiales y el hecho de que no se asemeje de inmediato al bebé idealizado durante el embarazo. Esta experiencia puede tener un impacto emocional profundo en los padres, que debe ser reconocido y atendido adecuadamente (Dulguérian, 2012).
Separación traumática
El parto prematuro interrumpe bruscamente el proceso mental esperado durante el embarazo, generando una separación agresiva y traumática entre padres e hijo. Esta separación temprana puede retrasar las interacciones necesarias para el desarrollo emocional del niño, complicando el establecimiento del vínculo afectivo (Dulguérian, 2012).
Estado de estrés postraumático en los padres
Recientes estudios han mostrado que los padres de bebés prematuros pueden experimentar trastorno de estrés postraumático (TEPT), incluso más allá del primer año de vida del niño. Este trastorno puede ser agudo, si los síntomas duran menos de tres meses, o crónico si persisten más tiempo. Entre los síntomas más comunes se encuentran las reminiscencias incontrolables, la desorganización emocional y la alteración cognitiva (Dulguérian, 2012).
Alteraciones en la interacción precoz
En las primeras etapas del desarrollo, se habla más de interacción que de relación entre el bebé y sus padres. La inmadurez neurológica y la fragilidad del bebé prematuro limitan sus capacidades para interactuar, lo que incrementa el estrés parental. Esto a su vez puede afectar negativamente el desarrollo emocional temprano del bebé (Dulguérian, 2012).
Prevención de alteraciones afectivas y de la parentalidad
La vivencia traumática del nacimiento prematuro puede desorganizar la psique parental. Por ello, es esencial restablecer los “ritos del nacimiento” que fueron interrumpidos para ayudar a los padres a reconectar con su bebé y fortalecer la parentalidad (Dulguérian, 2012).
Prevención de alteraciones psíquicas precoces en el niño
Además de restablecer las funciones fisiológicas, es crucial reconocer al bebé prematuro como una persona con vida psíquica desde los primeros momentos. Los factores relacionales y familiares son determinantes para el pronóstico psíquico del niño (Dulguérian, 2012).
Situaciones de riesgo para la relación padres-hijo
El vínculo padres-hijo puede verse comprometido en situaciones donde el entorno no favorece la conexión emocional o donde los padres no reciben el apoyo necesario para afrontar la experiencia del parto prematuro (Dulguérian, 2012).
Impacto psicológico en las madres
El nacimiento de un bebé prematuro con muy bajo peso es una crisis psicológica significativa, especialmente para las madres. Esta situación imprevisible puede generar altos niveles de ansiedad y depresión materna, factores que representan un riesgo potencial para el desarrollo del bebé y para la relación madre-hijo (Correia, Carvalho & Linhares, 2008).
Importancia del cuidado centrado en la familia
Para minimizar las consecuencias emocionales negativas, se han promovido cambios en las prácticas de atención neonatal, como el cuidado del desarrollo individualizado y centrado en la familia en las Unidades de Terapia Intensiva Neonatal (UTIN) (Correia et al., 2008).
Rol del grupo de apoyo psicológico
Los grupos de apoyo psicológico ofrecen a las madres un espacio seguro para reflexionar sobre sus sentimientos y recibir orientación. Estos grupos favorecen la resiliencia emocional, reduciendo significativamente los niveles de ansiedad y depresión (Correia et al., 2008).
Sentimientos ambivalentes de las madres
A pesar de la presencia de sentimientos negativos, las madres también expresan emociones positivas, reflejando la ambivalencia emocional característica de situaciones de crisis como el nacimiento prematuro. La oscilación de emociones es parte del proceso de adaptación (Correia et al., 2008).
Experiencia emocional de tener un bebé prematuro
El nacimiento antes de las 37 semanas de gestación expone a los padres a experiencias intensamente emocionales. El miedo a lo desconocido, la culpa, el estrés por el ambiente hospitalario y el sentimiento de aislamiento son comunes (Hospital Ángeles, 2024).
Miedo e incertidumbre
La fragilidad del bebé y los cambios constantes en su estado de salud generan una intensa incertidumbre que puede resultar abrumadora (Hospital Ángeles, 2024).
Sentimientos de culpa
Muchos padres, especialmente madres, sienten culpa por el nacimiento prematuro, a pesar de que usualmente no es resultado de una acción específica (Hospital Ángeles, 2024).
Estrés por la UCIN
El ambiente altamente medicalizado y controlado de la UCIN puede ser estresante para los padres, limitando el contacto con su bebé (Hospital Ángeles, 2024).
Sentimiento de aislamiento
La falta de comprensión por parte de familiares y amigos puede incrementar el aislamiento emocional de los padres (Hospital Ángeles, 2024).
Duelo por expectativas no cumplidas
Muchos padres deben lidiar con el duelo de no vivir el embarazo y parto soñados, lo que implica una pérdida emocional significativa (Hospital Ángeles, 2024).
Efectos a largo plazo en la salud mental de los padres
La ansiedad, la depresión y el estrés postraumático pueden persistir mucho después del alta hospitalaria del bebé. Estos efectos subrayan la necesidad de un apoyo emocional continuo (Hospital Ángeles, 2024).
Estrategias para sobrellevar el impacto emocional
Buscar apoyo emocional y social
Conectar con otros padres que hayan vivido experiencias similares puede ser de gran ayuda (Hospital Ángeles, 2024).
Validar las emociones
Reconocer sin juzgar las propias emociones facilita el proceso de adaptación (Hospital Ángeles, 2024).
Buscar ayuda profesional
El acompañamiento psicológico puede ser fundamental para manejar la ansiedad, la depresión o el estrés postraumático (Hospital Ángeles, 2024).
Establecer rutinas de autocuidado
Dormir, alimentarse bien y descansar son pilares esenciales para enfrentar emocionalmente esta etapa (Hospital Ángeles, 2024).
Conectar con el bebé
Técnicas como el “cuidado canguro” fortalecen el vínculo afectivo y benefician tanto al bebé como a los padres (Hospital Ángeles, 2024).
Importancia del apoyo en pareja y familiar
El apoyo mutuo entre los padres y de la familia extendida es clave para afrontar el desafío del nacimiento prematuro (Hospital Ángeles, 2024).
Acompañamiento a largo plazo
La necesidad de apoyo no termina con el alta hospitalaria. Los padres pueden seguir enfrentando desafíos emocionales a medida que el niño crece, por lo que el acompañamiento psicológico y comunitario a largo plazo resulta esencial (Hospital Ángeles, 2024).
Conclusión
El nacimiento prematuro representa un shock emocional que afecta profundamente a los padres. Sin embargo, mediante el apoyo emocional, el autocuidado y la ayuda profesional, es posible afrontar los desafíos y construir un vínculo saludable con el bebé. La resiliencia emocional adquirida en este proceso no solo beneficiará a los padres, sino también al bienestar integral del niño.
Referencias
- Correia, L. L., Carvalho, A. E. V., & Linhares, M. B. M. (2008). Verbal contents expressed by mothers of preterm infants with clinical emotional symptoms. Revista Latino-Americana De Enfermagem, 16(1), 64–70. https://doi.org/10.1590/s0104-11692008000100011
- Dulguérian, M. (2012). Experiencia emocional de los padres de niños nacidos prematuros y aspectos psicológicos. EMC – Pediatría, 47(3), 1–6. https://doi.org/10.1016/s1245-1789(12)62751-6
- Hospital Ángeles. (2024, November 12). Impacto emocional para los padres de un bebé prematuro. https://blog.hospitalangeles.com/posts/impacto-emocional-para-los-padres-de-un-bebe-prematuro/
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